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martes, 27 de mayo de 2014

¿Qué debe enseñar la escuela?

Recomiendo muchísimo la lectura se este lúcido texto de esta muy destacada educadora brasileña Guiomar Namo de Mello aquí su biografía: ¿Quién es Guiomar Namo de Mello

No es nuevo pero es un verdadero clásico

El texto es parte de: Guiomar Namo de Mello, Social Democracia e Educaçâo: teses para discussâo, 2ª. Ed., Sâo Paulo, Cortez Editora-Autores Asociados, 1990.

Este es su texto, no se lo pierdan: 
¿Qué debe enseñar la escuela básica?

Muchos sectores llamados progresistas tuercen la nariz cuando se coloca como objetivo de la escuela la transmisión del conocimiento. Defienden que la escuela debería formar la “conciencia de clase” de los trabajadores, o la “conciencia crítica de los dominados”, como además se intentó hacer en São Paulo en la Compañía Municipal de Transportes Colectivos (CMTC) hace poco tiempo y como también se define en un documento de la Secretaría Municipal de Educación de São Paulo. En ese documento, el poder público municipal establece los criterios para subsidiar a entidades que quieran hacer alfabetización de adultos. Uno de los criterios afirma que la entidad sólo recibirá recursos si adopta una “concepción político-pedagógica liberadora”. O sea, sólo se autoriza a la entidad que “reza por la misma cartilla” de la administración, que además es vaga y difícil de definir. ¿O qué concretamente sería una “concepción político-pedagógica liberadora”?
Lo que se ignora es que una de las llaves de la libertad es el conocimiento, traducido en por lo menos los siguientes puntos:

  • Adquisición de nociones correctas sobre el origen, la producción y el cambio del mundo físico y de la vida social. 
  •  Dominio del lenguaje en su forma culta, como herramienta para organizar y expresar el pensamiento propio, las emociones propias y comprender las expresiones de los otros. 
  • Dominio de otras formas de comunicación y expresión humanas como la música, la literatura, las imágenes. 
  • Nociones correctas de tamaño, cantidades y números que sirvan de base al desarrollo del razonamiento abstracto, lógico, formal y matemático.

Cualquiera puede ver en estos puntos el currículum básico de la enseñanza fundamental: ciencias, historia, geografía, portugués y matemáticas. Bien organizado y administrado, el conocimiento ahí reunido constituye una de las bases para la formación de hábitos y actitudes que llevan a la participación en la vida social y al pleno ejercicio de la ciudadanía.
Conocer es, en ese sentido, dar un paso fundamental en dirección de la libertad de pensar, del libre ejercicio de la crítica, del abandono de nociones mágicas o supersticiones sobre el mundo y las personas. Conocer el mundo es apropiarse de él y no ser presa fácil de la mentira, de la ilusión, del oscurantismo, de la demagogia, de la mistificación, del sectarismo ideológico.
Si la educación escolar, en cualquier nivel, fuera eficaz en la transmisión del conocimiento, habrá cumplido su papel para todos los grupos sociales. Sobre todo habrá prestado un gran servicio a las clases populares.
No corresponde a la escuela formar militantes políticos, ni tiene poder para determinar el destino social, la ideología o el proyecto político de cada uno. Quien aprende correctamente a leer y escribir puede usar esa habilidad para entender el diario, el folleto de la puerta de la fábrica, el libreto de la misa, la receta del pastel, el discurso de los políticos.
Si además de haber aprendido a leer y escribir esa persona adquiere nociones correctas sobre el mundo físico y social, podrá interpretar, aceptar y rechazar un mensaje, lo criticará y comparará con sus propios valores religiosos, familiares y políticos.
La escuela no es un mundo separado de la sociedad. Además de ella actúan las iglesias, los partidos, los sindicatos, los medios de comunicación, las manifestaciones culturales. Es de la acción educativa conjunta de todos esos elementos que se forman las conciencias, los valores, los proyectos de vida, las opciones ideológicas. Proponer que la educación escolar sustituya a todos ellos, es lo peor que puede suceder porque la desviaría de su objetivo fundamental, aquello que le es específico, y ninguna otra institución puede cumplir, que es la de dar acceso al conocimiento sistemático y universal.
Hay todavía un agravante en esa posición equivocada. Los niños y jóvenes de las clases privilegiadas tienen otras oportunidades de tener acceso al conocimiento, pero para la gran mayoría la escuela es la única oportunidad de adquirirlo. Luego, lo que parece tan progresista, en realidad resulta contrario al interés popular.
Tal vez el ejemplo más contundente de que a la escuela no le corresponde adoctrinar —aunque lo quisiese no tiene poder para ello— estriba en un cambio significativo que está ocurriendo en el este europeo. En varios países fue abolida la enseñanza obligatoria del marxismo-leninismo. O sea, generaciones y generaciones fueron sometidas al bombardeo ideológico, lo que no les impidió estar hoy en las calles cuestionando la doctrina que les fue inculcada. Más aún, la reconocida competencia de muchos de los sistemas educacionales socialistas, en la enseñanza de las lenguas, ciencias y matemáticas, probablemente está contribuyendo sustancialmente para la crítica a que vienen siendo sometidos esos regímenes.
¿Por qué el conocimiento escolar debe ser universal?
El gobierno federal recién electo ha mencionado, entre las posibles medidas en educación, resucitar la llamada regionalización del currículum, que en la práctica significa enseñar cultura local al pobre, en nombre del respeto a las clases populares. Los ricos, evidentemente, continuarán teniendo acceso, como siempre tuvieron, al conocimiento universal.
Nadie niega que la cultura popular debe ser respetada. Desde el punto de vista pedagógico, ello puede ser el punto de partida del largo camino que lleva al conocimiento universal, mas en ninguna hipótesis la escuela debe limitarse a ello.
El autoritarismo de izquierda ya quiso hacer del “universo vocabular” del alumno la referencia de todo el proceso de alfabetización, cambiando en detalles, un niño o adulto sólo serían alfabetizados con las palabras del lenguaje local. ¿Quién no se acuerda del famoso tijolo transformado en tu já lê? Educadores y
lingüistas hicieron una crítica definitiva a esa concepción, afirmando que es un absurdo, en un país de dimensiones continentales, restringir la alfabetización al habla local, porque nuestra lengua tiene por lo menos 1 500 vocablos, que son conocidos de Oiapoc al Chiú. El papel de la lengua en una nación es unificar, universalizar, no dividir.
El autoritarismo de derecha, instaurado en los años sesenta, se apropió muy bien de ese discurso supuestamente respetuoso de la cultura popular y desplegó ríos de dinero en el noreste para elaborar cartillas regionales. Se llegó al colmo, en algunos estados, de producir cartillas conteniendo palabras que eran desconocidas en sus respectivas capitales.
La teoría educacional derivada de la Teología de la Liberación reforzó mucho ese equívoco. La opción preferencial por los pobres acabó llevando a una mitificación y romantización del saber popular, al punto de proponer que el conocimiento escolar, tildado como burgués e instrumento de dominación, fuese sustituido por la verdadera sabiduría: aquella que emana espontáneamente de las condiciones de vida de las clases populares.
No le corresponde a la escuela mantener al hombre en su propio barco y sin abrirle nuevas perspectivas, descubrir lo desconocido y desafiar al alumno a salir de su cultura en busca de nuevas visiones del mundo, más amplias y abarcadoras, de las cuales su vida y cultura local serán una parte.
Un niño, joven o adulto, sobre todo de las clases populares, va a la escuela para aprender lo que no sabe. El hijo del labrador aprende en casa a plantar, el del pescador a pescar, pero es en la escuela, por la adquisición de conocimientos universales sobre la naturaleza, que la agricultura y la pesca tendrán un sentido más amplio para ellos. Es por la enseñanza de la historia y la geografía que el contenido económico de esas actividades será develado.
En el contexto urbano eso es más que verdadero. Sólo el conocimiento organizado y universal da instrumentos para integrar la cantidad de información a la que están expuestas las personas que viven en la ciudad, por más marginadas que sean.
Hay un rasgo autoritario utilitarista que cuestiona el conocimiento universal afirmando que se debe enseñar en la escuela apenas lo que es útil para la vida. ¿De qué sirve, se pregunta en este caso, enseñar gramática o ecuaciones a quien sólo va a necesitar nombrar y resolver dos de las cuatro operaciones? ¿De qué le sirve saber cuál es la capital de Noruega a quien nunca va a salir de Itaquera?
La respuesta a esas preguntas es que a la educación escolar no le interesa el destino social de cada uno, y sí que todos, democráticamente, tengan acceso a la comprensión de su mundo. No importa si un alumno será tornero, mecánico, balconista, barredor de calles o ingeniero. En cualquier caso él será un ciudadano que enfrentará el desafío de descifrar su propio destino, o de su comunidad y/o de su país. Para eso necesitará pensar, abstraer, lo cual será facilitado por el estudio de la ecuación. Una persona puede nunca salir de su barrio o de su ciudad, pero su visión del mundo será diferente si sabe que existen otras ciudades y países, otros pueblos y costumbres. Si para eso tuviera que aprender cuál es la capital de Noruega, no hay nada de inútil en ese conocimiento.
Nada ilustra mejor cuán democrática es la defensa de una escuela transmisora de conocimientos universales para todos, que la historia de los levantamientos negros ocurridos a partir de 1976, en el ghetto de Sowetto, Sudáfrica. Y nada explica también por qué la minoría blanca reacciona contra ellos con tanta violencia. No todos saben, pero la revuelta de los negros comenzó con la protesta de los alumnos de las escuelas primarias y secundarias. Motivo: los negros no aceptaban que abolieran el inglés del currículum e introdujeran el afrikaner, lengua hablada cotidianamente. Como dijo un adolescente negro, muerto por la policía blanca:
El inglés nos puede ayudar a luchar contra la dominación, el africano sólo hablado en Sudáfrica nos limita a horizontes muy estrechos. Los blancos aprenden inglés en casa, pero nosotros dependemos de la escuela para dominar esa lengua.
No siempre el saber popular es liberador. Es una visión arcaica y rebasada querer regionalizar los currículos, restringir la lengua al habla local, enseñar apenas lo que es útil: el pobre a trabajar, el rico a ser dirigente. Es una pena que la llamada izquierda progresista se haya dejado confundir varias veces por ese canto de sirena.
Conocimiento e ideología
Afirmar que la tarea fundamental de la escuela es la transmisión de conocimiento no significa suponer, ingenuamente, la neutralidad de este último.
Muy por el contrario, implica afirmar que el conocimiento es antes que nada comprometido con la verdad y, por tanto, instrumento de crítica de las ideologías.
Siendo así, si el proceso de enseñar y aprender fuera bien realizado, inevitablemente llevaría a la formación de valores, de los cuales el más obvio es el respeto a la verdad, el esfuerzo para ir más allá de las apariencias y entender el significado real de los datos, la crítica de los argumentos falaces.
Además de eso, en la escuela, la organización de la enseñanza, adecuadamente realizada, sería antes que todo un proceso colectivo en busca del conocimiento, lo que haría de ella un espacio social rico de relaciones y convivencias. El valor de la experiencia compartida, de la participación, llevará al desarrollo de la solidaridad, de la tolerancia y aceptación de puntos de vista diferentes.
Por último, la apropiación del conocimiento es también un proceso que demanda trabajo y disciplina, lo que producirá el reconocimiento de la importancia del trabajo y de la firmeza para alcanzar sus objetivos.
Respeto a la verdad, sentido crítico, solidaridad, aceptación del otro, reconocimiento de la importancia de la participación y aceptación de la divergencia, del trabajo y el esfuerzo disciplinado son virtudes imprescindibles para vivir en el mundo moderno y en la democracia. Y son incompatibles con el
autoritarismo inherente a las ideologías que se caracterizan como explicaciones únicas y acabadas de la realidad física y social.

