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lunes, 21 de octubre de 2013

Pensamiento único y Sai Baba

 Colección Bicentenaria y Sai Baba

Por: Mariano Herrera

El pluralismo y el respeto a las diferencias de ideas y pensamientos son condiciones de existencia de la democracia. Desde esa perspectiva, los libros de texto de la Colección Bicentenaria tienen rasgos antidemocráticos.

Las familias de los alumnos y los alumnos son libres de escoger su religión. Algunos son evangélicos, otros católicos, los hay musulmanes y judíos y también hay agnósticos y ateos. Por eso la educación es y debe ser laica. Para respetar las opciones religiosas de todas las personas. Igualmente, tanto la Constitución como la Ley Orgánica de Educación prohiben todo tipo de proselitismo político en educación. La democracia es respeto por las diferentes opciones ideológicas y políticas. Así como no es obligatorio ser evangélico ni ateo, tampoco es obligatorio ser revolucionario, socialista ni adeco. No obstante, en la primera página de todos los libros de texto, aparece un listado con los créditos y las autoridades del gobierno. El primer lugar lo ocupa esta frase: "Hugo Chávez Frías, Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana". Luego le siguen los nombres del actual presidente y de todos los ministros. Al final, los responsables de la colección y por último los autores de cada libro. Eso es anti democrático y genera culto a la personalidad.

Ningún gobierno anterior había puesto el nombre de presidentes fallecidos como comandantes de nada. Eso es típico de los estados y gobiernos religiosos y es expresión de culto a la personalidad. Como dije anteriormente, la libertad de cultos es obligatoria constitucionalmente en Venezuela y, por lo tanto, imponer cualquier culto, incluso el de un personaje político, tiene carácter religioso y está prohibido, si queremos ser obediente de la Constitución, demócratas y republicanos. Estamos en una república laica, libre de todo tipo de culto obligatorio e impuesto. Si en la portada se escribiera, el nombre de Cristo y de la Virgen, o Sai Baba, o Buda, o Krishna sería inaceptable para quienes hoy defienden que se mantenga el actual titular de portada con el comandante supremo. Peor sería si el titular dijera "el demócrata mayor Rómulo Betancourt", lo cual sería equivalente, porque se trata de un presidente fallecido y sin duda hoy apreciado por muchos venezolanos, tan venezolanos como los que admiran a Chávez.

La mayoría de los alumnos y sus familiares estarán muy agradecidos al recibir de manera gratuita esos libros de texto, en los cuales está presente ese culto a la personalidad y muchas otras manipulaciones y falsedades históricas y sociales, todas orientadas a favorecer la opción política e ideológica del actual gobierno. Pero así como no son aceptables ni el culto a la personalidad ni la manipulación parcial de los hechos históricos, usados como propaganda y proselitismo, hay otra cosa que tampoco es aceptable. Y es que el gobierno ha dicho que esos libros de texto son obligatorios y exclusivos. Es decir que no se pueden usar otros. La educación del siglo XXI requiere diversidad de fuentes de conocimiento y de información y diversidad de materiales didácticos. El pensamiento único e impuesto ni es democrático ni es inteligente.

lunes, 14 de octubre de 2013

Colección Bicentenaria y pensamiento único

Publicado en Tal Cual el lunes  14 de Octubre de 2013
Por: Mariano Herrera
La colección Bicentenaria está siendo distribuida a todos los alumnos de las escuelas oficiales de nuestro país. Serán usados como libros de texto para la Educación, Primaria y Media. De modo que hay varios títulos por grado: Lengua, Matemática, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales, en Primaria.  En Media se suman a los títulos de Primaria, títulos de Educación Artística y Educación para la Salud.
Los libros de texto son el verdadero curriculum. Esto es ya un primer asunto que llama la atención puesto que el Ministerio de Educación está a punto de convocar una consulta para cambiar el actual curriculum de Educación Básica. Y una primera observación es que no están adecuados ni al del año 1997 de Educación Básica ni al curriculum llamado bolivariano. Sus contenidos presentan dos características: Una que el nivel de exigencia por grado es muy bajo. Y en segundo lugar, en muchas oportunidades, las lecturas, los ejercicios o los ejemplos, son manipulaciones para ensalzar al actual régimen o para hacer culto a la personalidad. Baste decir que la primera página de todos los libros de Primaria presentan un listado de las autoridades actuales gubernamentales y el primero en la lista reza así: “Hugo Chávez Frías, Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana”.
Por otro lado, muchos ejemplos son publicidad para programas como Mercal, las misiones y hasta el PAE, cuyo origen se remonta al gobierno de Caldera II. En cuanto a la manipulación y propaganda, como ejemplo podemos citar la siguiente frase de la página 48 del libro de Ciencias Sociales de 4° grado: “En Latinoamérica sólo hay dos países declarados por la ONU “territorio libre de analfabetismo”: Venezuela en el año 2006, gracias a la Misión Robinson 1, y Cuba que lo erradicó en 1962.” La falsedad es doble.  Primero: La UNESCO no declara a ningún país territorio libre de analfabetismo y sus autoridades lo han reiterado muchas veces.  Lo dijo un funcionario de UNESCO, afín a este régimen y no fue una declaración institucional. Segundo: La verdad es que el analfabetismo en Venezuela es de casi 4,6%, es decir, 1.039.000, según el censo de 2.011. De manera que es falso que se haya erradicado el analfabetismo.

La educación hoy en día tiene que adaptarse al siglo XXI. La información y el conocimiento no proceden de un lugar único y exclusivo. Existen muchas fuentes, entre las que destacan multitud de publicaciones especialmente hechas para escolares, y, por supuesto, internet y todo lo disponible vía electrónica. De modo que imponer un texto único y exclusivo es una falta grave tanto para la necesaria diversidad de fuentes de información que está disponible y que los alumnos tienen que conocer, como desde el punto de vista educativo, que requiere que haya la mayor diversidad pedagógica y de recursos didácticos para lograr la motivación y la asimilación del aprendizaje.

Los autores de los libros son conocidos y con experiencia en diseño de libros de texto escolares. Lamentablemente se prestaron para un proyecto de imposición ideológica y de pensamiento único. La falta de escrúpulos se impone de arriba hacia abajo.

lunes, 30 de septiembre de 2013

El gobierno se aprovecha de la pobreza

Por: Mariano Herrera
Publicado en el diario Tal Cual el lunes 30 de septiembre de 2.013

Los del gobierno se vanaglorian de haber sido paladines de la justicia social y de que ya casi no hay pobreza en Venezuela. Pero algunos indicios apuntan hacia otra realidad. Por ejemplo, en las escuelas oficiales aumenta la inasistencia de los alumnos el día o los días en los que no hay comida por fallas del Programa de Alimentación Escolar (PAE), (que dicho sea de paso es un programa heredado de la gestión del Ex-Ministro de Educación y muy apreciado amigo y colega Antonio Luis Cárdenas). Miles de familias no disponen de recursos suficientes para alimentar a sus hijos y cuentan casi exclusivamente con la comida en la escuela. De la misma manera es necesario apoyar a las familias con dotación de morrales y uniformes escolares, así como de libros de texto. Se habla de 35 millones de libros de texto. Este gasto gigantesco del gobierno se explica porque las familias tampoco tienen dinero para comprarlos. 15 años de “revolución” no han liberado a millones de personas de la pobreza y siguen dependiendo del gobierno para necesidades básicas.
Lo peor es que no regalan nada gratis. Por ejemplo, en los libros de texto que dicen que entregarán este años escolar, hay un exagerado culto a la personalidad del presidente difunto y un afán de inculcar lo bueno del programa de gobierno del PSUV, mintiendo inclusive cuando, por ejemplo, afirman en el libro de Ciencias Sociales de 6° grado que el PAE es obra de Chávez. Otra manipulación histórica se delata cuando, en ese mismo libro, 9 periodos presidenciales se trataron en 20 páginas, mientras que el del ex presidente Chávez abarcó 26. También limitan la autonomía y la libertad de cátedra de los docentes quienes, si trabajan en escuelas oficiales, no pueden seleccionar el libro de texto que mejor les parezca.
Es impresionante la falta de escrúpulos que a se acumulan en esa mentalidad inmoral de quienes nos gobiernan. Inmoral porque saben que está mal lo que hacen y lo hacen de todas maneras. El culto a la personalidad es quizás lo más importante que se debe denunciar, aunque también la manipulación histórica y el escaso nivel que tienen los contenidos, incluyendo los de matemáticas.
Ese culto a la personalidad es, a su vez, un atentado contra los valores democráticos y republicanos. La educación debe ser laica y evitar todo tipo de imposición de cultos. La religión de los alumnos y sus familias debe ser respetada. Eso es lo que significa libertad de cultos. Que cada quien sea libre de escoger el suyo. El culto a la personalidad es un culto impuesto. Quizás no sea un culto religioso pero es un culto. Y atenta contra la libertad de pensamiento y de opción ideológica y política.

El gobierno se aprovecha de la pobreza para imponer contenidos sesgados, culto a la personalidad y manipulaciones proselitistas en las escuelas. Es pues un gobierno anti-democrático, anti-republicano y que no reconoce la separación Iglesia-Estado al imponer la religión chavista. Pero no pasarán. Confiemos en  los docentes quienes sabrán hacer que sus alumnos aprendan mucho más que lo que les quieren imponer. 

martes, 17 de septiembre de 2013

Educación en decadencia

Este es el audio de la entrevista que me hizo Román Lozinski, el lunes 16 de septiembre de 2.012 por Éxitos 99.9 FM. Eso sí, se equivocaron con mi apellido y escribieron Mariano Hernández.

Hacer click aquí: Entrevista

lunes, 16 de septiembre de 2013

¿Qué es lo que quiere este gobierno con la educación?

Publicado en el diario tal Cual el lunes 16 de octubre de 2013

Por: Mariano Herrera


Lo que más han hecho hasta ahora es controlar políticamente al personal docente. Esto mediante una contratación provisional que hace que la mayoría sean interinos y, por lo tanto, con una situación laboral precaria. Pero este control político tiene otra consecuencia. Y es que se ha descuidado la idoneidad de los contratados, al no realizarse ningún tipo de selección transparente, que garantice que los seleccionados tengan las mejores credenciales. Por el contrario, los criterios de selección son el amiguismo y la lealtad personal o partidista. Con lo cual, se rebaja el prestigio de la profesión, porque todos se dan cuenta de que para alcanzar un cargo no es necesario ser buen profesional sino tener buenos contactos en el poder, sea este nacional, regional o local.
Como la calidad de la educación depende esencialmente del desempeño de los docentes, ello explica que los niveles de aprendizaje hayan mermado considerablemente. Tampoco hay suficientes planteles escolares, ni suficientes profesores de bachillerato. Ni hablar de las mentiras con las cifras de analfabetismo y de la piratería que son las universidades en manos del PSUV y de la misión Sucre. De modo que ha sido una gestión educativa desastrosa.
Entonces, ¿qué es lo que quieren? Podemos decir que hay un claro deseo, y algunos logros, de control político. Pero también hay una concepción “revolucionaria” de la educación. Los marxistas de los años 60 y 70 del siglo pasado, acusaban a la escuela de ser culpable de la injusticia social porque, según ellos, su rol en el capitalismo, es reproducir la desigualdad y la inamovilidad de las clases sociales. Y, además, acusaban a la escuela de ser un “aparato ideológico” del Estado capitalista y burgués. Y, así como creen que acabar con la economía es acabar con el capitalismo, creen que acabar con la escuela es acabar con las desigualdades.
En cuanto a la segunda crítica marxista a la escuela capitalista, es decir, su carácter de aparato ideológico, eso sí les gusta. Quieren que la educación sea un aparato ideológico al servicio de la revolución. Lo han hecho en el INCES, algo quizás también en la formación militar. Y es lo que están tratando de hacer con el curriculum.  No siempre directamente, sino a través de los textos escolares, que regalan a los alumnos,  y a través de las “líneas” que bajan a los directores de los planteles escolares. De modo que eso parece ser la intención, cada vez más explícita. Control político y hegemonía ideológica, con mayor eficacia, por ahora, en lo primero que en lo segundo.

