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martes, 20 de mayo de 2014

Calidad de la educación y gerencia escolar

Por: Mariano Herrera[1]

0.- Introducción.-

El objetivo del  este documento es contribuir con alternativas que permitan mejorar la calidad de la educación en las escuelas públicas a través de la gerencia escolar, es decir, del fortalecimiento de los directores de las escuelas.
Si bien la calidad de la educación depende de muchos factores, la literatura nacional e internacional no abriga dudas sobre el tema: los directores de escuelas y colegios son un uno de los factores más determinantes en la eficacia escolar. Es decir son determinantes en el rendimiento, así como en los procesos que conducen o no al éxito escolar de sus alumnos.
En este trabajo abordaremos inicialmente el tema de la calidad de la educación, sus indicadores en términos de resultados y procesos y las condiciones que se requieren. Para indicar caminos hacia la producción de calidad educativa, enfocaremos el tema de las escuelas eficaces y de los factores asociados a la eficacia escolar. Por último intentaremos hacer ver cómo, en el diseño de políticas públicas para mejorar la calidad de la educación, juega un papel importante la selección y la formación de los directores de escuela.

1.- Calidad de la educación

La calidad de la educación puede ser entendida de diversas formas, con mayor o menor exhaustividad. Sus condicionantes pasan de la calidad de la infraestructura y la dotación, pasando por la disponibilidad de libros y materiales educativos, hasta llegar a la acción directa de cada docente en el aula. Un artículo reciente publicado por la revista SITEAL de Instituto Internacional de Planificación Educativa (IIPE), adscrito a la UNESCO plantea que[2]:
“Una educación de calidad debiera contemplar al menos:
Los estudiantes. Estos deben encontrarse en condiciones adecuadas para poder participar efectivamente en los procesos de enseñanza aprendizaje (condiciones de salud y alimentación, disposición a la escolarización, apoyo familiar y de las comunidades, acceso al lenguaje en el que se imparte la enseñanza, etc.).
El ambiente escolar y los recursos materiales. El ambiente debe ser seguro, protector, de respeto de la diversidad y debe haber acceso a recursos materiales adecuados (materiales de aprendizaje, aulas, bibliotecas, etc.).
El contenido. El currículo y los materiales de aprendizaje deben propiciar logros relevantes en el ámbito de las competencias esenciales para la vida, de los valores, y de las competencias creativas y afectivas.
Los procesos de enseñanza aprendizaje. Estos deben estar conducidos por profesores bien capacitados en el uso de metodologías de enseñanza centradas en los estudiantes, con manejo adecuado del grupo de estudiantes, y de herramientas de evaluación que favorezcan el acceso de todos los estudiantes a los aprendizajes esperados, independientemente de sus diferencias individuales.
Los resultados de aprendizaje. Deben asegurarse logros de aprendizaje tanto en el ámbito de los conocimientos, como de las habilidades y de las actitudes. Estos logros deben estar vinculados con los objetivos nacionales establecidos para la educación y posibilitar una participación activa en la sociedad.”

En términos de los fines de una sociedad democrática, el mismo documento afirma que:

“…una educación de calidad significa:
Oportunidad para cada persona (cualquiera sea su condición psicobiológica, económica, de género u origen étnico) de desarrollar al máximo posible sus capacidades cognitivas, sociales, emocionales, creativas y espirituales y aprender las virtudes del carácter en el marco del respeto por otros y por el medio ambiente.
Promoción de los valores consagrados en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos: igualdad entre las personas, respeto a la diversidad, tolerancia y no discriminación.
Oportunidad de los estudiantes de adquirir los conocimientos y las competencias que les permitan desarrollar sus potencialidades y contribuir, de ese modo, al bien común y al desarrollo del país.
Además, se establece que una educación de calidad para todos, en condiciones de no discriminación, requiere llevar a cabo acciones referidas a las siguientes metas:
Desarrollo individual o personal. Aprendizaje y competencias pertinentes al desarrollo personal (cognitivo, moral, emocional y creativo).
Desarrollo social y participación ciudadana. Aprendizaje, competencias y valores referidas a los derechos humanos, participación ciudadana y democrática. La meta es lograr una educación que vele por el desarrollo de ciudadanos y ciudadanas capaces de aportar a la construcción de una sociedad mejor, más justa, igualitaria y libre, y que promueva y respete la multiculturalidad, la diversidad y la integración social, al tiempo que difunde y preserva un sustrato cultural común, plural y democrático.
Desarrollo económico. Aprendizaje y competencias para el trabajo y la sociedad globalizada.

Un documento oficial de UNESCO, define la calidad de la educación de en estos términos[3]:
“Una educación es de calidad si ofrece los recursos y ayudas necesarias para que todos los estudiantes, de acuerdo a sus capacidades, alcancen los máximos niveles de desarrollo y aprendizaje posibles; es decir, cuando todos los estudiantes, y no sólo quienes pertenecen a las clases y culturas dominantes, desarrollen las competencias necesarias para ejercer la ciudadanía, insertarse en la actual sociedad del conocimiento, acceder a un empleo digno y ejercer su libertad”.
Para verificar si se alcanzan los objetivos de calidad y de equidad expresados en los documentos antes citados, es necesario seleccionar indicadores medibles. De modo que podríamos asumir como indicadores de calidad de la educación en términos de logros o resultados, los más internacionalmente aceptados, tales como los siguientes:
·         Tasas de repitencia y abandono del sistema educativo por niveles y tipo de población.
·         Logros educativos en la población adulta: promedio de años de escolaridad de personas entre 25 y 64 años (por tramos de edad).
·         Participación en la fuerza laboral según nivel educacional alcanzado (también según modalidad de egreso de la Educación Media).
·         Proporción de estudiantes que mejora su rendimiento de una evaluación nacional a la siguiente en los niveles educativos evaluados, por tipo de establecimiento y nivel socio-económico.
·         Proporción de estudiantes en cada uno de los dos niveles superiores de logro de pruebas por tipo de establecimiento y nivel socio-económico.