lunes, 26 de mayo de 2014

Los principales problemas de nuestra educación

Los principales problemas de nuestra educación
Por: Mariano Herrera
1)      El gobierno ha descuidado la construcción de escuelas y liceos, aumentando la desigualdad y disminuyendo las oportunidades de los sectores más necesitados. El ministerio de educación dijo en Junio de 2.013 que hacen falta 3.250 planteles oficiales y se comprometió a construirlos en 7 años. Es decir que deberían construirse alrededor de 500 por año. En la página 637 de la Memoria y Cuenta del MPPE de este año dice que en 2013 se construyeron  12 escuelas. Y la meta de este año es 120. A este ritmo, nunca se saldará esta deuda social.
2)      Desde el año 2004 se eliminaron los concursos de ingreso y ascenso a la carrera docente. La asignación de cargos ha estado desde entonces bajo la discrecionalidad de los funcionarios de turno. La actual forma de selección de docentes para ejercer funciones en el sistema educativo oficial presenta dos severos inconvenientes. Por un lado, la ausencia de transparencia del proceso pone en duda la idoneidad de los seleccionados y por otro se desprestigia la profesión cuando se evidencia que la selección se hace por tráfico de influencias y no por méritos.
3)      Además, el Ministerio de Educación ha instaurado una política discriminatoria en la selección de los docentes. En efecto, en las Zonas Educativas de los 23 estados, se ha hecho explícita la decisión de no contratar sino a los egresados de la Misión Sucre y que no se va a considerar ningún currículum vitae de egresados de universidades como la UPEL, UCV, UCAB, UDO, LUZ ULA ni ninguna otra. Esto ha disuadido a los bachilleres de seleccionar la profesión de educador, sabiendo que sólo podrán trabajar los que se gradúen en instituciones ideológicamente identificadas con el gobierno.
4)      Debido a la ausencia total de políticas de promoción de la profesión docente, de adecuados salarios y condiciones de trabajo de los educadores, actualmente hay un grave déficit de profesores de matemáticas, biología, física, química e idiomas, entre otras; dando como resultado que, sobre todo en las instituciones públicas, los estudiantes se gradúan de bachilleres sin haber cursado estas asignaturas. Ahora se anuncia la incorporación de maestros integrales para cubrir las vacantes, sin contar con las universidades formadoras de docentes para la Educación Media y sin la debida capacitación, todo lo cual hace presumir que se trata de alistar personas que van a tener un rol más de activistas políticos que de profesores.
5)      Diversos indicadores muestran el grave deterioro de  la calidad educativa de la cual hablamos hace 15 días en este mismo espacio. Debido a la baja calidad en las escuelas oficiales en los últimos 10 años ha habido una migración de los alumnos de las escuelas oficiales hacia las privadas.  Esto es una privatización de hecho.
6)      Seguiremos con otros temas como la Deserción, la Colección Bicentenario y la Resolución 058 en próximas entregas.


jueves, 22 de mayo de 2014

Liberar el potencial de los maestros para superar la crisis del aprendizaje

Resumen de las páginas 43 a 47 de este documento Informe UNESCO EPT 2013

ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE:
Lograr la calidad para todos

En este Informe se señalan cuáles son las 10 reformas de la enseñanza más importantes que los responsables de la formulación de políticas deberían introducir para lograr un aprendizaje para todos equitativo.