Están equivocados. La escuela es el mejor instrumento contra las desigualdades y, cuando funciona bien, puede ser una fábrica de justicia social. Pero eso sí, atendiendo la calidad de la educación, eliminando el control político y valorando la adquisición del saber y no la transmisión de una ideológica dogmática y trasnochada. Por eso es imperdonable el deterioro que han causado. Han acabado con la igualdad de oportunidades, perjudicando así a quienes más la necesitan, que son los más pobres.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Un largo apagón

Publicado en el diario Tal Cual el viernes 6 de septiembre de 2013.

Por: Mariano Herrera

El apagón del pasado martes 3 de septiembre fue muy publicitado y tuvo muchísimo impacto político con todo tipo de reacciones oficiales, de la oposición, anécdotas de casi todo el mundo. Eso sucede cuando los problemas tienen consecuencias inmediatas, visibles o experimentadas masivamente. Las fallas eléctricas tienen esa característica: Consecuencias inmediatas que afectan fuertemente la vida de muchos. En algunos casos, las consecuencias son menos publicitadas porque suceden en sitios que no producen sensibilidad nacional. Sabemos que ocurren en muchas ciudades y pueblos todos los días, pero, como no afectan la capital y no son reseñadas por los medios de cobertura nacional, su impacto político es mucho menor. También sucede con la salud. Las consecuencias del mal funcionamiento de los hospitales son casi todas inmediatas. Los pacientes no reciben la atención debida en el momento y siguen con el dolor en vivo y directo o hasta puede que haya consecuencias mortales inmediatas también. La salud también vive en un apagón permanente. Sólo que lo padecen sólo los enfermos y sus familiares.
En educación hay también un largo apagón. Las cifras indican que hay más de 1.000.000 de niños y jóvenes en edad escolar que no están siendo atendidos por el sistema educativo. Pero también sabemos que los 7.300.000 alumnos que están matriculados en escuelas y liceos sufren un apagón en sus aprendizajes. No están aprendiendo mucho. Porque resulta que ir a la escuela, lamentablemente no significa aprender.
Si la escuela no funciona, es como las lámparas de una casa: Puede que estén ahí todos los días y los cables estén en relativamente buen estado, pero si la energía eléctrica no fluye con fuerza, estabilidad y constancia, no sirve de mucho. Igual se dañan las neveras y todos los electro domésticos. La energía educativa no está fluyendo bien en las escuelas desde hace muchos años, y, ha empeorado ese flujo estos últimos 14 años de manera alarmante. Pero las consecuencias no son ni inmediatas, ni visibles, ni afectan la vida cotidiana. La educación no es percibida como problema porque las consecuencias de su mal funcionamiento son a largo plazo. El déficit de planteles escolares, la disminución de la matrícula de primaria, el déficit de docentes de Educación Media, el desprestigio de la carrera docente, la discriminación partidista en la selección del personal para escuelas y liceos oficiales, en fin, al desprecio por el saber y por la calidad educativa, han destruido la capacidad de la escuela como productora de justicia social, a través de la igualdad de oportunidades. Hoy, los más pobres no cuentan con escuelas capaces de valorar sus talentos y garantizar un itinerario educativo exitoso. Los docentes han sido maltratados, con bajísimos sueldos y pésimas condiciones de trabajo. Este largo apagón nos está dejando sin luces, y sin moral. Porque así es el gobierno: Moral y luces no son sus primeras necesidades. Ni siquiera sabe de qué tratan.

sábado, 24 de agosto de 2013

El infierno de la moral

Publicado en Tal Cual el lunes 19 de agosto de 2013
Por: Mariano Herrera
El martes pasado, los diputados del PSUV dieron una muestra de la altura del debate del que son capaces. El “debate de altura” que tanto pregonaban era eso: una retahíla de bajezas, que terminan acochinando la política. Si lo expresado rebaja al máximo la reputación de Pedro Carreño, no es menos cierto que también termina dando grima esa forma de hacer política. Porque ¿qué es lo que se busca con ese lenguaje insultante y degradante? ¿Insultar y acabar con el contrincante? ¿Lograr que el electorado sienta repugnancia por los insultados y acusados en vano?
Los portavoces del PSUV han hablado pestes de un asesor político venezolano llamado J.J. Rendón, acusándolo de enlodar las campañas electorales. Según esos portavoces Rendón lo que hace es hablar mal del contrincante, es decir, basar la campaña en las debilidades del adversario, sacando provecho de sus supuestos defectos personales. Podemos coincidir en que preferimos campañas positivas a campañas negativas. Pero entonces, ¿qué decir de las bajezas de Carreño el martes?
Son sin duda jugadas sucias, de personas inmorales, sin escrúpulos, capaces de todo para mantener el poder y los privilegios, engañando a muchos, incluyendo a ellos mismos (auto-engaño), no sólo con las mentiras y manipulaciones que hay en sus denuncias, sino haciendo valer que lo hacen por un fin superior, que requiere todas esas marramuncias para alcanzarlo. Ese fin superior (la revolución, el socialismo, etc.) justifica todos esos medios y les otorga ese privilegio que es la supuesta “superioridad moral”. ¿Adónde lleva esa sensación de poseer cierta superioridad moral? A todas las bajezas, trampas y perversiones.
Quizás sea posible caer más bajo. Pero sin duda ya hemos llegado a un sub-sótano del infierno de la moral, difícil de empeorar. La homofobia, el robo de fotos personales, las acusaciones sin pruebas, el uso público de documentos de particulares y las denuncias vacías, todo eso y mucho más es muestra de que, no es que no diferencien entre hacer el bien y hacer el mal, sino que están dispuestos a hacer el mal, con toda consciencia.
¿Qué explica que se haya llegado tan bajo? No lo sé. Pero me atrevo a lanzar algunas hipótesis: Por una parte la mediocridad, es decir la escasez de criterio y la falta de esfuerzo, por sentirse sobrado con el poder como para no intentar mejorar. Lo cual nos lleva al interés. No me hace falta mejorar porque lo que me interesa ya lo tengo: el poder desmedido y sin control. Pero también me atrevo a pronosticar que la sociedad les va a cobrar bien caro todos estos desmanes morales. Van a perder las elecciones, van a perder el poder y no les va a quedar sino el vacío y la sensación de podredumbre que sienten los inmorales cuando pierden los privilegios.

sábado, 17 de agosto de 2013

Entrevista en Tal Cual del17/8/2013

Entrevista realizada por Elizabeth Araujo

1.- Dentro de un mes arranca el nuevo año escolar. Para los representantes la preocupación  está en el costo de la matrícula y los útiles, mientras hay docentes que denuncian los llamados cursos de nivelación, cuya intención parece ser continuar el ciclo de ideologización del aula escolar. ¿Cree usted que en verdad el gobierno posee una estrategia en ese sentido?
R: En realidad, los que se preocupan por los costos y los precios de los útiles son las familias que tienen a sus hijos en colegios privados que son 17% en Primaria y 28% en Media. Y efectivamente para ellos el costo de la matrícula es un asunto que afecta el bolsillo, junto con el aumento de útiles y uniformes escolares. Mientras tanto, efectivamente el gobierno se ocupa de la dominación política y la imposición ideológica. Y no hay duda de que el gobierno está empeñado en debilitar la educación privada y tener control total sobre los docentes. Repito, ese control es primordialmente político y, con menor eficacia pero con perseverancia también van avanzando en el dominio ideológico. Y su mayor influencia es en el sector oficial donde los nombramientos de los últimos 10 años han sido muy cuestionables, por constituir tremenda discriminación partidista, poniendo a los nuevos docentes en una situación laboral precaria, prácticamente a la orden de las autoridades del PSUV.

2.- Bajo el título “Maestros sin alumnos, alumnos sin profesores” usted se refirió en un artículo al tema del déficit de profesores de ciencias en educación media ¿No ha sido así bajo todos los gobiernos?
R: Sí, la escasez de vocaciones docentes es de larga data y las negligencias de los gobiernos en este tema han sido continuas desde los años 80 del siglo pasado. Pero esto no es una justificación válida. Que otros gobiernos hayan hecho algo malo no puede ser la razón por la que este gobierno lo siga haciendo, por acción o por omisión. Y en educación pasa que las consecuencias de lo que se hace mal o lo que deja de hacerse no se pagan inmediatamente ni son visibles o tangibles. Cuando un médico se equivoca o sucede un accidente en un quirófano los pacientes sufren inmediatamente las consecuencias. En cambio, con esta negligencia de las autoridades educativas nacionales, varias generaciones de alumnos de Educación Media han dejado de estudiar diversas materias de primero a quinto año. Especialmente las científicas e inglés. Esto representa un vacío en el dominio de competencias necesarias para la inserción social y económica de estos alumnos, que, además, genera problemas cuando se inscriben en las universidades. El daño que se hace en educación no pasa factura inmediata pero sí se cobra mucho después, cuando puede ya ser irreparable. Y esa es la mayor responsabilidad de las actuales autoridades educativas.

