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lunes, 10 de junio de 2013

Inseguridad y educación

Publicado en Tal Cual el lunes 10 de junio de 2013
Por: Mariano Herrera
En estos días, en una escuela bolivariana, tuvo lugar una situación en la que se mezclaron dos problemas muy severos que padece nuestro país: la inseguridad  y la educación. En la escuela mencionada, situada en el casco urbano de una ciudad capital de uno de los 23 estados, una profesora de matemáticas aplazó en un examen a una alumna. A los pocos días, el novio de la alumna, un conocido malandro de la zona, irrumpió armado dentro del liceo, agredió a casi todos los profesores presentes, incluyendo al director, obligándolos a acostarse boca abajo en el piso y conminándolos a identificar a la profesora que había aplazado a su novia. Gracias a un acuerdo tácito entre todos, y a pesar de que una de las acostadas en el piso era la profesora de matemáticas, todos negaron su presencia y la profesora se salvó.
El malandro y sus cómplices habían entrado otras veces, para asaltar al personal y a los alumnos, robándose dinero, celulares, relojes, etc. De modo que, el liceo era algo como territorio libre para delincuentes.  Nadie denuncia porque la debilidad del sistema policial  y de justicia, pone en peligro al denunciante, a sabiendas de que el delincuente será dejado en libertad y la venganza contra quien denuncia puede ser un ensañamiento mortal contra él y su familia. Muchos tienen conocidos víctimas de ese tipo de venganza. Por esas razones, el director permitía el acceso del malandro a la escuela, argumentando que era preferible tener buenas relaciones con él para evitar males mayores. Este caso refleja a la vez, dos debilidades: la de la gestión escolar (el director no tiene otra alternativa que “convivir” bajo el dominio de los malandros) y la de la seguridad ciudadana.
Estamos frente a una ausencia total del Estado, paradójicamente administrado por un gobierno que parece creer que el Estado es lo único importante. Gobierno que, por razones nunca explicadas por los responsables oficiales, pareciera que han promovido, por acción y por omisión, el deterioro progresivo de la seguridad personal, de la gestión escolar y de la calidad educativa.
No me queda claro para qué, pareciera que se promueve desde el gobierno el deterioro de la seguridad y el auge de la delincuencia. Pero sí creo entender por qué se ha dejado en decadencia a la educación. Nos gobiernan extremistas de una izquierda radical que creen que el modelo actual de escuela es reproductor de los valores y de la estructura social del capitalismo. Y, por lo tanto, de nada sirve que la escuela sea buena porque, de serlo, fortalecería el capitalismo.  Según el gobierno, hay que esperar que la nueva sociedad socialo-comunista haya remplazado totalmente la actual para, sólo entonces, inventar una nueva escuela. Este mismo razonamiento aplica para las universidades. Mientras tanto, lo único que importa es el control político de las instituciones educativas. Todavía no lo han logrado totalmente. Pero sí han mermado la calidad educativa y desvalorizado enormemente la profesión de educador.