1.- Atender a la falta de docentes

De acuerdo con las tendencias actuales, algunos países serán incapaces de atender las necesidades en materia de docentes de la enseñanza primaria en 2030. El desafío es aún mayor tratándose de otros niveles de educación. Los países tienen pues que iniciar políticas que empiecen a afrontar ese importante déficit.

2.- Atraer a la enseñanza a los mejores candidatos

Es importante para todos los niños tener docentes que dispongan al menos de buenas cualificaciones de nivel secundario. Los gobiernos deberían por consiguiente invertir en la mejora del acceso a la educación secundaria a fin de ampliar el acervo de buenos candidatos a puestos de docente. Esta reforma es especialmente importante para que aumente el acervo de docentes de sexo femenino mejor formadas en
las zonas desfavorecidas. En algunos países, eso significa introducir medidas de acción afirmativa para atraer a más mujeres al mundo de la enseñanza. (...)

3.- Formar a docentes para atender las necesidades de todos los niños

Todos los docentes han de recibir una formación que les permita responder a las necesidades de aprendizaje de todos los niños. Antes de entrar en el aula, los docentes han de seguir programas de formación de docentes previa al empleo de buena calidad que les permitan adquirir de modo equilibrado el conocimiento tanto de las materias que han de enseñar como de los métodos de enseñanza.

La formación previa al empleo deberá también hacer que la experiencia adecuada de la enseñanza en el aula sea una parte esencial de la formación para convertirse en docente cualificado. Se deberá inculcar a los docentes competencias prácticas para enseñar a los niños a leer y comprender cálculos elementales. En
sociedades étnicamente diversas, los docentes deberán aprender a enseñar en más de un idioma.
Los programas de formación de docentes deberán preparar también a los docentes a impartir una enseñanza a alumnos de distintos grados y edades en una misma aula, y a comprender cómo las actitudes de los docentes frente a las diferencias de género pueden afectar los resultados del aprendizaje.
La formación permanente es esencial para que todos los docentes puedan adquirir y fortalecer competencias para la enseñanza. Puede también suministrar a los docentes nuevas ideas sobre cómo prestar apoyo a los educandos que no obtienen buenos resultados, en particular en los primeros grados, y ayudar a los docentes a adaptarse a cambios como la introducción de un nuevo programa de estudios.
Deberán fomentarse también los planteamientos innovadores como la formación de docentes a distancia, combinados con la formación y la tutoría presenciales, a fin de extender la formación de docentes previa al empleo y permanente a un mayor número de docentes.

4.- Preparar a educadores y tutores de docentes para prestar ayuda a éstos

A fin de conseguir que los docentes dispongan de la mejor formación que permita la mejora del aprendizaje para todos los niños, es importante que los encargados de esa formación dispongan a su vez de conocimientos y experiencia de lo que son los problemas reales de la enseñanza en el aula y el modo de
afrontarlos. Los responsables de la formulación de políticas deberán por consiguiente velar por que los formadores de docentes están formados y suficientemente familiarizados con las necesidades de aprendizaje en el aula que afrontan los que enseñan en circunstancias difíciles. A fin de que los docentes recién cualificados puedan pasar del conocimiento de la enseñanza a las actividades de mejora del aprendizaje
para todos los niños, los responsables de la formulación de políticas deberán encargarse de que tutores capacitados ayuden a los docentes en esa transición.

5.- Destinar a los docentes adonde más se los necesita

Los gobiernos han de velar no solo por que se  contrate y forme a los mejores maestros, sino también por que se les destine a las zonas en las que más se los necesita. Para alentar a docentes formados a que acepten puestos en zonas rurales o desfavorecidas, se les propondrá una remuneración adecuada, gratificaciones, buenas viviendas y apoyo en forma de posibilidades de desarrollo profesional. Los gobiernos han de contratar además a docentes en el plano local y proporcionarles formación permanente a fin de
que todos los niños, cualquiera que sea el lugar donde viven, tengan docentes que entiendan
su idioma y su cultura y puedan por lo tanto mejorar su aprendizaje.

6.- Ofrecer una carrera y una remuneración competitivas para retener a los mejores docentes

Los gobiernos han de velar por que la remuneración de los docentes sea por lo menos suficiente para mantener a sus familias por encima del umbral de pobreza y hacer que sea competitiva con respecto a profesiones comparables. A primera vista, la remuneración en función del rendimiento es un buen modo
de estimular a los docentes para la mejora del aprendizaje. Sin embargo, puede tratarse
de un obstáculo para que acepten enseñar a alumnos que no obtienen muy buenos
resultados, tienen dificultades de aprendizaje o viven en comunidades pobres. En vez de ello, deberá ofrecerse una carrera y una remuneración atractivas como incentivo para que todos los docentes mejoren su rendimiento.
Esos instrumentos pueden también utilizarse para reconocer los méritos de los docentes que trabajan en zonas apartadas o apoyan el aprendizaje de niños desfavorecidos y recompensar a esos docentes.

7.- Mejorar la gestión de los docentes para obtener la mayor repercusión

Los gobiernos deberán mejorar las políticas de gestión para resolver los problemas de comportamiento indebido de los docentes, como por ejemplo el absentismo, el que impartan clases particulares a sus alumnos o la violencia sexista en la escuela. Los gobiernos también pueden tomar más medidas para luchar contra el absentismo de los docentes mejorando sus condiciones de trabajo, velando por que no estén
abrumados con tareas ajenas a la enseñanza y brindándoles acceso a una atención médica apropiada. Se necesita una dirección enérgica de las escuelas para lograr que los docentes lleguen a tiempo, trabajen durante toda la semana y proporcionen un apoyo equitativo a todos. Los directores de escuela necesitan
también formación en materia de apoyo profesional a los docentes. Los gobiernos han de trabajar en asociación estrecha con los sindicatos de docentes y con los propios docentes para formular políticas
y adoptar códigos de conducta para hacer frente a los comportamientos contrarios a la ética profesional como la violencia sexista.

Los códigos de prácticas al respecto han de referirse de modo claro a la violencia y los abusos, haciendo que las sanciones estén en conformidad con las disposiciones legales que definen los derechos de los niños y
su protección.
En los casos en que las clases particulares impartidas por docentes están generalizadas, son necesarias directrices explícitas, avaladas por la legislación vigente, a fin de que los docentes no sacrifiquen el tiempo que hubieran debido dedicar a la enseñanza en el aula para enseñar el programa de estudios en clases particulares.

8.- Proporcionar a los docentes planes de estudios innovadores para mejorar el aprendizaje

Los docentes necesitan verse respaldados por estrategias curriculares inclusivas y flexibles destinadas a atender las necesidades de los grupos desfavorecidos. Si disponen de contenidos de programa y métodos de enseñanza apropiados, los docentes pueden reducir las disparidades, permitiendo a los alumnos que
obtienen resultados insuficientes ponerse al nivel de los demás. Los responsables de la formulación de políticas deberán velar por que los planes de estudios del primer grado estén centrados en la adquisición de competencias básicas sólidas para todos y su enseñanza se imparta en una lengua que los niños puedan comprender. Es importante que las ambiciones de los programas se ajusten a las capacidades de los educandos, ya que los programas de estudios demasiado ambiciosos son un freno a lo que pueden
conseguir los docentes al ayudar a los niños a realizar progresos. Es esencial lograr que los niños que han abandonado sus estudios vuelvan a la escuela y al aprendizaje. Para alcanzar ese objetivo, los gobiernos y los organismos donantes deberán prestar apoyo a programas de aprendizaje acelerado de segunda oportunidad. En muchos países, la radio, la televisión y las tecnologías basadas en la informática y los
móviles se están utilizando para complementar y mejorar el aprendizaje de los niños. Hay que proporcionar a los docentes, tanto en contextos formales como no formales, las competencias que les permitan aprovechar al máximo los beneficios de la tecnología con arreglo a modalidades que contribuyan a la disminución de la brecha digital. No basta con que los niños adquieran competencias básicas en la escuela. Un programa de estudios que promueve un aprendizaje interdisciplinario y participativo, y fomenta competencias para la ciudadanía mundial, es algo indispensable si se quiere que los docentes ayuden a los niños a adquirir competencias transferibles.