3.- Hace poco la ministra Maryann Hanson afirmó que “en Revolución la educación es inclusiva y de calidad”. Pero las denuncias de docentes y representantes apuntan en sentido contrario, sobre todo en los sectores económicos y sociales más golpeados. ¿De qué inclusión habla el titular de Educación?
R: La ministra no puede haber inclusión cuando se ha descuidado de manera tan intensa la calidad de la educación. Cobertura sin calidad no es inclusión, y puede haber incluso discriminación. La minoría que puede seleccionar el colegio donde estudia y pagar por evitar pérdidas de clases en instituciones privadas, avanza relativamente sin obstáculos en sus estudios. Mientras que la inmensa mayoría que estudia en las escuelas oficiales, pasa por un servicio de mala calidad, son mal atendidos y llegan a avanzar sin aprender casi nada. Luego eso se paga. Las tasas de cobertura en Venezuela han mejorado, pero no más que otros países latinoamericanos cuyos gobiernos no disponen de los recursos petroleros que han entrado en el fisco venezolano.
4. ¿Cuáles son, a su juicio, los rasgos más distintivos de la educación en Venezuela en estos últimos 15 años?
R: Este es un gobierno que ha dado muchas muestras de su desprecio por la educación de calidad, por los educadores y por las escuelas. Su interés aparente por la educación ha sido instrumental y utilitarios: Sólo se interesan por la educación en términos electorales y clientelares. Por eso eliminaron los concursos de ingreso y de ascenso en la carrera docente desde 2004. Para poder nombrar a dedo a los docentes que son dejados como contratados o interinos durante años, con lo cual no tiene n estabilidad laboral y son chantajeados por las autoridades para que trabajen en actividades proselitistas. Además, los sueldos son muy bajos y la ministra se ha referido despectivamente a quienes exigen mejores ingresos. Los nombramientos clientelares hacen mucho daño porque comunidades y colegas se dan cuenta de que los que obtienen los cargos no lo hacen por méritos personales sino por conexiones con los líderes locales del PSUV. Este clientelismo no es nuevo, pero su uso se ha visto multiplicado por mil con este gobierno, con lo cual demuestra su escaso interés por los cambios que efectivamente producirían una revolución en educación. Por otro lado, la discriminación partidista del gobierno ha sido masiva y descarada. En las Zonas Educativas informaban abiertamente a quienes acudían a introducir sus documentos para solicitar cargos, que no se daría empleo a egresados de la UPEL, UCAB, UCV, etc., es decir las instituciones de más larga trayectoria y mayor experiencia en la formación de docentes. Esto ha disuadido a los bachilleres de seleccionar la profesión de educador, sabiendo que sólo podrán trabajar los que se gradúen en instituciones ideológicamente identificadas con el gobierno.
5.-¿Están egresando de las escuelas niños con un bagaje cultural y con herramientas para afrontar con éxito el bachillerato?
R: Lamentablemente no. Disponemos de resultados de pruebas en lengua y matemática que indican que los alumnos pasan de grado sin aprender lo mínimo de cada nivel y esos lo que produce es una acumulación de carencias, que se paga los dos primeros años de bachillerato, que afichan las tasas de deserción más elevadas.
6.-Uno de los aspectos en los que la escuela básica parece estar desfasada tiene que ver con la llamada educación sexual. ¿Cuál sería, a su juicio, los fundamentos para una formación en este tema a veces muy difícil de abordar en el aula?
R: La educación sexual es un asunto que pide responsabilidades de toda la sociedad. La familia y la escuela. Pero también los medios de comunicación social. Existe un mandato de la sociedad a la educación que está expresado en el curriculum oficial de tercer año de Media. Pero para que sea efectivo, se requieren condiciones que no están dadas. Primero, claridad en las orientaciones oficiales acerca de lo que deben hacer docentes y liceos. Luego, apoyo a los docentes y liceos con material didáctico motivante y concientizador para los alumnos, tales como películas, videos, obras de teatro y otros, que efectivamente capten la atención, generan aprendizaje y modifiquen las actitudes de los jóvenes con respecto a este tema. Todo esto debe acompañarse con los otros medios educativos fuera del sistema formal, como la radio, la televisión, los diarios, etc. Insisto en que, en lo que se refiere a la educación sexual escolar, la prioridad es orientar y formar bien a los docentes con respecto a sus responsabilidades y apoyarlos para que sean capaces de fomentar un comportamientos sexual, basado en información y conciencia por parte de los jóvenes.

7.- ¿Cree usted en las acusaciones que de vez en cuando formulan algunos especialistas y dirigentes gremiales acerca de la “cubanización del aula” en Venezuela?
R: No lo he vivido directamente ni tengo referencias cercanas. Por lo que sé, esa cubanización está pasando más por los libros de texto y algunos contenidos de las “canaimitas”. Allí se reproducen prácticas cubanas como el culto a la personalidad y la manipulación ideológica a alumnos de Primaria. Por otro lado, he oído anécdotas acerca del protagonismo de dirigentes cubanos en cursos de capacitación o en reuniones con autoridades regionales.

8.-¿Cuáles son las cifras de la educación venezolana que más le preocupan?
R: El Ministro Héctor Rodríguez mencionó hace pocas semanas la cifra de  jóvenes excluidos del sistema educativo. Dijo que tenían contabilizados 1.000.000 de jóvenes. Esa cifra coincide casi exactamente con las cifras de desertores escolares de Educación Media de los últimos 10 años. Pero igual de grave es la de los resultados de los que sí están asistiendo. En promedio, los alumnos de primero a sexto grado no alcanzan el 30% de las competencias que se requieren en comprensión de la lectura y en matemáticas. Si hubiera que poner una nota promedio, diríamos que el promedio es 07 sobre 20.

9.-¿Cómo se explica que el gobierno se ocupe más por los colegios privados, penalizándolos por el tema del alza de tarifas, al tiempo que en su mayoría, sino todos, los hijos de estos funcionarios gubernamentales cursan en los mejores colegios privados?
R: Como dije anteriormente, el gobierno se ha ocupado de asfixiar la educación privada, en vez de apoyarla para complementarse en las políticas de cobertura y abaratar algunos costos. Quienes van a colegios privados pagan sus estudios, esto podría considerarse un financiamiento complementario. Pero existe una gran cantidad de colegios privados que pertenecen a la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC). La AVEC tiene un convenio con el MPPE mediante el cual el gobierno subsidia casi el 80% de los costos operativos de sus escuelas. Son pues escuelas que no cobran matrícula o cobran sumas simbólicas y atienden a una población similar a la que asiste a escuelas oficiales. Estas escuelas gozan de un gran prestigio y es difícil conseguir cupo. Esto sucede porque todo el que puede inscribe a sus hijos en los privados y ha habido una migración muy considerable de alumnos de escuelas oficiales hacia las privadas, visible en la disminución de la matrícula oficial y aumento de la privada. Es una especie de privatización de hecho, por el descuido de la calidad por parte del gobierno. Por eso es que los hijos de la “nomenklatura” ni en broma se inscriben en escuelas oficiales y están todos estudiando en colegios privados.

10.-¿Cuáles serían en su opinión los fundamentos de una revolución en el sistema educativo?
R: Lo fundamental para la mejora del sistema educativo es que sea efectivamente un igualador de las oportunidades sociales. Que gracias a la escuela, los alumnos de familias de menores ingresos pueden alcanzar los mismos niveles de aprendizaje que los de las familias de mayores ingresos. Esa es la misión social de la educación y la más importante. Eso pasa porque las escuelas oficiales sean las mejores escuelas del país. Y para eso lo que más hace falta es que Venezuela cuente con profesionales de la docencia de alto nivel, con buenas condiciones de trabajo y mejor prestigio social. Con los mejores profesionales ejerciendo la docencia, las oportunidades de los más pobres crecen exponencialmente y no tengo la menor duda de que disminuirán enormemente las desigualdades sociales y seríamos una sociedad mucho más justa. Tenemos que hacer que nuestras escuelas sean verdaderas fábricas de justicia educativa, garantizando máxima calidad a quienes más lo necesitan.
11.-Si a usted le designaran ministro de Educación ¿qué aspectos reformaría del actual sistema educativo?
R: La sociedad venezolana tiene que exigirle a quien tenga la responsabilidad de ese ministerio que dé prioridad a la mejora de los docentes: mejores sueldos, mejores condiciones de trabajo, mejor perspectiva de carrera. Para ello es necesario organizar concursos transparentes de ingreso y ascenso en el que participen universidades, gremios e instituciones expertas. También es necesario mejorar su formación profesional, reformando los planes de estudio universitarios.
Para resultados inmediatos también hay que seleccionar de manera transparente a los directores de escuelas y liceos, para luego apoyarlos con seguimiento y formación.
Paralelamente es necesario construir más de 3.000 edificaciones escolares, especialmente para alumnos de Educación Inicial y Educación Media. Esto debe hacerse planificando en conjunto con los estados regionales y los municipios, para asegurar que se construyan cerca de donde viven los alumnos y de los nuevos complejos habitacionales. El déficit de edificaciones escolares está desigualmente distribuido. Es mayor en la periferia y en las zonas rurales que en los centros urbanos, y mayor para ciertas edades. Por eso es necesario un trabajo serio que efectivamente garantice la cobertura en donde más falta hace.
Y la sociedad venezolana tiene que tener mayor confianza en sus diversas instituciones. Por eso es importante descentralizar. Para que todos los niveles de gobierno compartan responsabilidades y fomenten la mejora de la educación. Por eso es que hay que descentralizar. La estructura actual, de hecho y de derecho, del Estado venezolano, va a exigir que se estudie muy bien la descentralización y las competencias de cada nivel. Pero sin duda descentralizar va a generar impulsos y cambios diversos muy necesarios para animar y darle vida a nuestras escuelas.



martes, 6 de agosto de 2013

Doble inmoralidad


Doble inmoralidad
Por: Mariano Herrera
El mal de lo que nos gobierna en estos días, el de los herederos del difunto ex presidente, es esencialmente un asunto de valores, de moral. Pero empieza con una frase que parece inocente en la Constitución del 99. Dice así: “Artículo 2. Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia”. Hoy estamos pagando lo que en esa frase pasó desapercibido. ¿Cuál es la justicia que no está prevista en el derecho? Los países democráticos se rigen únicamente por leyes, es decir, la justicia se logra aplicando las leyes y no otra cosa. Cuando en la propia Constitución se anticipa que va a haber un Estado de Justicia, además del Estado de Derecho, lo que se induce es que ya los que hoy nos gobiernan tenían en la mente aplicar una justicia por fuera de las leyes. Y eso es un asunto moral.
Moral por dos razones, una por lo increíblemente malicioso que es haber previsto eso en la Constitución, y dos, porque el derecho es la moral de toda la sociedad. La moral contiene los valores por los que se rige la vida de un individuo y, muchas veces está expresada en los mandamientos religiosos. Por el contrario, la religión, en democracia, es un asunto individual, es decir, cada quien puede decidir si sigue o no determinada religión. En cambio, el Estado de Derecho, es un conjunto de leyes y reglamentos que están en la Constitución de toda una sociedad y, por lo tanto, son de obligatorio cumplimiento y acatamiento. De hecho, la actual Constitución fue objeto de un referéndum y aprobada por mayoría, lo cual obliga a todos los ciudadanos a acatarla y a los funcionarios públicos, a cumplirla y hacerla cumplir.
Pero cuando se tiene esa trampa que es haber añadido una justicia que no es la que contempla el Estado de Derecho, se puede llegar a lo que en Venezuela se ha llegado. Para muestra un botón, lo que acaba de suceder con el diputado Richard Mardo. A los diputados del PSUV, no les importa que, en Derecho, sea necesaria la aprobación de las dos terceras partes de los miembros de la Asamblea para allanar la inmunidad. Lo que prevaleció fue, para los del PSUV, una justicia que no está en las leyes ni en la Constitución. Ellos, con una especie de superioridad moral que nadie sabe de dónde la sacaron, decidieron que es justo juzgar sumariamente a un diputado. Ya antes ha sucedido con con Simonovis, los comisarios y la jueza Afiuni. Aplicaron una justicia que no es ni legal no constitucional. Para eso pusieron en la Constitución que Venezuela es un Estado de Derecho y de Justica. Para poder aplicar una justicia que no es legal. Es una inmoralidad doble.
Esto no sería posible sin la complicidad de quienes no gobiernan pero sí saben que lo que se hizo está mal. No es que  no diferencian entre el bien y el mal. Es que tomaron la decisión de hacer el mal. Este nivel, el de la decisión individual, es el de la ética. Do modo que, además de la inmoralidad, estamos frente a un comportamiento antiético de los que se prestan para todas estas inmoralidades. Este comportamiento antiético lo llaman “el costo de la revolución”: Dicen sí, está mal, pero eso es lo que hay que pagar para alcanzar el fin último.

lunes, 22 de julio de 2013

Maestros sin alumnos, alumnos sin profesores…


Por: Mariano Herrera

El déficit de profesores de ciencias en Educación Media no es nuevo. Pero el problema se ha agravado. El gobierno esperó que la situación fuera insostenible para diseñar un plan de emergencia: La Micromisión de formación de docentes para educación media”.  Según las autoridades, el objetivo de la misión es  “… saldar una gran deuda en relación con la formación docente en el área de la Matemática, en principio, y luego en otras como biología, física, química e inglés.”