9.- Fomentar las evaluaciones en las aulas para ayudar a los docentes a reconocer cuáles son los alumnos que corren el riesgo de no aprender y prestarles apoyo

Las evaluaciones basadas en las aulas son instrumentos esenciales para reconocer cuáles son los educandos que están en dificultades y prestarles ayuda. Hay que formar a los docentes para que sepan utilizar esos instrumentos, detectar lo antes posible los problemas de aprendizaje y utilizar las estrategias apropiadas para superar esas dificultades. Proporcionar a los niños materiales de aprendizaje que les permitan evaluar sus
propios progresos, formando al mismo tiempo a los docentes para que puedan ayudarles a utilizarlos, puede contribuir a que los niños hagan grandes progresos en su aprendizaje. El apoyo complementario especial gracias a auxiliares de educación capacitados o voluntarios de la comunidad es otro modo de mejorar el
aprendizaje de los alumnos que corren el riesgo de quedar rezagados con respecto a los demás.

10.- Proporcionar mejor información sobre los docentes capacitados

Los países deberán invertir en el acopio y el análisis de datos anuales sobre el número de docentes capacitados disponibles en todo el país, comprendidas las características como el sexo, el grupo étnico o la discapacidad, en todos los niveles de la educación. Esos datos deberían verse complementados por información sobre la capacidad de los programas de formación de docentes, con una evaluación de las
competencias que deben adquirir los docentes. Hay que establecer normas acordadas en el plano
internacional para los programas de formación de docentes, a fin de que pueda lograrse su comparabilidad.
Se necesitan también más datos, y de mejor calidad, sobre los sueldos de los docentes en los países de ingresos bajos y medianos, a fin de que los gobiernos nacionales y la comunidad internacional puedan comprobar cuán bien pagados están los docentes y sensibilizar a la opinión mundial con respecto a la necesidad de remunerarlos correctamente.

Conclusión

Si se quiere acabar con la crisis del aprendizaje, todos los países, ricos y pobres, han de velar por que todos los niños puedan tener acceso a un docente bien capacitado y motivado. Las 10 estrategias que hemos expuesto están basadas en datos correspondientes a políticas, programas y estrategias que han tenido éxito en una amplia variedad de países y entornos educativos. Al poner en práctica esas reformas, los países velarán por que todos los niños y jóvenes, en particular los desfavorecidos, reciban la educación de buena
calidad que necesitan para realizar su potencial y llevar una vida que les haga sentirse realizados

martes, 20 de mayo de 2014

Calidad de la educación y gerencia escolar

Por: Mariano Herrera[1]

0.- Introducción.-

El objetivo del  este documento es contribuir con alternativas que permitan mejorar la calidad de la educación en las escuelas públicas a través de la gerencia escolar, es decir, del fortalecimiento de los directores de las escuelas.
Si bien la calidad de la educación depende de muchos factores, la literatura nacional e internacional no abriga dudas sobre el tema: los directores de escuelas y colegios son un uno de los factores más determinantes en la eficacia escolar. Es decir son determinantes en el rendimiento, así como en los procesos que conducen o no al éxito escolar de sus alumnos.
En este trabajo abordaremos inicialmente el tema de la calidad de la educación, sus indicadores en términos de resultados y procesos y las condiciones que se requieren. Para indicar caminos hacia la producción de calidad educativa, enfocaremos el tema de las escuelas eficaces y de los factores asociados a la eficacia escolar. Por último intentaremos hacer ver cómo, en el diseño de políticas públicas para mejorar la calidad de la educación, juega un papel importante la selección y la formación de los directores de escuela.

1.- Calidad de la educación

La calidad de la educación puede ser entendida de diversas formas, con mayor o menor exhaustividad. Sus condicionantes pasan de la calidad de la infraestructura y la dotación, pasando por la disponibilidad de libros y materiales educativos, hasta llegar a la acción directa de cada docente en el aula. Un artículo reciente publicado por la revista SITEAL de Instituto Internacional de Planificación Educativa (IIPE), adscrito a la UNESCO plantea que[2]:
“Una educación de calidad debiera contemplar al menos:
Los estudiantes. Estos deben encontrarse en condiciones adecuadas para poder participar efectivamente en los procesos de enseñanza aprendizaje (condiciones de salud y alimentación, disposición a la escolarización, apoyo familiar y de las comunidades, acceso al lenguaje en el que se imparte la enseñanza, etc.).
El ambiente escolar y los recursos materiales. El ambiente debe ser seguro, protector, de respeto de la diversidad y debe haber acceso a recursos materiales adecuados (materiales de aprendizaje, aulas, bibliotecas, etc.).
El contenido. El currículo y los materiales de aprendizaje deben propiciar logros relevantes en el ámbito de las competencias esenciales para la vida, de los valores, y de las competencias creativas y afectivas.
Los procesos de enseñanza aprendizaje. Estos deben estar conducidos por profesores bien capacitados en el uso de metodologías de enseñanza centradas en los estudiantes, con manejo adecuado del grupo de estudiantes, y de herramientas de evaluación que favorezcan el acceso de todos los estudiantes a los aprendizajes esperados, independientemente de sus diferencias individuales.
Los resultados de aprendizaje. Deben asegurarse logros de aprendizaje tanto en el ámbito de los conocimientos, como de las habilidades y de las actitudes. Estos logros deben estar vinculados con los objetivos nacionales establecidos para la educación y posibilitar una participación activa en la sociedad.”

En términos de los fines de una sociedad democrática, el mismo documento afirma que:

“…una educación de calidad significa:
Oportunidad para cada persona (cualquiera sea su condición psicobiológica, económica, de género u origen étnico) de desarrollar al máximo posible sus capacidades cognitivas, sociales, emocionales, creativas y espirituales y aprender las virtudes del carácter en el marco del respeto por otros y por el medio ambiente.
Promoción de los valores consagrados en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos: igualdad entre las personas, respeto a la diversidad, tolerancia y no discriminación.
Oportunidad de los estudiantes de adquirir los conocimientos y las competencias que les permitan desarrollar sus potencialidades y contribuir, de ese modo, al bien común y al desarrollo del país.
Además, se establece que una educación de calidad para todos, en condiciones de no discriminación, requiere llevar a cabo acciones referidas a las siguientes metas:
Desarrollo individual o personal. Aprendizaje y competencias pertinentes al desarrollo personal (cognitivo, moral, emocional y creativo).
Desarrollo social y participación ciudadana. Aprendizaje, competencias y valores referidas a los derechos humanos, participación ciudadana y democrática. La meta es lograr una educación que vele por el desarrollo de ciudadanos y ciudadanas capaces de aportar a la construcción de una sociedad mejor, más justa, igualitaria y libre, y que promueva y respete la multiculturalidad, la diversidad y la integración social, al tiempo que difunde y preserva un sustrato cultural común, plural y democrático.
Desarrollo económico. Aprendizaje y competencias para el trabajo y la sociedad globalizada.