¿Cómo se va a “saldar esa deuda”? Con maestros de primaria que están sobrando. Sí, aunque parezca mentira, hay maestros sin alumnos en Primaria y alumnos sin profesores en Media, porque sobran maestros de primaria y no hay suficientes de Educación Media. El gobierno pretende aprovechar el exceso de docentes de primaria, en su gran mayoría, egresados de la misión Sucre, para que den clases de matemáticas en bachillerato

Los maestros de Primaria excedentarios, no especializados en las asignaturas de Educación Media, ya desde hace un tiempo, han tenido que ser reclutados para dar clases de matemáticas y otras materias científicas. La citada “micromisión” ahora va a masificar esta transferencia de docentes de Primara a profesores de Media. Y, como primer paso, va a formar a sus formadores. Para formar a los formadores de los docentes de primaria, el gobierno no va a recurrir a las instituciones especializadas y con experticia, es decir a las universidades formadoras de profesores de bachillerato, empezando por la más importante de todas, a saber, la UPEL. Tampoco a la UCV, a ULA, LUZ, UC, UDO, UCAB, entre otras, privadas y oficiales, que pueden y saben del tema. Va a excluir a los expertos y a las instituciones especialistas. Entonces, ¿Quiénes van a ser esos formadores de formadores? Una vez más  serán quienes muestren credenciales de amiguismo con las autoridades y de  fidelidad partidista, y para nada demuestren saberes y experticia.  El gobierno tendrá otra oportunidad para expresar su desprecio por el saber y el conocimiento.

Por otro lado, es posible que existan profesores de matemáticas ejerciendo otro oficio. El Ministerio de Educación ha afichado en muchas de las zonas educativas en los estados, que sólo contratará a personal egresado de las universidades gobierneras o de las misiones educativas. De modo que, muchos profesores de matemáticas egresados de la UPEL y de otras universidades tradicionales, habrán decidido dedicarse a otra cosa. Sería interesante que el Ministerio también los llamara para que se incorporen a su profesión. Pero tampoco lo va a hacer. El gobierno va a fracasar una vez más, al no llamar al diálogo a los que saben.


Pero hay toda vía más. Como esa discriminación política lleva más de 6 años, ha disuadido a muchos bachilleres de estudiar y especializarse en esas áreas de Educación Media. Con la evidente consecuencia que es la escasez de estudiantes en la UPEL, la gran institución formadora de esos docentes. Pocos quieren ser profesores, mal pagados y con una perspectiva inmediata de desempleo, por la discriminación que ha impuesto el actual gobierno. El fracaso de esta nueva “micromisión está cantado. Excluyendo a las universidades e improvisando con misiones, que son más de lo mismo, no se va a ningún lado.

domingo, 21 de julio de 2013

Ni alumnos ni profesores quieren ir a la escuela

Por: Mariano Herrera

La situación educativa venezolana atraviesa una crisis muy grave. La más visible es la universitaria, cuando las universidades de mayor tradición y prestigio se ven obligadas a tomar medidas ante el gobierno que parece despreciar el saber y la experiencia académica e histórica de nuestro país.
Pero la crisis educativa es quizás más grave en otros niveles educativos. Hace varios años que alumnos y profesores no quieren asistir a la escuela o al liceo. Los porcentajes de inasistencia de los alumnos son alarmantes. Tenemos cifras que nos indican en 5 estados de Venezuela, al menos 35% de los alumnos falta una vez a la semana. En algunos casos, hay alumnos que no van a la escuela sino una o dos veces por semana. ¿Por qué pasa esto? ¿Por qué los alumnos dejan de ir a la escuela? ¿Por qué las familias, madres padres o abuelos, no les parece importante que el niño vaya todos los días a clase? ¿Por qué esto no es una preocupación para casi nadie? Conversando estos asuntos con amigos estudiosos del tema, coincidimos en que es algo relativamente nuevo y muy grave. Muy grave, obvio. Nuevo porque, hace pocas décadas, la escuela era un valor para la sociedad, ricos y pobres se esforzaban mucho por enviar a sus hijos a la escuela, haciendo importantes sacrificios, sin esperar nada a cambio: No hacía falta que la escuela diera comida ni becas para que todos se esforzaran por enviar a los niños a estudiar.
Las razones pueden ser muchas. Podría pensarse que la pobreza es de tal magnitud, que es indispensable que los niños, desde muy corta edad, empiecen a trabajar para ayudar a sus familias. Pero los datos oficiales de Trabajo Infantil (TI) en Venezuela indican que esa no es la razón. El TI en Venezuela no afecta a tantos niños y empieza a ser visible después de los 11 ó 12 años de edad, en proporciones inferiores a muchos países de América Latina. Además, el propio gobierno se vanagloria de que ahora hay comida y eso es un logro de la revolución. Pero ni eso hace que mejore la asistencia de los alumnos. ¿Por qué se ha perdido el valor de la escuela entonces?
Parece que la cosa va por el lado de la calidad. Si las escuelas no responden a las expectativas, la respuesta no será explícita, en forma de críticas abiertas por parte de las familias. Parece más bien que la protesta es esa: Indiferencia o peor, decepción. La escuela desilusiona. Y si vemos los índices de absentismo de los docentes, señalado por directores éticamente orientados, parece que a muchos docentes tampoco les gusta ir a la escuela. Con frecuencia hay suplentes en muchas aulas. ¿Por qué no les gusta la escuela a los docentes tampoco? Hay más: no hay suficientes profesores de materias científicas en los liceos. ¿Por qué nadie quiere ser profesor?

El gobierno actual está en su 15° año de gestión del Estado. Todo lo que está sucediendo hoy es consecuencia de sus políticas educativas. No puede culpar a más nadie. Y lo peor es que esas políticas tienen consecuencias invisibles a corto plazo. Pero la pagarán los actuales alumnos de primaria y secundaria y la sociedad en pocos años. Habrá más desigualdad social, menos oportunidades para los más pobres. De eso no hay duda. Y la culpa sí la tienen los responsables de las políticas educativas de los últimos 15 años.

martes, 16 de julio de 2013

Inclusión y calidad de la educación en Venezuela

Por: Nacarid Rodríguez Trujillo
Doctorado en Educación 
Universidad Central del Venezuela

Recientemente la Ministra de Educación Marian Hanson dio unas  declaraciones sobre la calidad de la educación: En Revolución la educación es inclusiva y de calidad al mismo tiempo, añadiendo que en este momento su despacho sistematiza el desarrollo de la calidad educativa para potenciarla… todo ello dentro de un conjunto de frases poco coherentes, llenas de retórica, sin proporcionar una información, dato, evidencia o demostración de lo realizado en estos aspecto esenciales del sistema escolar, ni durante su gestión ni en los  15 años de la llamada “revolución”.

Desde la Declaración de Salamanca en 1994, el concepto de inclusión ha sido motivo de investigaciones, reuniones, discusiones nacionales, regionales e internacionales, produciendo numerosas aclaratorias teóricas y recomendaciones prácticas para aplicarlas en los diferentes contextos y realidades de cada país.

El término inclusión ya no se utiliza para referirse a la igualdad de  acceso al sistema escolar, ni al incremento  de la matrícula, ni a la integración de  niños y jóvenes con necesidades educativas especiales. Una escuela inclusiva debe proporcionar una educación de calidad focalizada en las capacidades para aprender de cada estudiante, a fin de ofrecerle  el apoyo diferenciado que requiera y le permita maximizar sus posibilidades de logros. Significa el reconocimiento de la diversidad, de las diferencias individuales, y la obligación de   atenderlas en la escuela eliminando barreras de discriminación por razones económicas, de sexo, etnia, cultura, idioma, ubicación geográfica, religión,  características personales  y cualquier otra.   La educación inclusiva es considerada un “derecho positivo” que obliga a las autoridades a proporcionar las condiciones necesarias para hacerlo efectivo en cada escuela y para cada niño o joven. Como bien acierta la Ministra, inclusión y calidad han devenido en conceptos interrelacionados, no puede haber inclusión sin calidad, por eso un gobierno que descuide la calidad en las escuelas oficiales, donde suelen acudir  los sectores de menores ingresos, promueve la desigualdad, la migración hacia el sector privado   y la educación de élites. En los últimos diez años la tasa de crecimiento de   la matrícula de la educación privada ha sido superior  a la del sector oficial.  El logro de la inclusión amerita proveer las mejores escuelas a la población   en situación  de mayor vulnerabilidad, de esta manera el sistema escolar podrá contribuir a disminuir desigualdades sociales.

Los factores que favorecen la educación inclusiva y la calidad son harto conocidos, han sido ampliamente divulgados e investigados. Se cuenta con el conocimiento ya organizado, con ejemplos de programas, con procedimientos probados y hasta con índices para hacer el seguimiento de políticas, programas y acciones. No hay excusas para postergar esfuerzos por  la mejora de la calidad en los niveles obligatorios del sistema.  Cuanto antes se empiece más estudiantes saldrán favorecidos, empezar desde el inicio de la escolaridad es esencial porque las dificultades tempranas no atendidas a tiempo se convierten en barreras posteriormente. Pierre Bourdieu decía que la indiferencia a las diferencias alimenta la desigualdad.

¿Qué hacen los Ministerios de Educación interesados  por la  calidad y  la inclusión?  ¿Cuáles son los factores esenciales sobre los que deben incidir?  ¿Qué se ha hecho en Venezuela al respecto? Para no alargar demasiado este escrito nos referiremos solamente a 4 de esos factores.

  1. En primer lugar se preocupan por contar con buenos docentes porque hay acuerdo total sobre la importancia del docente como elemento esencial para la  calidad. Los buenos docentes son los docentes bien preparados pedagógicamente, con vocación y gusto por su profesión,  por eso se requiere poner atención a los procesos de selección, promoción, formación y retribución de su trabajo. Lamentablemente en Venezuela no se realizan concursos para el ingreso a la carrera, no se remunera apropiadamente a los profesionales de la docencia, se discrimina a los egresados de las universidades con mayor trayectoria en la formación de educadores, se les imparten cursos de formación ideológica en vez de reforzar sus conocimientos pedagógicos. Se mantienen altos porcentajes de docentes en calidad de interinos y se les contrata a tiempo convencional, por lo que no tienen tiempo para las necesarias reuniones pedagógicas en las escuelas.

  1. Las escuelas requieren buenos directores, que promuevan la inclusión, la participación, que hagan de las escuelas verdaderas comunidades pedagógicas dedicadas a la formación y promoción de valores democráticos, de cooperación, de apoyo a los sujetos en situación de vulnerabilidad, de gusto por  el estudio y el conocimiento. Lamentablemente el Ministerio de Educación también eliminó los concursos para los cargos directivos, a pesar de que las investigaciones demuestran que quienes llegan por concurso se compenetran más con su trabajo. Casi un tercio de los directores son encargados y más del 16% labora a tiempo convencional, la remuneración para los cargos directivos apenas supera a la de los docentes de aula, hay pocos incentivos para asumir esa responsabilidad. El Ministerio no valora ni reconoce la centralidad de los directivos en el mejoramiento de la calidad de la educación, por ello les exige más el cumplimiento de tareas administrativas en detrimento de su función esencial como lo es la atención a los asuntos pedagógicos y de la calidad. La controvertida  resolución 58 prácticamente los despoja de su autoridad al interior de las instituciones escolares. A esto habría que agregar que tampoco se cuenta con supervisores preparados para asesorar a los directivos en la conducción de los procesos de inclusión y mejora de la calidad.    


  1. El apoyo de la familia  es indispensable para el éxito de todos los alumnos, de manera prioritaria en las  comunidades de menos recursos. Venezuela requiere de un esfuerzo especial en la incorporación de la familia en este sentido a fin de identificar y disminuir las barreras que obstaculizan la inclusión. Un buen ambiente familiar que valore el estudio y el progreso mediante el desarrollo de las capacidades, es el mejor aliado en el éxito escolar, la familia garantiza la regularidad y puntualidad en la asistencia a la escuela. Sin embargo, la ausencia de políticas acertadas de construcción de viviendas,  las disposiciones de la LOE y de la Resolución 58 parecen pensadas para disminuir el papel de la familia en la educación de los niños colocándola en un plano inferior al de  la comunidad local y de los organismos del Estado.

  1.  Hoy en día se reconoce mundialmente la necesidad del  seguimiento y evaluación de las políticas y programas de mejora escolar.  La investigación sistemática es la mejor acompañante de las acciones destinadas a promover el cambio en las escuelas. La recopilación sistemática de informaciones cualitativas y cuantitativas, el análisis minucioso de procedimientos y logros van señalando los aciertos y errores, van despejando las dificultades, e indicando los aspectos a modificar antes de que sea tarde. La investigación en educación no ha sido fomentada, en el año 2003 el Ministerio de Educación eliminó el Sistema Nacional de Evaluación de los Aprendizajes SINEA, y el país fue retirado del único sistema de evaluación al cual llegó a pertenecer  como lo es el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación LLECE, cuyas pruebas se aplicaron en dos ocasiones.  Ahora estamos excluidos o desaparecidos de casi todos los informes internacionales debido al atraso en la presentación de las estadísticas,   a la escasez de programas destinados a la promoción de la calidad y al rechazo de participar en cualquier sistema de evaluación.  En el año 2007 se fundó el Instituto de Investigaciones Pedagógicas en el Ministerio de Educación, cayendo inmediatamente en el olvido por lo que jamás llegó a funcionar, en una clara demostración del temor  de los  ministros a cualquier tipo de investigación que pueda demostrar los  efectos de su desempeño.   

 Estas políticas favorecen a los funcionarios porque impiden contar con evidencias sobre su gestión, restringen las posibilidades de hacer algún tipo de contraloría social, obstaculizan  que docentes, padres, representantes y alumnos reclamen su derecho a una educación de calidad.  En síntesis contribuyen con mantener a la población en la ignorancia y a obstaculizar el ejercicio de la ciudadanía.
 



   





lunes, 8 de julio de 2013

La educación y el país que queremos

Publicado en Tal Cual el lunes 8 de julio de 2013 

Por: Mariano Herrera

En Venezuela, uno de los problemas de fondo de la sociedad es el incumplimiento de leyes y reglamentos. La mayoría de los venezolanos comete infracciones de tránsito a diario, paga gestores para evitar trámites administrativos, soborna policías cuando comete infracciones, tolera pequeñas y grandes acciones de corrupción administrativa, acepta el uso del clientelismo político y el tráfico de influencias, trampas y hasta fraude en diversas elecciones de cuerpos o asociaciones, y hasta en las elecciones presidenciales. Ese comportamiento es común a todos los estratos sociales.

La falta de respeto a leyes y reglas sociales afecta la convivencia y genera muchas distorsiones y la problemática ha llegado al nivel de producir  excesiva violencia en la calle con víctimas mortales diarias y, una impunidad muy frustrante para la mayoría, víctima de la delincuencia y de la ausencia de aplicación de normas y leyes. De modo que existe una violencia física reflejada en agresiones, robos, asesinatos, secuestros, hurtos y demás, por un lado y, por otro lado una violencia simbólica, reflejada en los abusos e infracciones permanentes que generan desigualdad y privilegios injustos, por la aplicación arbitraria de reglas y normas no explícitas, pero que, estando en uso, se convierten en las que rigen en la práctica, a la sociedad. No obstante, son reglas que atentan contra la convivencia por su violencia física o simbólica.

Hay quienes piensan que eso no cambia hasta que la sociedad no cambie. Pero ¿quién puede hacerla cambiar? Yo pienso que la escuela. La escuela se debe parecer a la sociedad que queremos pero que todavía no tenemos. Por eso en ella se deben poner en práctica comportamientos de convivencia democrática que no existen en la sociedad. La educación escolar debe promover “0” tolerancia a la falta de respeto a normas, para que los alumnos egresen, en primer lugar, con una cultura que les impida aceptar esos comportamientos, y, también, dotados con herramientas para una conducta respetuosa de normas y congruente con la democracia y el pluralismo de ideas políticas, religiosas, etc.

Podría decirse que el comportamiento irrespetuoso de normas de convivencia es producto de la socialización, entendiendo por socialización la educación no intencional y cuya transmisión no responde a objetivos educativos explícitos sino a usos y costumbres no escritas, pero sí imitadas por la mayoría. La educación escolar es, en cambio, una transmisión de valores y conocimientos que se hace de manera intencional. La educación existe porque se parte del principio de que una sociedad podría cambiar sus propios usos y costumbres no deseables, gracias a la acción educativa escolar. Y también para alcanzar objetivos deseables como la conciencia ambiental, la tolerancia y la educación sexual para prevenir embarazos precoces y no deseados, por ejemplo. Pero hay que estar convencidos de que la escuela es para eso y que es posible. Y también hay que asegurarle a la escuela los medios para lograrlo. Porque si la socialización sigue imponiéndose, nada mejorará.


lunes, 10 de junio de 2013

Inseguridad y educación

Publicado en Tal Cual el lunes 10 de junio de 2013
Por: Mariano Herrera
En estos días, en una escuela bolivariana, tuvo lugar una situación en la que se mezclaron dos problemas muy severos que padece nuestro país: la inseguridad  y la educación. En la escuela mencionada, situada en el casco urbano de una ciudad capital de uno de los 23 estados, una profesora de matemáticas aplazó en un examen a una alumna. A los pocos días, el novio de la alumna, un conocido malandro de la zona, irrumpió armado dentro del liceo, agredió a casi todos los profesores presentes, incluyendo al director, obligándolos a acostarse boca abajo en el piso y conminándolos a identificar a la profesora que había aplazado a su novia. Gracias a un acuerdo tácito entre todos, y a pesar de que una de las acostadas en el piso era la profesora de matemáticas, todos negaron su presencia y la profesora se salvó.
El malandro y sus cómplices habían entrado otras veces, para asaltar al personal y a los alumnos, robándose dinero, celulares, relojes, etc. De modo que, el liceo era algo como territorio libre para delincuentes.  Nadie denuncia porque la debilidad del sistema policial  y de justicia, pone en peligro al denunciante, a sabiendas de que el delincuente será dejado en libertad y la venganza contra quien denuncia puede ser un ensañamiento mortal contra él y su familia. Muchos tienen conocidos víctimas de ese tipo de venganza. Por esas razones, el director permitía el acceso del malandro a la escuela, argumentando que era preferible tener buenas relaciones con él para evitar males mayores. Este caso refleja a la vez, dos debilidades: la de la gestión escolar (el director no tiene otra alternativa que “convivir” bajo el dominio de los malandros) y la de la seguridad ciudadana.
Estamos frente a una ausencia total del Estado, paradójicamente administrado por un gobierno que parece creer que el Estado es lo único importante. Gobierno que, por razones nunca explicadas por los responsables oficiales, pareciera que han promovido, por acción y por omisión, el deterioro progresivo de la seguridad personal, de la gestión escolar y de la calidad educativa.
No me queda claro para qué, pareciera que se promueve desde el gobierno el deterioro de la seguridad y el auge de la delincuencia. Pero sí creo entender por qué se ha dejado en decadencia a la educación. Nos gobiernan extremistas de una izquierda radical que creen que el modelo actual de escuela es reproductor de los valores y de la estructura social del capitalismo. Y, por lo tanto, de nada sirve que la escuela sea buena porque, de serlo, fortalecería el capitalismo.  Según el gobierno, hay que esperar que la nueva sociedad socialo-comunista haya remplazado totalmente la actual para, sólo entonces, inventar una nueva escuela. Este mismo razonamiento aplica para las universidades. Mientras tanto, lo único que importa es el control político de las instituciones educativas. Todavía no lo han logrado totalmente. Pero sí han mermado la calidad educativa y desvalorizado enormemente la profesión de educador.

lunes, 27 de mayo de 2013

La sociedad cambia si mejora la escuela

Por: Mariano Herrera

Se tiende a creer que mientras haya pobreza, la educación poco puede hacer. Que hay que esperar que cambie la sociedad para que cambie la escuela. Pero la sociedad cambia si la escuela mejora. Y la escuela mejora con maestros conscientes y muy competentes. Está demostrado que la pobreza disminuye en la medida en que aumenta el número de años de estudio de toda la población. Es decir, cuando se disminuya y se elimine el fracaso escolar y todos los niños que empiecen en preescolar culminen con éxito su bachillerato 12 años después, en esa misma medida disminuirá la pobreza y más venezolanos podrán vivir mejor. Y también está demostrado que ese éxito es posible lograrlo en todas las escuelas. Pero para ello se necesitan muy buenos maestros.

¿Qué hacer para tener más y mejores docentes? Los docentes requieren que la sociedad y el Estado los tomen mucho más en serio y los valoren de verdad. Hay que pagarles mucho mejor y apoyarlos en su labor cotidiana. En las aulas muchas veces se sienten solos frente a dificultades que implican sus enormes responsabilidades. Con frecuencia carecen de la formación especializada y del apoyo, requeridos para atender los problemas de enfrentar grupos de alumnos, la mayoría de ellos inquietos y difíciles de motivar, y para lograr que se interesen en los contenidos de los programas escolares.

Hay que mejorar la formación universitaria. Las universidades tienen que hacer un esfuerzo para mejorar las herramientas especializadas que requiere la profesión. La formación universitaria es necesaria y ha significado una mejora sustantiva en la educación venezolana, pero aún adolece de fallas que deben superarse con urgencia. La docencia es una profesión que requiere competencias específicas. Existe un desarrollo interesante de pedagogías comprobadamente eficaces, especialmente valiosas para los docentes que trabajan con alumnos provenientes de medios socio-culturalmente desfavorecidos.

También importa que los docentes dominen los contenidos de los programas oficiales y la cultura general. La formación universitaria debe aportar al docente un sólido dominio de los programas del grado, del nivel o de la asignatura que deberá enseñar y un amplio panorama sobre historia, geografía, arte y sólido dominio lingüístico y de las matemáticas.