Un documento oficial de UNESCO, define la calidad de la educación de en estos términos[3]:
“Una educación es de calidad si ofrece los recursos y ayudas necesarias para que todos los estudiantes, de acuerdo a sus capacidades, alcancen los máximos niveles de desarrollo y aprendizaje posibles; es decir, cuando todos los estudiantes, y no sólo quienes pertenecen a las clases y culturas dominantes, desarrollen las competencias necesarias para ejercer la ciudadanía, insertarse en la actual sociedad del conocimiento, acceder a un empleo digno y ejercer su libertad”.
Para verificar si se alcanzan los objetivos de calidad y de equidad expresados en los documentos antes citados, es necesario seleccionar indicadores medibles. De modo que podríamos asumir como indicadores de calidad de la educación en términos de logros o resultados, los más internacionalmente aceptados, tales como los siguientes:
·         Tasas de repitencia y abandono del sistema educativo por niveles y tipo de población.
·         Logros educativos en la población adulta: promedio de años de escolaridad de personas entre 25 y 64 años (por tramos de edad).
·         Participación en la fuerza laboral según nivel educacional alcanzado (también según modalidad de egreso de la Educación Media).
·         Proporción de estudiantes que mejora su rendimiento de una evaluación nacional a la siguiente en los niveles educativos evaluados, por tipo de establecimiento y nivel socio-económico.
·         Proporción de estudiantes en cada uno de los dos niveles superiores de logro de pruebas por tipo de establecimiento y nivel socio-económico.

Y como indicadores de calidad de los procesos educativos:
·         Acceso a recursos de aprendizaje e intensidad de uso (textos, computadores) según número de estudiantes.
·         Número de días de clase efectivos por plantel
·         Número de horas lectivas por aula en cada plantel.
·         Métodos pedagógicos o prácticas predominantes en las aulas.

3.- Algunos indicadores de calidad en Venezuela

En este apartado se intentará producir una secuencia lógica que vaya desde los indicadores más amplios como la tasa de años de escolaridad promedio por habitante, hasta los indicadores de rendimiento. La secuencia permitirá relacionar indicadores de logro con condiciones de proceso.
El gráfico N° 1 nos muestra el promedio de años de escolaridad de la Población Adulta (P.A. = mayores de 25 años)  para el año 2008. Puede observarse que el promedio es de 7,1, que equivale a apenas superar 1er año de Educación Media (antes 7° grado). Es notable la desigualdad entre el percentil 20 es decir, el 20% más pobre (6,88)y el percentil 80 (13,11), el 20% más rico. Son más de 6 años de diferencia.

                                                                 Gráfico N° 1
                           FUENTE: INE: Indicadores de la Fuerza de Trabajo, Semestre II, 2.008

Las cifras indican fracaso escolar, concentrado en la población más pobre que no supera los años de escolaridad obligatoria, que, según la Ley Orgánica de Educación (LOE) vigente desde 1.980  eran 9 años de estudio y que a partir de 2009, con la nueva LOE, pasaron a ser 12, desde Educación Inicial hasta Educación Media.
Ese fracaso puede observarse en las tasas netas de escolarización, es decir el % de alumnos en edad escolar, matriculados en el nivel que les corresponde (Inicial, Básica y Media).[4] El gráfico N° 2 muestra que, para 2.008, 91,5% de la población entre 6 y 15 años de edad estaba matriculada en ese nivel. Luego para el siguiente nivel es decir los 2 últimos años de Educación Media de 16 a 18 años, esa proporción disminuye y se ubica en 56,2%.
Gráfico N° 2
Tasa neta de escolaridad


FUENTE: INE: Indicadores de la Fuerza de Trabajo, Semestre II, 2.008 y MPPE Memoria y Cuenta, varios años

Una vez más se observa que el sistema educativo fracasa y no es capaz de retener en su seno al 23,8% de la población en edad de cursar los últimos años de educación media. Este fracaso es también visible en las cifras de prosecución escolar. El gráfico N° 3 muestra cómo sólo un 60% de los alumnos que empezaron primer grado el 2.002-03 se encuentran inscritos en segundo años de Educación Media, el año que les corresponde. 40% se encuentra o bien rezagado o bien fuera del sistema.
Gráfico N° 3


FUENTE: MPPE: Memoria y Cuenta 2010
El gráfico n° 4 nos indica que, para ese mismo año, 2.008, países con menor PIB y PIB per cápita que Venezuela se encuentran en mejor posición en cuanto a la cobertura de educación secundaria, es decir, de 1° a 5° años de Educación Media. Sólo países muy pequeños y rezagados económicamente, tales como Guatemala, El Salvador, Paraguay, Nicaragua, R. Dominicana y Panamá, poseen cifras de cobertura inferiores a las de Venezuela. Chile, Cuba y Brasil muestran cifras de cobertura mucho más satisfactorias, por encima del 80%. Venezuela con 69,6% está cerca, aunque por debajo, de países como Perú, Uruguay, México y Colombia.
Gráfico N° 4
Tasa de cobertura de educación secundaria, año 2008, UNESCO
                        FUENTE: UNESCO, Base de datos del Instituto para Estadísticas, año 2.008
                           http://stats.uis.unesco.org/unesco/tableviewer/


De lo cuantitativo a lo cualitativo.


Ahora bien, hasta ahora hemos repasado datos acerca de asuntos relacionados con aspectos de cantidad y no de calidad. ¿Cuál es pues la relación entre calidad de la educación y prosecución y tasa de escolaridad o años de escolaridad promedio por habitante? Pues bien, lo que explica el fracaso escolar el rendimiento estudiantil. Estudios realizados en Venezuela y en el mundo muestran que la mayoría de los alumnos que abandonan los estudios lo hacen porque han repetido algún grado o año una o más de una vez[5]. Es decir que la repitencia es un predictor de la deserción[6]. Y bien, ¿cuáles son los alumnos que repiten? Pues los que los docentes estiman que no alcanzan el nivel de rendimiento suficiente para avanzar al grado siguiente. Y la razón es que su rendimiento es bajo. Venezuela no dispone de un sistema de evaluación del rendimiento oficial que haya sido constante durante varios años. De modo que es difícil acceder a datos confiables sobre este tema. No obstante, a pesar de que el Ministerio de Educación no lo hizo público, existen los datos del Sistema nacional de Evaluación de los Aprendizajes (SINEA) de 2.003. Ese año se aplicaron pruebas de Lengua, Matemática y Valores a 7.500 alumnos de 3er grado, 7.500 de sexto y 3.600 de noveno grados, seleccionados mediante procedimientos de muestreo estadísticamente rigurosos.
El gráfico N° 5 muestra los resultados del año 2.003 para 6° grado para las escuelas bolivarianas y las escuelas marginales a nivel del país. Puede observarse que en el caso de las bolivarianas 85,8% no logró alcanzar las competencias mínimas de ese grado y 75,81% de los alumnos no alcanzó el nivel satisfactorio en Lengua. El resultado es casi el mismo en las escuelas marginales con 84,28% y 69, respectivamente y las mismas áreas (Lengua y Matemáticas).
Gráfico N° 5
                         FUENTE: SINEA 2003, base de datos

En conclusión, para mejorar la calidad de la educación hay que disponer de información confiable acerca de indicadores directa o indirectamente relacionados con la calidad de la educación. Y con esa información, para mejorar hay que plantearse metas. Metas cuantitativas y objetivos cualitativos. Por ejemplo: METAS: ¿Cuántos años es escolaridad promedio queremos aumentar en los próximos 5 años? ¿Qué proporción de alumnos que se inscriben en 1er grado de primaria queremos ver egresando el año 11? OBJETIVOS: ¿Cómo vamos a atraer a los mejores bachilleres hacia la profesión docente? ¿Cómo seleccionar a los mejores docentes para que ejerzan como directores de escuela?

4.- ¿De qué depende la calidad de la educación?

La calidad de la educación tiene que ver esencialmente con cómo funciona la escuela y el aula, es decir, de los procesos didácticos o pedagógicos. Obviamente, existe una relación de causa efecto entre los procesos y los resultados. De modo que lo que se hace en la escuela y en el aula es determinante en los resultados, a saber, en el rendimiento estudiantil, en el aprendizaje de los alumnos. Numerosos estudios[7] indican que el factor más importante es el docente. La práctica docente, lo que cada docente hace para enseñar a sus alumnos es lo más importante para que los alumnos aprendan y el rendimiento mejore.
Esta aparente “verdad de Perogrullo” no es tan consensual entre los docentes. En todas las ocasiones en las que nos hemos encontrado, en diversos eventos formales con docentes y directores, al preguntárseles: ¿de qué depende el aprendizaje y el rendimiento de sus alumnos?, la mayoría responde que son factores extraescolares los que más influyen en el rendimiento. El gráfico N° 6 muestra los resultados de una investigación que CICE realizó en conjunto con la UCAB en 2000[8], en la cual se obtuvo que 79% de los docentes, atribuían el rendimiento de sus propios alumnos a actores externos a la escuela y sólo 9% a su propia acción pedagógica.
  
Gráfico N° 6

                      FUENTE: Encuesta Maestros CICE.UCAB, 1.999

¿Están completamente errados los docentes en su tan unánime apreciación? Pues la respuesta es sí y no. Sí están errados porque, en estudios sobre la eficacia escolar se demuestra que cuando la escuela funciona y está organizada de manera eficaz, logra mejores y muy satisfactorios resultados de aprendizaje observados en pruebas diversas de rendimiento en áreas básicas como Lengua y Matemática. En estos estudios se demuestra que la escuela sí puede y sí es determinante. No obstante, también es cierto que cuando la escuela no funciona adecuadamente, son los factores externos los que más influyen en los resultados, es decir en el rendimiento de sus alumnos.
Por ejemplo, en muchos colegios privados de gran prestigio, los que obtienen los mejores resultados son generalmente los alumnos cuyas mamás[9] les dedican mucho tiempo, en el horario extra escolar, a acompañarlos, haciendo tareas, revisando los cuadernos, estudiando las materias, etc. En esos mismos colegios, los alumnos cuyas madres por diversas razones, no pueden apoyar en sus estudios a sus hijos, estos, generalmente, obtienen peores calificaciones. Por supuesto que también influyen diferencias individuales, que explican buenos resultados en alumnos con escaso apoyo familiar, buenos resultados que se deben seguramente a mayor esfuerzo y actitud en esos niños y/o jóvenes. Pero se trata de excepciones.
Los hechos muestran que, en diversas pruebas latinoamericanas y aplicadas en Venezuela, incluyendo PISA a nivel internacional y el SINEA en nuestro país, los alumnos de los colegios privados obtienen mejores logros que los de las escuelas oficiales. PISA es el Programa Internacional para la Evaluación de los Estudiantes, que consiste en una prueba de competencias en Lengua Matemática y Ciencias que se aplica a alumnos de 15 años de edad, cada 3 años en más de 70 países[10]. SINEA es el Sistema Nacional de Evaluación de los Aprendizajes, del Ministerio de Educación, que consiste en pruebas de Lengua, Matemática y Valores, aplicadas 2 veces, la primera en 1.998 y la segunda en 2003, en 3°. 6° y 9° grados, a una muestra representativa de escuelas y alumnos de todas las escuelas venezolanas.
Esto, sin duda, se debe a que el promedio educativo y el nivel socio-económico de las madres de los alumnos de colegios privados, se convierte en un apoyo fundamental y hasta determinante para el aprendizaje de los alumnos y sus resultados escolares. Tanto el nivel educativo como el nivel socio-económico de las madres de colegios privados constituyen un apoyo inigualable. El nivel educativo permite que la madre le enseñe al niño, le explique individualmente contenidos que se dieron en clase pero que no fueron suficientemente trabajados como para una asimilación efectiva por parte del niño. Este es pues un apoyo individual directo de parte de la madre. Y el nivel socio-económico, permite que, en caso de que la madre trabaje y no disponga tanto tiempo para el apoyo individual directo, pueda contratar clases particulares u otro tipo de apoyo indirecto.

Dijimos que esos apoyos familiares son “inigualables”. Y el término no es casual porque es justamente ese apoyo, o su ausencia, el que genera desigualdades. La mayoría de las madres de los alumnos que asisten a escuelas oficiales no disponen ni del nivel educativo ni del nivel socio-económico suficiente como para apoyar a sus hijos en sus tareas y en sus estudios en horario extraescolar. Y, como ya se explicó, en las evaluaciones nacionales e internacionales, se observa una diferencia muy significativa entre los resultados de los alumnos de ambos tipos de planteles escolares, privados y oficiales. Y es muy importante afirmar que esa diferencia no se debe a la acción escolar. Se debe a la acción familiar. Los alumnos con apoyo familiar aprenden más y mejor que los de las escuelas que no cuentan con ese apoyo. De modo que, si bien puede haber mejor calidad en los procesos educativos que se observan en algunos colegios privados, no se puede afirmar que sean estos procesos los que explican el mejor nivel de rendimiento de sus alumnos. Lo que explica ese mejor nivel es la desigualdad en el apoyo familiar. Y la escuela, la educación y el sistema educativo en general no están para reproducir las desigualdades sociales. Están para igualar las oportunidades, independientemente del origen de las familias. La educación, la escuela está para que los alumnos, independientemente de su estrato social, tengan las mismas oportunidades. Que las diferencias no se deban al tipo de escuela a la que puedan asistir, sino a diferencias individuales de talentos y personalidades de los alumnos, al esfuerzo y a la constancia y no a la calidad del servicio educativo.
De modo que podemos afirmar que uno de los objetivos fundamentales del sistema educativo y de la misión de la escuela que es la igualdad de oportunidades. Y ese objetivo no se está cumpliendo en Venezuela por la desigualdad en la calidad de la educación que se imparte.
En síntesis, la calidad de la educación se observa pues en  términos  resultados y procesos. Los resultados son esencialmente relacionados con rendimiento e indicadores de prosecución y éxito escolar. Los de proceso están relacionados con la organización y el funcionamiento de la escuela. La fundamentación más útil y rigurosa que permite relacionar procesos educativos con resultados en rendimiento son las investigaciones sobre la eficacia escolar.

5.- Eficacia escolar

Hasta aquí se ha argumentado a favor de la opinión de los docentes que afirman que la familia y otros factores son determinantes en el rendimiento y la calidad de los aprendizajes de sus alumnos. No obstante, si bien es cierto que la situación más frecuente es aquella en la que la familia es la que más influye en el rendimiento de los alumnos, también es cierto que no siempre es el caso. Existen numerosas escuelas que marcan la diferencia. Son escuelas que muestran mejores rendimiento en sus alumnos que el promedio de escuelas similares a ellas. Y que se puede demostrar que el rendimiento escolar satisfactorio que ellas muestran, puede atribuirse a la escuela y sus docentes. Son las llamadas escuelas eficaces.
En 1.966 se publicó en los Estados Unidos el famoso Informe Coleman[11] cuyas conclusiones ya  apuntaban que la escuela jugaba un papel muy limitado en el rendimiento del alumno. El hallazgo más importante de este trabajo fue que “las diferencias entre familias explican más el éxito o fracaso de los niños que las diferencias entre escuelas”.
Esto generó muchas reacciones y, entre ellas, las de un grupo de investigadores que conocían escuelas que sí tenían gran impacto en el rendimiento de los alumnos. Estos estudios encontraron que había escuelas que, a pesar de encontrarse en ambientes desfavorecidos, conseguían enseñar a los niños a leer y a escribir, mientras que otras no lo hacían. Por lo tanto, estudiar en una escuela u otra sí era importante para el futuro de los alumnos, lo que contradecía el Informe Coleman. Entre esos investigadores se iniciaron unas investigaciones para establecer los factores escolares asociados al rendimiento de los alumnos. Y esas investigaciones formaron parte de un conjunto que se conoció también como el “Movimiento de escuelas eficaces”.[12]

Es interesante notar que son siempre los mismos los factores comunes a las escuelas eficaces, encontrados por la mayoría de las investigaciones realizadas en diversos países y durante más de 40 años. Se han elaborado varios listados y en ellos, pueden cambiar detalles como el orden jerárquico de los factores o factores más desagregados en unos listados que en otros.