Hacer atractiva la profesión de educador. Mejorar la formación universitaria de los docentes no basta. Es indispensable hacer de la carrera de educador una profesión atractiva y prestigiosa.  Para hacer atractiva la profesión, el Estado tiene que mejorar considerablemente las condiciones de trabajo. Ello significa, obviamente, mejorar considerablemente el ingreso, pero no sólo eso. Las escuelas deben ser instituciones agradables en todo lo que tiene que ver con su clima institucional y en su ambientación física. La prioridad de nuestra sociedad y el mandato que ésta le hace al Estado tiene que ser apoyar a los docentes y hacer todo para que la carrera educadora se convierta en la más atractiva de todas.


lunes, 13 de mayo de 2013

En la escuela los niños deberían estar aprendiendo


En la escuela los niños deberían estar aprendiendo
Por: Mariano Herrera

La UNESCO acaba de aprobar un documento en el que se afirma que no es suficiente que se garantice la cobertura, es decir que haya escuelas y cupo para toda persona en edad escolar. UNESCO dice que es también vital garantizar que ir a la escuela signifique aprender. Parece una afirmación de Perogrullo pero no lo es. Resulta que evaluaciones de todo tipo han mostrado que millones de alumnos que asisten a escuelas primarias, egresan sin dominar los conocimientos ni las actitudes que deberían haber aprendido en la escuela, que, por supuesto, para eso está.
Cobertura y calidad pues son ahora para UNESCO igual de importantes y deben ser garantizados por cada uno de los Estados en los países democráticos y que creen en la justicia social. ¿Pero, por qué estar inscrito en una escuela NO significa aprender? Son muchas las razones, pero voy a referirme a dos principales: Tiempo de aprendizaje y procesos pedagógicos.
Este año escolar ya lleva perdidos 22 días, según la contabilidad oficial. Las elecciones presidenciales y de gobernadores en 2.012, el luto oficial y las elecciones presidenciales de abril de 2.013 son las justificaciones del cierre obligatorio de escuelas y liceos. Esto afectó por igual a escuelas oficiales y a colegios privados. A estos días de clase oficialmente perdidos se les suman muchos otros: Cada gobernado y cada alcalde celebra diversas efemérides regionales y locales que también implican días obligatoriamente sin clases.
Por otro lado, en las escuelas del gobierno se pierden muchos más días de clases por el mal funcionamiento de servicios o porque se cayó un techo o una pared debido a la ausencia total de mantenimiento y muchas otras razones por el estilo. Y, para colmo, la violencia en las calles tiene como consecuencia que muchas familias, como medida preventiva, dejen de enviar a sus hijos a la escuela cuando ha habido un asesinato o una confrontación armada terrorífica cerca de la escuela o de las viviendas. Es obvio que mientras menos días de clase tengan los alumnos, menos oportunidades tiene de aprender.
Pero también hay problemas cuando hay clases y los alumnos asisten. Y es que lo que se hace en las aulas muchas veces no logra que los alumnos aprendan casi nada porque abundan el dictado y la copia, y la mayoría de los alumnos o se aburren o hacen actividades repetitivas sin mucho sentido. En primer grado, por ejemplo, esto significa que muchos no aprenden a leer y así pasan a segundo grado.
Esto lo saben las autoridades educativas y no han hecho absolutamente nada al respecto en 15 años. Se pierden días de clases y se selecciona a los docentes sin ninguna garantía de su idoneidad profesional. Los mecanismos de selección son casi 100% clientelares y esto ha causado estragos. Estragos en el rendimiento estudiantil y estragos en el prestigio de la profesión docente. Este gobierno ha sido muy negligente con temas vitales para la sociedad: Calidad, cobertura y funcionamiento de la educación. 

domingo, 21 de abril de 2013

¿Estado de Derecho?


Artículo publicado en Últimas Noticias el 21 de abril de 2.013

Por Mariano Herrera

Tibisay Lucena, en su discurso en el marco de la proclamación de Maduro el lunes 15 de abril, afirmó que en Venezuela existe un Estado de Derecho. Estado de Derecho significa que existen unas instituciones públicas, consecuencia de que estamos organizados como república democrática, que están para garantizar que la convivencia social se base en leyes y normas aprobadas por todos los ciudadanos, y aplicadas por quienes administran el Estado, que son los funcionarios públicos.
No me sé de memoria ninguna ley, pero sí sé que las leyes electorales y los reglamentos del CNE, cuya presidenta es la funcionaria Tibisay Lucena, establecen que no debe haber desequilibrios en las condiciones electorales, que favorezcan a un candidato y perjudiquen a otros. Que el CNE es el garante de que esas condiciones sean iguales para todos. Y también sé, porque es evidente, que instituciones públicas como los canales de TV  y las estaciones de radio oficiales, se comportaron totalmente a favor de la candidatura del PSUV en perjuicio total del candidato de la MUD. Es más, como se ha dicho muchas veces, esos canales oficiales ya mencionados, parecen haber sido vendidos al PSUV, porque sólo hay programas partidistas, absolutamente favorables al gobierno, que, además, que insultan impunemente a cualquier persona que se oponga al gobierno y, en particular, a políticos o personas públicas de la oposición. Esto es un hecho tan obvio que me parece tonto escribirlo.
Si en Venezuela hubiera un Estado de Derecho, lo que acabo de describir no sucedería, en el caso que nos ocupa, porque una institución como el CNE lo impediría. El CNE no es una institución con “derechos” sino con deberes y obligaciones. Sus funcionarios están para garantizar los derechos electorales de todos los ciudadanos y muy particularmente los derechos de todos los candidatos de disponer de las mismas condiciones, exactamente las mismas. Si el CNE fuera imparcial y un poder independiente del Poder Ejecutivo, como lo exige un Estado de Derecho, no sería pensable que el candidato de gobierno tuviera los privilegios en los medios de comunicación oficiales que han tenido Chávez y Maduro, ni que la oposición pudiera ser objeto de los insultos permanentes de que son víctimas en los programas mediáticos oficiales. Por eso se les llama oficialistas. Porque no son oficiales sino que están al servicio del partido de gobierno.
La fusión partido-gobierno-Estado, es lo contrario del Estado de Derecho. Y Tibisay Lucena ha sido protagonista de la implantación práctica de esa fusión, no sólo tolerando y promoviendo la parcialidad favorable al PSUV en instituciones oficiales,  sino haciéndolo descaradamente, sin escrúpulos,  por acción y por omisión. No Tibisay Lucena, en Venezuela, no existe el Estado de Derecho porque altos funcionarios como usted han hecho lo contrario de lo que hay que hacer: En vez de promover y garantizar la aplicación rigurosa de leyes y reglamentos electorales, han obedecido las órdenes de un caudillo y de su partido, fomentando la parcialidad ilegal e injustamente, destruyendo así la institucionalidad de la democracia, la justicia legal y social y atentando contra la paz.

lunes, 18 de marzo de 2013

Engaños y mentiras


Publicado en Tal Cual el lunes 18 de abril de 2013

Por: Mariano Herrera
El gobierno actual ha engañado a la población venezolana con grandes declaraciones que no se corresponden con la realidad. Esto es especialmente cierto en educación.
Uno de los engaños más notorios y descarados es el haber declarado a Venezuela “Territorio libre de analfabetismo”. En 2003, el gobierno anunció que había alfabetizado a 1.202.025 venezolanos.   En 2005, el ministro de Educación Aristóbulo Istúriz afirmó que 1.482.543 personas aprendieron a leer gracias al método cubano "Yo sí puedo”.
Los datos suministrados por el INE dan cuenta de 1.576.000 mil analfabetas en 2001. 10 años después la cifra se reduce a unas 1.418.000 personas iletradas. De modo que en total se alfabetizaron unas 158.083 personas.   Pero,  la ministra de Educación, Maryann Hanson,  afirma,  en la presentación de la Memoria y Cuenta de 2.010,  que  desde 2003 se han alfabetizado  a  1.722.667 personas. Las cifras se contradicen. Alguien nos está engañando. El INE, en el censo de 2.011, señala que el analfabetismo afecta todavía a 4,9% de la población. Sí, es cierto, bajo en 10 años. Pero menos que en los 10 años anteriores. Entre 1.990 y 2001 el censo destaca que se alfabetizaron 237.230 personas. Casi 80.000 personas más que las alfabetizadas durante los últimos 14 años. Confusión y engaño es lo que ha reinado sobre este tema.
Otro engaño es el de las escuelas bolivarianas. El gobierno afirma que existen 10.000 escuelas bolivarianas. Pero resulta que ahora llaman bolivarianas a escuelas que no cumplen con las condiciones de serlo. El concepto original de escuela bolivariana es que tengan un solo turno de 8 horas con los mismos alumnos y docentes a tiempo completo en un horario de 8 am a 4pm. Esto mejoraría considerablemente las condiciones de trabajo y de estudio. Los alumnos tendrían horas para actividades académicas, recreativas, culturales y deportivas. Los docentes tendrían tiempo para planificar, evaluar, trabajar en equipo y atender a  alumnos con necesidades específicas. Además de contar con 3 comidas diarias, desayuno, almuerzo y merienda. Este concepto  nace en la innovación que se hizo en los años 90 en el estado Mérida, bajo la dirección del  profesor Antonio Luis Cárdenas, quien luego fue ministro de educación. Esta era pues una propuesta capaz de generar consensos entre familias, personal docente y expertos. No obstante desde hace varios años, el gobierno decreta  que son bolivarianas, escuelas que mantienen dos turnos con 2 grupos de alumnos, uno por la mañana y otro por la tarde. Ninguna diferencia con la situación previa al nuevo nombre. Escuelas bolivarianas a doble turno son un gran engaño que no deja de ser sino un auto-engaño: Sólo el gobierno se lo cree.
El gobierno no cumple. Sus promesas a las universidades de apoyarlas para evitar agresiones y violencia en sus recintos nunca se han materializado. Siguen los extremistas oficialistas haciendo de las suyas en total impunidad, sin que las autoridades (las del gobierno) actúen sancionando a los culpables. Puras mentiras y engaños.

sábado, 23 de febrero de 2013

Calamidades educativas


Publicado en el diario Tal Cual el lunes 18 de febrero de 2013
Por: Mariano Herrera
La lista de lo que podemos llamar “calamidades educativas” es larga. Se trata de problemas de fondo y de funcionamiento que afectan la calidad de la educación y, específicamente, la posibilidad de que los alumnos de las escuelas oficiales aprendan algo medianamente satisfactorio en su paso por la escuela y el liceo.
Sin intenciones de “echarle la culpa” a los profesores, porque ellos son víctimas de muchas de las calamidades, no puedo dejar de mencionar que cada vez se observan mayores deficiencias en la preparación de los docentes, especialmente en primaria. Luego sucede, cada vez más, la imposición de lo que podemos definir como el desdén por la exigencia, traducido en actividades de bajo nivel, a veces confundidas con un erróneo concepto de “cultura popular”, que hace que los alumnos sólo se familiaricen en la escuela con lo que ya conocen en sus casas. Hay una especie de “continuidad cultural” que hace que la escuela no enseñe nada más allá de lo que los alumnos ya saben antes de asistir a clases.
Quizás lo más grave de todo es la gran cantidad de clases perdidas. Esto se debe a diversas “distracciones institucionales”. Es decir a innumerables efemérides tipo Día del Maestro”, día de sopotocientos próceres nacionales y regionales, pero también a frecuentes talleres de información o capacitación que dejan a los alumnos sin sus profesores. Además hay que considerar los días que se pierden por las elecciones, que, como sabemos, para el año escolar 2012-2013 han sido más de 14 días perdidos para la inmensa mayoría de las escuelas oficiales.
También hay una alarmante pérdida de tiempo por las frecuentes inasistencias de los alumnos. Datos de diversos estados nacionales nos indican que más del 40% de los alumnos de primaria faltan a más del 25% de los días  de clase. Y esto se debe a múltiples factores, pero cada vez más parece que la inseguridad sea uno de los que más impacta. Cuando hay eventos trágicos cercanos a la vivienda o a las escuelas, los padres y familiares no se atreven a salir ni de día ni de noche. La indiferencia del gobierno ante la inseguridad, está teniendo consecuencias incluso educativas directas, cuando las familias dejan de enviar a sus hijos a la escuela por miedo a la violencia en las calles.
No hay espacio suficiente para otros muchos problemas calamitosos como el bajo nivel de los libros de texto que el gobierno entrega, con la edad de los alumnos en primer grado, el rendimiento escolar, las deficiencias de la alimentación y pare usted de contar. Y el gobierno, en vez de ocuparse de esto, impone una resolución de comunidades educativas que, independientemente de su carácter político-partidista, enreda la vida de directivos y docentes, distrayéndolos de todos los demás problemas que se terminan convirtiendo en tremendas calamidades educativas. Quizás la mayor calamidad sea el gobierno que tenemos.