En síntesis, los estudios sobre escuelas eficaces tienen desde hace más de 40 años la misma finalidad: Estudiar las escuelas que, atendiendo a la misma población que aquellas con las que se les compara, alcanzan mejores logros y establecer los factores asociados a esos logros. Esos factores constituyen lo que se ha llamado el “valor educativo agregado” es decir, aquello que la escuela aporta educativamente a los alumnos. Este valor ha sido estudiado y es medible mediante estudios que evalúan la eficacia escolar de una escuela o colegio. Las escuelas no son eficaces por el solo hecho de que sus índices de rendimiento sean superiores al promedio de escuelas de un país. Las mediciones hacen tomando en cuenta el índice de rendimiento esperado que es el promedio de rendimiento de alumnos de escuelas que atienden alumnos de nivel socio-económico igual. También se utiliza para evaluar el progreso de una misma escuela en estudios longitudinales, es decir de un año a otro durante al menos 5 años. La siguiente ilustración muestra de manera gráfica la noción de valor educativo agregado:


La figura muestra dos columnas. En la de la izquierda se representa el aprendizaje logrado por un alumno de nivel educativo familiar elevado. Ese aprendizaje le permitió alcanzar 11 años de escolarización o más. Pero lo que explica ese aprendizaje exitoso es el origen familiar, el valor agregado escolar es la franja superior verde que representa aproximadamente un 20% de lo que explica su éxito escolar. En la columna de la derecha se ilustra el aprendizaje logrado por un alumno cuya familia es de un nivel educativo muy bajo. No obstante, ese aprendizaje permitió que el alumno también alcanzara 11 años o más de escolaridad. En este caso lo que explica su éxito es lo que aportó la escuela a su educación. ES pues un valor educativo agregado. El mérito es de la escuela en la que estudió y no de la familia, como en el de la columna izquierda. Argumentamos que ese es el sentido de la escuela: Que los alumnos tengan éxito escolar gracias a su trabajo pedagógico y a su buen funcionamiento.

Eficacia = calidad con equidad

Algunas precisiones sobre la eficacia escolar. Tener buenos resultados no es sólo un asunto de promedios. Los sistemas educativos evaluados mediante las pruebas PISA con mejores resultados también muestran alcances en la equidad. Equidad porque se observa poca varianza entre escuelas e inter-escuelas. Es decir que la diferencia es muy poca entre las escuelas con mejores registros y aquellas que exhiben peores registros en PISA. PISA también permite observar diferencias entre alumnos de la misma escuela. Y en este caso también, en los países con mejores resultados en PISA, es poca la diferencia (Varianza) entre alumnos de la misma escuela. Por el contrario, PISA muestra que en el caso de los países o sistemas educativos con los resultados más bajos, la varianza entre escuelas y dentro de las escuelas es siempre muy elevada. De modo que la eficacia escolar y la de un sistema educativo no es sólo un asunto de promedios elevados sino de equidad.

6.- Factores de eficacia escolar:

¿Cuáles son los factores asociados con la eficacia escolar? Como se dijo más arriba, la mayoría de los estudios coinciden en casi todos así como en su magnitud. Para ilustrar las listas de factores tomaremos la más reciente en español, la IIEE producida en 9 países, a saber Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, España,  Panamá, Perú y Portugal. A continuación el cuadro con las variables y los factores asociados:

1.     Misión de la escuela
     Existencia, conocimiento y grado de consenso en los objetivos de la escuela por parte de la comunidad
     Escuela preocupada por la formación integral de los alumnos
     Escuela con una misión social
     Escuela centrada en el aprendizaje de los alumnos
     Escuela con un importante debate pedagógico entre sus docentes
2.     Compromiso de los docentes y trabajo en equipo
     Grado de implicación y compromiso de los docentes con la escuela
     Cantidad de reuniones
     Actitud hacia el trabajo en equipo
3.     Clima escolar
     Relaciones entre los diferentes miembros de la comunidad escolar
     Satisfacción con la escuela y los otros colectivos
4.     Dirección escolar
     Dirección comprometida con la escuela
     Dirección con capacidad técnica
     Estilo directivo participativo y pedagógico
     Experiencia directiva
     Satisfacción de la comunidad escolar con la dirección
     Dirección colegiada
5.     Altas expectativas
     Hacia los docentes
     Hacia la dirección
     Hacia todos los alumnos de la escuela
6.     Desarrollo profesional de los docentes
7.     Participación e implicación de las familias y la comunidad
     En las actividades de la escuela
     En la toma de decisiones de la escuela
Fuente: Murillo, J., Coord. (2007): Investigación Iberoamericana sobre Eficacia Escolar. SECAB, UNESCO, Bogotá.

7.- Eficacia escolar y gerencia educativa: El rol y la formación de los directores.-

 El cuadro anterior se refiera a 7 variables y los factores de cada una de ellas,  que caracterizan a la gestión de las escuelas eficaces. De manera que puede convertirse en una guía de orientación para aclarar las, misión, las responsabilidades y las funciones de los directores de escuelas. Si bien una de las variables se refiere específicamente a los factores de eficacia relacionados con la dirección escolar, es claro que todas las demás también están relacionadas con funciones y responsabilidades directivas.
De los estudios sobre eficacia escolar se pueden extraer elementos que permiten orientar el trabajo concreto de los directores de planteles escolares. Podríamos plantear que los directores tienen que promover en sus escuelas la acción de cada una de las variables y los factores asociados a las escuelas eficaces.
Por lo tanto, una medida de políticas públicas en educación debería ser iniciar y desarrollar un sistema de selección y formación de directores de planteles escolares de todos los niveles. Se trata de que los directores seleccionados aprendan cómo pueden sus escuelas llevar a cabo procesos satisfactorios de cambio que incrementen el desarrollo de todos los alumnos mediante la optimización de los procesos de enseñanza y aprendizaje y de las estructuras organizativas del centro, y aplicar ese conocimiento a una mejora real de la escuela. De ese modo se orienta acerca de "a dónde ir” (eficacia) y “cómo ir" (mejora).
Esto, además, da una pista concreta para diseñar políticas públicas que apunten hacia una mejora de la calidad de la educación, medida por indicadores aceptados nacional e internacionalmente, con un punto de arranque y de impacto relativamente rápido. Y ese punto de arranque podría ser un programa de formación de directores, basado en lo que se sabe sobre cómo lo hacen los directores de escuelas eficaces, y destinado a todos los directores de escuelas oficiales de Venezuela.

Algunas preguntas pueden surgir: ¿Hay que formar a todos los directores?¿Qué otras condiciones se requieren para mejorar la calidad de la educación?

Con respecto a la primera interrogante la respuesta es afirmativa. Por al menos dos razones. La primera es que, la experiencia indica que la mayoría de los directores de escuelas oficiales en Venezuela son nombrados y asumen el cargo sin ninguna preparación previa. La segunda es que, en el caso de que algunos de ellos hayan estudiado algún postgrado, estos por lo general no están adaptados a las realidades que enfrentan y no aportan suficiente especialización a los directores que los cursan.
En cuanto a la segunda pregunta, por supuesto que la formación de directores no es la única política educativa que se requiere para mejorar la calidad de la educación. Estudios mundiales sobre cómo lo hacen los sistemas educativos con mejores resultados en PISA por ejemplo, apuntan en primer lugar al docente. Pero también menciona como elemento clave mejorar las competencias profesionales de los directores[13].
Las condiciones para mejorar la calidad de la educación son muchas: Entre ellas destaca, en primer lugar, por supuesto, el nivel profesional de los docentes. Mientras mejor su nivel y su especialización, mejores serán los resultados esperados. Pero por supuesto que las condiciones socio-económicas de las familias, la infraestructura y la dotación de las escuelas, el diseño curricular, la organización del sistema educativo[14], la descentralización, figuran entre los factores que es necesario considerar en un diseño de políticas educativas destinado a mejorar la calidad de la educación.

Si bien hay que “atacar” todas las condiciones, no se puede hacer todo a la vez y sí es conveniente empezar por lo que tenga mayor factibilidad inmediata por costos y capacidad instalada. Por ejemplo, para tener a docentes con un nivel de desempeño profesional elevado,  la sugerencia más idónea es hacer que la profesión docente sea muy atractiva para los bachilleres con los mejores promedios en sus estudios. Pero lograr eso requiere de tiempo e inversión continua durante al menos 5 años y quizás una década. Capacitar a los actuales puede ser cuesta arriba, son 494.534 docentes, de los cuales 387.594, poco más de 78%, son mujeres. Dato importante porque la profesión parece ser aún menos atractiva para los del sexo masculino y quizás habría que atraerlos a ellos en mayor cantidad
.
8.- ¿Cómo organizar la formación de directores?

En Venezuela existen 21.736 planteles oficiales, según la Memoria y Cuenta del Ministerio de Educación de 2.010. La cantidad por estado en cada uno de los 24 estados varía entre 201 en Delta Amacuro y 2.078 planteles en el estado Zulia. De modo que si se calcula un promedio de 2 directivos por escuela estaríamos hablando de entre 400 y 4.000 directores que se requiere formar por estado. Esta formación parece manejable, con una meta de formación total en 2 años con cursos especializados de 6 meses de duración.
La planificación de esa formación pasaría por diseñar el curso y los materiales de apoyo y seleccionar a los equipos de formación entre universidades y directores o supervisores jubilados en cada estado, quienes a su vez, serían formados para esos fines específicos.

9.      Conclusiones

Para poder mejorar la calidad de la educación hay que empezar por tener claro cuáles son sus indicadores. Los hay de resultados y de procesos. Entre los indicadores de resultados los hay de nivel macro, como los años de escolaridad y las tasas de prosecución. Y de nivel micro como el rendimiento escolar en las áreas básicas en cada grado de todas las escuelas del país. Con eso indicadores se pueden además fijar metas de mejora de la calidad, en términos cuantitativos.
Una vez fijadas esas metas se pasará a diseñar las políticas que intervendrán para mejorar las condiciones y los procesos que a su vez mejorarán los resultados observables en los indicadores seleccionados.
En este trabajo se enfocó la calidad desde el ángulo de la eficacia escolar haciendo énfasis en el rol de la gerencia educativa para promover que las escuelas mejoren sus procesos educativos y su eficacia. En ello el protagonismo lo tienen los directores. Hemos planteado que, una manera de tener rápido impacto en la calidad del trabajo escolar consiste en una mejor formación de los directores seleccionados y por seleccionar.

Queda claro que una política para mejorar la calidad de la educación existen muchas otras condicionantes, empezando con la importancia determinante del desempeño de los docentes. Que por lo tanto, si bien la formación de directores puede significar un buen inicio, habrá que complementar e integrar, en paralelo y en secuencia, otras medidas relacionadas con los demás condicionantes y limitaciones. Entre ellas destacan la selección y formación de los docentes, el rol de los gremios, las condiciones socio-económicas de las familias, la infraestructura y la dotación de las escuelas, el diseño curricular, la descentralización, la escasez de profesores en materias científicas, la necesidad de retomar el SINEA, entre otros.
Nada tendrá impacto definitivo si no se logra continuidad para que las políticas se mantengan durante más de una década. Ello requiere un gran acuerdo nacional por la educación.








NOTAS:




[1] Director de CICE (Centro de Investigaciones Culturales y Educativas). www.cice.org.ve

[2] Toro del Río, I.,  Bravo Miranda, J. (2011): Calidad de la Educación en Chile: Un desafío permanente. SITEAL-IIPE, Buenos Aires,

[3] OREALC/UNESCO: El Derecho a una Educación de calidad para todos en: REICE - Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación 2007, Vol. 5, No. 3.

[4] Para 2.008, no se había modificado la Ley y todavía existía la Educación Básica de 1° a 9° grados y después la Educación Media, de 2 ó 3 años de duración.

[5] González, L. (2000): Deserción escolar y exclusión juvenil en Venezuela. Mimeo. Trabajo de ascenso. Escuela de sociología, Universidad Católica Andrés Bello, Caracas

[6] Circulares oficiales emanadas del Ministerio de Educación, obligan a los docentes a aprobar a todos los alumnos y promoverlos al grado superior, aún sin dominar las competencias curriculares requeridas en los programas oficiales. Esto puede desvirtuar la cualidad predictora de la repitencia.

[7] Barber, M., Mourshed, M. (2008): Cómo hicieron los sistemas educativos con mejor desempeño del mundo para alcanzar sus objetivos. PREAL, Documento N° 41. CINDE, Santiago de Chile.

[8] AAVV (2001): Identidad profesional y desempeño docente en Venezuela y América Latina, CICE-UCAB-Avina .

[9] Hablaremos aquí de mamás porque en general son las madres las que se encargan del apoyo extraescolar de sus hijos. No obstante este rol lo pueden ejercer también padres y, en algunos casos otros miembros de la familia.

[10] Por Venezuela sólo ha participado el Estado Miranda en la evaluación de 2009, con pruebas aplicadas durante el año 2010.

[11] Coleman, James S. EQUALITY OF EDUCATIONAL OPPORTUNITY (COLEMAN) STUDY (EEOS), 1966 [Computer file]. 2nd ICPSR version.Washington, DC: U.S. Department of Health, Education, and Welfare, Office of Education/National Center for Education Statistics [producer], 1999. Ann
Arbor, MI: Inter-university Consortium for Political and Social Research [distributor], 2000..

[12] Sobre este tema pueden consultarse: Herrera M. & López M. (1996): Las eficacia escolar. CINTERPLAN, Caracas.  Y Murillo,  et al. (2007): Investigación Iberoamericana sobre Eficacia Escolar (IIEE). SECAB, Bogotá.

[13] Mourshed M, Chijeke, Ch., Barber M (2010): How the world’s most improved school systems keep getting better. MacKinsey & Co, Toronto. Existe versión resumida en español: ¿Cómo se convierte un sistema educativo de bajo desempeño en uno bueno?

[14] Los problemas de la organización del sistema van desde grandes temas administrativos como la descentralización, hasta problemas de fondo como la carencia de profesores en la mayoría de los liceos, en materias científicas y en inglés.






Bibliografía citada

AAVV (2001): Identidad profesional y desempeño docente en Venezuela y América Latina, CICE-UCAB-Avina , Caracas.
 Bibliografía citada

AAVV (2001): Identidad profesional y desempeño docente en Venezuela y América Latina, CICE-UCAB-Avina , Caracas.

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