lunes, 4 de febrero de 2013

El maltrato a los educadores


Por: Mariano Herrera (Publicado en Tal Cual el lunes 4 de febrero de 2.013)

Si hay algún gremio profesional maltratado por este gobierno, no hay duda que es el de los docentes. Maestros y profesores desde preescolar hasta la universidad pasando por el bachillerato están entre los funcionarios peores pagados de toda la administración pública. Hay que ver lo que significa que un maestro o una maestra de primaria puedan vivir con un sueldo mensual de menos de Bs. 3.000 mensuales. Un profesor de educación Media o bachillerato tiene que dar 45 horas de clase semanales para que su ingreso sea poco más de Bs. 3.500 al mes. Y lo mismo sucede con los profesores universitarios. El sueldo de entrada es de menos de Bs. 3.000 al mes.
Por otro lado, durante el año 2.012, a muchos docentes de primaria se les obligó a pasar de trabajar con el horario de un turno (medio tiempo)  al  horario bolivariano (tiempo completo). Esto, en muchos casos, exigía renunciar a un ingreso por el segundo medio tiempo. Como compensación, el horario bolivariano incluye un aumento del 60% sobre el sueldo de un solo turno. El problema es que a una gran cantidad de docentes se les deben entre 1 y 4 años de bono bolivariano. Son docentes que dejaron de percibir el ingreso de un sueldo de medio tiempo y que ahora sólo cuentan con un ingreso de poco más de Bs. 2.800. El gobierno le ha producido un daño tremendo a las personas que se consideran de las más importantes para toda sociedad, como lo son los educadores. Esos no son ingresos dignos de profesionales universitarios.
Por otro lado, la desvalorización de la profesión es permanente. Primero, eliminan el ingreso a los cargos oficiales y los ascensos por concurso, reivindicación que se había logrado en los 90 del siglo pasado después de muchas luchas gremiales. De modo que, ahora, el ingreso se inicia como interino, quien a su vez es nombrado a dedo por alguna autoridad, y luego es evaluado en su desempeño para optar al cargo de titular. Pero la primera entrada es a dedo. Sin considerar méritos ni credenciales. Esa realidad perjudica a la sociedad y a los docentes más decentes que no se aprovechan del tráfico de influencias. Y también hace proliferar y prosperar mafias de tráfico de influencias para ese primer “carguito” de interino.
Tampoco es fácil la situación de los jubilados. El gobierno nacional es el patrono del 70% de todos los docentes del sector oficial y puede demorar más de 5 años en cancelar las prestaciones de quienes se jubilan. De modo que el monto que reciben, con la inflación acumulada, puede perder hasta 5 veces su valor y su poder adquisitivo. Y ni hablar del acoso y la violencia contra los profesores universitarios en sus propios recintos laborales.
Todo lo anterior refleja lo poco que valora este gobierno a sus docentes y el maltrato del que estos son víctima por parte de las actuales autoridades educativas.



















jueves, 31 de enero de 2013

La Educación escolar en Venezuela


Este documento es viejo pero creo que tiene algo de actualidad y de interés para los fanáticos del tema.

Mariano Herrera

En este trabajo se tratará exclusivamente el tema de la educación escolar y no todo lo que abarca el tema educativo. Se presenta en una primera parte una serie de postulados de base acerca del “para qué” de la educación y la educación que queremos. Luego se pasa a un breve diagnóstico que permita identificar los problemas más críticos que, de ser solucionados, se mejoraría notablemente la eficacia del sistema educativo. Por último se plantean algunas soluciones que pretenden abarcar algunos de los factores desencadenantes de las transformaciones necesarias.

EL PARA QUÉ O LOS FINES DE LA EDUCACIÓN
La educación es, a la vez, un fin en sí mismo y un medio o un instrumento. Es un fin en sí mismo porque es mejor educarse que ser ignorante, es un bien, es un valor, algo por lo cual vale la pena hacer sacrificios. El objeto de muchas críticas, pero nadie quiere deshacerse de ella.
Es también un canal de movilidad social que garantiza la igualdad de oportunidades. Es también el factor que mejor protege contra la pobreza. Y esto es una particularidad de nuestro país.
En efecto, cuando se estudia en los países en vías de desarrollo, y al particular en los más pobres, cuál es el factor que más se asocia al hecho de ser pobre, aparece el hecho de ser mujer (en África o en Asia), el hecho de vivir en el medio rural, el origen étnico o el tipo de empleo que se tiene. En Venezuela los más pobres tienen como común denominador el bajo índice de escolaridad, es decir, el bajo número de años de estudio aprobados. Mientras menor sea el número de años de estudio aprobados, más probabilidades hay que una persona sea pobre. Por el contrario, a mayor número de años de estudio, más difícil es estar en el nivel de pobreza (Riuttort, 2000).
Por supuesto que la educación no lo puede todo. Aun cuando la mayoría alcance altos niveles educativos, si la economía no es suficientemente eficiente ni orientada hacia la proliferación de empleos productivos y bien remunerados, el rol social de la educación se ve obstaculizado por el contexto económico.
Hay pues que estar claros: la educación sí puede cambiar la sociedad pero no lo puede todo.
FUNCIONES CONTROVERSIALES
La educación también está para otras funciones que la sociedad le encarga. Podríamos enumerar al menos dos de ellas: la primera es la de conservación y transmisión del patrimonio de la humanidad. La segunda es la de garantizar la igualdad de oportunidades y; si se quiere, “proteger” contra la pobreza.
La misión de conservación ha sido altamente cuestionada. Ha sido descrita como reproducción de las desigualdades y perpetuadora de la injusticia. Y no sin razón.
Es cierto que la función ejercida por la educación en países europeos, hasta bien entrada la década de los 80 del siglo XX, si bien elevaba el nivel educativo promedio de la población, no contribuía suficientemente a la movilidad social. Los oficios y las profesiones eran prácticamente heredados, con lo cual la igualdad de oportunidades se convertía en un fracaso. Es decir, independientemente de la cobertura masiva, los hijos de los obreros seguían siendo obreros, los hijos de maestros y profesores se convenían también en maestros y profesores y los hijos de profesiones liberales seguían el camino de sus padres.
El caso de Venezuela no ha sido así. Desde que se empezó con la masificación de la educación, que tuvo su auge en la década de los 60, hasta el inicio de la década de los 80 del pasado siglo XX, la movilidad social ligada a la educación es innegable. La población económicamente activa pasó de un promedio de tres años de escolaridad por habitante en 1963 a un promedio de más de siete años a finales de la década de los 80.
El aumento de los años de estudio de la mayoría de la población, asociado a los beneficios de la distribución de la renta petrolera a través del Estado hizo crecer a la clase media y, sobre todo, cultivó las esperanzas de los más desfavorecidos, quienes veían a su alrededor el progreso social, el aumento del nivel educativo de sus hijos y de muchos otros del mismo medio social.

Lamentablemente, el desempeño actual de nuestro sistema educativo está teniendo efectos negativos al producir desigualdades en las oportunidades de egreso, y no tanto de acceso o de cobertura. El enfoque conservador de toda educación está más relacionado con la herencia cultural que con la rigidez de las estructuras sociales. Toda sociedad tiene interés en conservar su memoria cultural, transmitir sus creencias, sus valores y los conocimientos. La sociedad de hoy no escapa de esa necesidad universal. Y la educación tiene el rol de transmisión del patrimonio cultural de la nación y de la humanidad.
Conservación, transformación social, protección contra la pobreza son misiones de la educación y funciones del sistema educativo, más exactamente de la escuela. Ciudadanos educados, capaces de insertarse y, al mismo tiempo, de transformar la sociedad, con sentido crítico y espíritu productivo son los productos que la escuela debe garantizar. Pero, sobre todo, debe hacerlo con equidad, asegurando el máximo de igualdad de oportunidades. Produciendo valor agregado, es decir, logrando que los niños procedentes de los sectores más desfavorecidos alcancen masivamente los beneficios cualitativos de la educación.

EQUIDAD Y CALIDAD
Queremos una sociedad económicamente productiva, socialmente cohesionada, culturalmente amplia y tolerante con una población capaz de adaptarse a cambios y a  exigencias cada vez más frecuentes y mayores y capaz de adaptar la sociedad a las exigencias de participación y de mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.
Las personas necesitan herramientas prácticas, hábitos y disciplinas individuales y competencias capaces de insertarse en un mercado de trabajo complejo y que necesita de iniciativas individuales, trabajo en equipo, responsabilidad individual y colectiva, eficiencia, eficacia y productividad. Necesitan tener poder y criterios suficientes para transformar la sociedad o conservarla según las opciones culturales y políticas que cada momento histórico experimenta. La sociedad necesita personas equilibradas, respetuosas y consideradas con los demás, conscientes de sus responsabilidades con el medio ambiente incluyendo vecindario.
Que la educación logre esos objetivos es un asunto de calidad.
Que lo logre con todos sus alumnos sin diferencias por el origen social ni de género ni de ninguna índole es un problema de equidad. Calidad y equidad son pues los dos problemas fundamentales de nuestro sistema educativo.

EN QUÉ ESTAMOS
En cuanto a la equidad, estamos en una situación de severo deterioro en el funcionamiento del sistema educativo. En la década del inicio de la democracia y hasta mediados de los 80 del siglo XX, se progresó de manera considerable. Pasamos de tres a más de ocho años de escolaridad promedio para la Población Económicamente Activa (PEA) y la cobertura de la primaria se completó casi en un 100 por ciento de la población con la edad correspondiente. Pero, Venezuela tiene serios problemas con la cobertura escolar para los más de catorce o quince años. Es pues aquí donde hay que hacer esfuerzos para mejorar el funcionamiento del sistema. Porque quienes abandonan el sistema o son expulsados por la escuela antes de culminar el nivel obligatorio, es decir, antes de cumplir quince o dieciséis años y con menos de noveno grado de Educación Básica, son justamente quienes más necesitan del máximo de años de estudio para disponer de los atributos requeridos para insertarse productivamente a la sociedad. Y lo que está sucediendo es lo contrario.
El promedio de años de estudio por habitante de la PEA es actualmente de poco más de ocho años. Es decir, la mayoría no alcanza noveno grado. Pero la desigualdad hace que el 20 por ciento más pobre sólo alcanza 5,6 años de estudio. Es decir, no pasa de sexto grado.
Sólo alcanzan más de l0 años de estudios los descendientes de quienes también alcanzaron esos niveles educativos, mientras que los descendientes de quienes tienen menos que primaria, tampoco logran pasar de sexto o séptimo grado.

EQUIDAD
El sistema educativo logra matricular a casi todos los niños en edad escolar: 95 por ciento para 2001 (MECD: Memoria y Cuenta, 2003). Pero sólo hasta que cumplen doce o trece años de edad. Es decir, existe un problema esencial que es el fracaso escolar. Ahora bien, cuando se habla de fracaso escolar generalmente se entiende que quien fracasa es el alumno: éste es aplazado, luego repite una o dos veces algún grado o año durante su trayectoria escolar, y finalmente es expulsado del sistema o él mismo lo abandona. Pero cabe preguntarse, si la cifra de fracaso es tan alta que el promedio de escolaridad es lo bajo que es, ¿fracasan todos esos muchachos?, ¿son todos incapaces por razones individuales?, ¿los problemas sociales deben resolverse antes de que la escuela pueda cumplir con su misión de garantizar la equidad?
LA EQUIDAD DEPENDE TAMBIÉN DE LA CALIDAD
Es obvio que no todo es atribuible a los niños y jóvenes. Tampoco tiene toda la culpa el origen social del niño ni la situación actual de la familia. Cuando se indaga acerca de las causas de la deserción escolar, es obvio que la primera razón es la situación económica de las familias. Los niños abandonan la escuela porque el costo de oportunidad es muy elevado y difícil de pagar durante diez a doce años, por muy gratuita que sea la matrícula escolar en las escuelas oficiales.
Para enviar un niño a la escuela hay que cubrir gastos de comida en la escuela, de transporte y de misceláneos cada cierto tiempo, como cuadernos, bolígrafos, etc. Dada la crisis económica, el desempleo y el aumento de la pobreza en los años recientes, a muchas familias les resulta cuesta arriba cubrir dichos costos y terminan retirando a sus hijos de la escuela, para incorporarlos a labores de la economía informal. Por ello, es vital disponer de programas sociales como el Programa Alimentario Escolar (PAE), becas para alumnos de tercera etapa y educación media (lo que comúnmente se conocía como secundaria), subsidio al transporte, uniformes y útiles escolares.
Pero los programas sociales tampoco son suficientes. Un estudio reciente (González, 2000) mostró que la mayoría de los desertores tienen como común denominador no sólo el hecho de pertenecer a familias pobres sino el hecho de haber sido repitiente antes de abandonar la escuela. De modo que es posible atacar la deserción con programas educativos. Dicho de otro modo, evitando la repitencia, se evita la deserción. Y ¿cómo evitar la repitencia? Los alumnos repiten porque no alcanzan el rendimiento mínimo para pasar al grado siguiente. Pero no todo es atribuible a los alumnos. Muchas veces lo que se observa es una inadecuada enseñanza por parte de los maestros que no utilizan métodos pedagógicos adecuados.


ORIENTAR LAS POLÍTICAS PÚBLICAS
Para orientar las políticas públicas hacia un mejoramiento efectivo de la calidad de la educación, y para que éstas a su vez tengan incidencia en la equidad, permitiendo que los alumnos más pobres alcancen el mismo número de años de escolaridad que los menos pobres, es necesario tener en cuenta la secuencia causal anterior: métodos de enseñanza inadecua- dos producen bajo rendimiento, lo cual produce repitencia y los repitientes terminan por abandonar la escuela prematuramente. El bajo rendimiento y la repitencia son manifestaciones del fracaso escolar, es decir, del fracaso del sistema educativo, incapaz de lograr que todos los alumnos culminen los años de estudio obligatorios, como mínimo.
Evitar el fracaso escolar debe ser pues la prioridad ¿Cómo hacerlo?1
Toda la evidencia científica basada en estudios empíricos sobre la calidad de la educación indica que el elemento más determinante es evidentemente el maestro. Pero también es indispensable fortalecer el desempeño total de la escuela y no sólo de los docentes (para una muestra de la amplia literatura sobre el tema, consultar la documentación en www.rinace.org).
Mejorar el desempeño de los maestros y de las escuelas es indispensable para alcanzar el objetivo planteado de evitar el fracaso escolar. Y, ¿acaso esto no se ha hecho? Pues obviamente que sí se ha intentado. Lo que más se ha tratado de lograr es aumentar el nivel de los maestros y profesores. Entonces, ¿por qué no se ha logrado mejorar? Las razones son varias, algunas muy complejas. Enumeraremos las que considerarnos más críticas.


1. La carrera no es atractiva. Sólo la escogen quienes no tienen otra opción por sus bajas notas en bachillerato. Salvo escasas excepciones, sólo los bachilleres que saben que no serán aceptados en otras carreras por su promedio de calificaciones, optan por estudiar educación. Esto produce que el nivel de la carrera sea bajo y en consecuencia que, al graduarse, el nivel de los egresados tampoco sea satisfactorio. Hacer más atractiva la carrera docente, mediante condiciones de trabajo mejoradas, se hace imperativo.

2. Las universidades no especializan suficientemente a los docentes que forman. Estudios recientes (Herrera, 2000) muestran que los planes de estudio de las universidades que ofrecen la carrera de educación no forman con el nivel de especialización que exige el oficio. Escasez de materias prácticas, teorías poco relacionadas con el ejercicio real de la profesión, exceso de “modas” seudoteóricas no ayudan a los egresados frente a alumnos en salones de clase reales. Las antiguas escuelas normales ofrecían herramientas pedagógicas que se adaptaban mejor a las realidades de las aulas con métodos de enseñanza efectivos. Urge retomar este enfoque e incorporarlo a la formación universitaria.

3. Se puede entrar a ejercer sin ser graduado. Priva el aprendizaje empírico sobre el universitario. Muchos maestros, hoy poseedores de títulos universitarios que los acreditan como docentes, iniciaron sus estudios después de haber empezado a trabajar como docente. De modo que primero aprendieron empíricamente, con su propia experiencia cotidiana, y es esa experiencia lo que priva. A ellos la universidad les sirve esencialmente para obtener el diploma que permite la estabilidad laboral, la mejora salarial y el acceso a la jubilación y otros beneficios.

4. Los incentivos son desfavorables al buen desempeño. Trabajar en una escuela oficial es ser parte de todo un sistema de incentivos que son desfavorables al buen desempeño. Las escuelas carecen de director y, en caso de estar presente, no dispone de herramientas para una gestión eficaz. Cambiar este sistema de incentivos es indispensable para mejorar el desempeño de los docentes.
El otro factor desencadenan te es la escuela. Se necesitan escuelas eficaces pero las escuelas oficiales son institucionalmente muy débiles:

En muchos casos (entre 40 y 55 por ciento de las escuelas en promedio) no hay directivos y las escuelas están acéfalas. En las es- cuelas en que sí hay directores, éstos carecen de la autoridad y de los instrumentos de gestión indispensables para dirigir adecuadamente la escuela.

PROPUESTAS PARA EL CAMBIO
Fortalecer la escuela y tener buenos docentes son factores estratégicos. Para actuar sobre ellos han sido diseñados programas detallados. Entre ellos cabe mencionar el “Acuerdo social para el desarrollo y la superación de la pobreza” {www.acuerdosocial.com).
Los programas se orientan a fortalecer las escuelas oficiales para que dispongan de mayor capacidad de producir valor agregado educativo, tal y como lo hacen muchas escuelas de Fe y Alegría. Éstas logran mejores resultados por poseer mayor capacidad de gestión, basada en la presencia de directores bien seleccionados y con mayor capacidad de acción sobre los procesos y resultados educativos de sus escuelas. Además, son escuelas con manejo responsable de su presupuesto y de su personal, gracias al convenio Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC)-Ministerio de Educación. Este convenio cubre los gastos de las escuelas con financiamiento público incluido en el presupuesto del Ministerio de Educación, otorgado anualmente a la AVEC; luego la AVEC es responsable de entregar el presupuesto a cada una de las escuelas pertenecientes a la asociación, bajo estrictas normas contables y de rendición de cuentas tanto administrativas como educativas.
Multiplicar este tipo de convenio para fortalecer un máximo de escuelas que atienden a poblaciones desfavorecidas es una prioridad. Lograrlo depende de que Venezuela llegue a un nuevo acuerdo social, que establezca nuevas reglas de juego para los actores educativos, especialmente para los gremios de docentes. Este tipo de acuerdo es viable en términos de financiamiento y de “costo político” porque los beneficios de las escuelas bajo convenio son los mismos que los de las escuelas oficiales, incluyendo la jubilación. El no haber construido el acuerdo que se requiere explica por qué no se han generalizado experiencias para que los beneficios de modelos eficaces probados se amplíen a un mayor número de alumnos pertenecientes a clases desfavorecidas2.

En cuanto a hacer más atractiva la profesión docente, los programas alternativos mediano y largo plazo. A mediano plazo es necesario incidir en la mejora de los docentes en servicio. Para ello se requieren programas que comprendan capacitación y seguimiento y apoyo directo de asesores pedagógicos en las escuelas y las aulas, acompañados de manuales variados de técnicas que ayuden a los maestros a mejorar su oficio.
A más largo plazo es necesario actuar sobre dos dimensiones de la docente: las condiciones de trabajo y la formación inicial. Actualmente ser docente empleado por el Estado o el sector público ofrecen beneficios relativos: poca exigencia para obtener un cargo, poca exigencia en el ejercicio cotidiano del oficio, sólida estabilidad laboral, vacaciones abundantes remuneradas, seguro social y HCM, y jubilación a los veinticinco años de antigüedad.
Como desventaja hay que señalar pésimas condiciones físicas y dotación de la mayoría de las escuelas, bajo sueldo (aunque con de duplicarlo trabajando 2 turnos, que en muchos casos, tampoco representa un ingreso suficiente), dificultades de acceso a las escuelas (alto costo del transporte, inseguridad en los barrios, etc.).
Cambiar los incentivos podría pasar por:
Mejorar el sueldo y las condiciones materiales de las escuelas.
Mejorar el clima institucional, asignando directores de alto nivel a cada plantel.
Diseñar sistema de premio y reconocimientos al buen desempeño. Poner en marcha programas de apoyo y de acompañamiento a las escuelas ya los maestros.
Como contrapartida, se aumentaría el número de años de servicio optar por la jubilación, y la estabilidad laboral estaría sometida a un sistema riguroso de evaluación del desempeño:


Los cambios en la formación inicial de los docentes pasarían por:
Disminuir la duración de los estudios universitarios de cinco a dos o tres años.
Establecer un sistema de oposición en el que también se beneficien las universidades cuyos egresados sean más destacados.
Promover cambios en los programas de estudio de las universidades, a través de un amplio debate nacional en el que participen profesores, estudiantes, egresados, expertos nacionales e internacionales, y padres y representantes de alumnos de las escuelas públicas.

Para lograr todo lo anterior, se necesita un acuerdo social amplio y complejo, diseños de programas específicos que pongan en marcha soluciones viables. Ambas cosas requieren claridad en las orientaciones y tener presente que los cambios no serán inmediatos, pero el progreso sí será visible muy rápidamente.
No fue posible por razones de espacio abarcar otras transformaciones también necesarias como la eficiencia de la administración educativa, la descentralización y el fortalecimiento de las instancias estadales y municipales del sector educativo.

BIBLIOGRAFÍA
GONZÁLEZ, Lissette. (2000). “Deserción escolar y exclusión juvenil en Venezuela”. Trabajo de ascenso, Escuela de Sociología, UCAB, mimeo.
HERRERA, Mariano (coord.). (2000). Los maestros en Venezuela: diseño de carrera e incentivos institucionales. IIES-UCAB/CICE/Avina, julio 2000, Caracas.
HERRERA, M. y M. LÓPEZ (1996). La escuela eficaz, Cinterplan/CICE, Caracas.
LÓPEZ, Marielsa. (2000). “La identidad profesional de los docentes a partir de su práctica pedagógica”, en Ponencias del Seminario: “Identidad profesional y desempeño docente en Venezuela y América Latina”. Caracas, UCAB, 15 y 16 de junio, mimeo.
MINISTERIO DE EDUCACIÓN. Memoria y Cuenta, varios años.
RIUTTORT , Matías. (2003). Ingreso, desigualdad y reducción de la pobreza, UCAB, Caracas.