Y como indicadores de calidad de los procesos educativos:
·         Acceso a recursos de aprendizaje e intensidad de uso (textos, computadores) según número de estudiantes.
·         Número de días de clase efectivos por plantel
·         Número de horas lectivas por aula en cada plantel.
·         Métodos pedagógicos o prácticas predominantes en las aulas.

3.- Algunos indicadores de calidad en Venezuela

En este apartado se intentará producir una secuencia lógica que vaya desde los indicadores más amplios como la tasa de años de escolaridad promedio por habitante, hasta los indicadores de rendimiento. La secuencia permitirá relacionar indicadores de logro con condiciones de proceso.
El gráfico N° 1 nos muestra el promedio de años de escolaridad de la Población Adulta (P.A. = mayores de 25 años)  para el año 2008. Puede observarse que el promedio es de 7,1, que equivale a apenas superar 1er año de Educación Media (antes 7° grado). Es notable la desigualdad entre el percentil 20 es decir, el 20% más pobre (6,88)y el percentil 80 (13,11), el 20% más rico. Son más de 6 años de diferencia.

                                                                 Gráfico N° 1
                           FUENTE: INE: Indicadores de la Fuerza de Trabajo, Semestre II, 2.008

Las cifras indican fracaso escolar, concentrado en la población más pobre que no supera los años de escolaridad obligatoria, que, según la Ley Orgánica de Educación (LOE) vigente desde 1.980  eran 9 años de estudio y que a partir de 2009, con la nueva LOE, pasaron a ser 12, desde Educación Inicial hasta Educación Media.
Ese fracaso puede observarse en las tasas netas de escolarización, es decir el % de alumnos en edad escolar, matriculados en el nivel que les corresponde (Inicial, Básica y Media).[4] El gráfico N° 2 muestra que, para 2.008, 91,5% de la población entre 6 y 15 años de edad estaba matriculada en ese nivel. Luego para el siguiente nivel es decir los 2 últimos años de Educación Media de 16 a 18 años, esa proporción disminuye y se ubica en 56,2%.
Gráfico N° 2
Tasa neta de escolaridad


FUENTE: INE: Indicadores de la Fuerza de Trabajo, Semestre II, 2.008 y MPPE Memoria y Cuenta, varios años

Una vez más se observa que el sistema educativo fracasa y no es capaz de retener en su seno al 23,8% de la población en edad de cursar los últimos años de educación media. Este fracaso es también visible en las cifras de prosecución escolar. El gráfico N° 3 muestra cómo sólo un 60% de los alumnos que empezaron primer grado el 2.002-03 se encuentran inscritos en segundo años de Educación Media, el año que les corresponde. 40% se encuentra o bien rezagado o bien fuera del sistema.
Gráfico N° 3


FUENTE: MPPE: Memoria y Cuenta 2010
El gráfico n° 4 nos indica que, para ese mismo año, 2.008, países con menor PIB y PIB per cápita que Venezuela se encuentran en mejor posición en cuanto a la cobertura de educación secundaria, es decir, de 1° a 5° años de Educación Media. Sólo países muy pequeños y rezagados económicamente, tales como Guatemala, El Salvador, Paraguay, Nicaragua, R. Dominicana y Panamá, poseen cifras de cobertura inferiores a las de Venezuela. Chile, Cuba y Brasil muestran cifras de cobertura mucho más satisfactorias, por encima del 80%. Venezuela con 69,6% está cerca, aunque por debajo, de países como Perú, Uruguay, México y Colombia.
Gráfico N° 4
Tasa de cobertura de educación secundaria, año 2008, UNESCO
                        FUENTE: UNESCO, Base de datos del Instituto para Estadísticas, año 2.008
                           http://stats.uis.unesco.org/unesco/tableviewer/


De lo cuantitativo a lo cualitativo.


Ahora bien, hasta ahora hemos repasado datos acerca de asuntos relacionados con aspectos de cantidad y no de calidad. ¿Cuál es pues la relación entre calidad de la educación y prosecución y tasa de escolaridad o años de escolaridad promedio por habitante? Pues bien, lo que explica el fracaso escolar el rendimiento estudiantil. Estudios realizados en Venezuela y en el mundo muestran que la mayoría de los alumnos que abandonan los estudios lo hacen porque han repetido algún grado o año una o más de una vez[5]. Es decir que la repitencia es un predictor de la deserción[6]. Y bien, ¿cuáles son los alumnos que repiten? Pues los que los docentes estiman que no alcanzan el nivel de rendimiento suficiente para avanzar al grado siguiente. Y la razón es que su rendimiento es bajo. Venezuela no dispone de un sistema de evaluación del rendimiento oficial que haya sido constante durante varios años. De modo que es difícil acceder a datos confiables sobre este tema. No obstante, a pesar de que el Ministerio de Educación no lo hizo público, existen los datos del Sistema nacional de Evaluación de los Aprendizajes (SINEA) de 2.003. Ese año se aplicaron pruebas de Lengua, Matemática y Valores a 7.500 alumnos de 3er grado, 7.500 de sexto y 3.600 de noveno grados, seleccionados mediante procedimientos de muestreo estadísticamente rigurosos.
El gráfico N° 5 muestra los resultados del año 2.003 para 6° grado para las escuelas bolivarianas y las escuelas marginales a nivel del país. Puede observarse que en el caso de las bolivarianas 85,8% no logró alcanzar las competencias mínimas de ese grado y 75,81% de los alumnos no alcanzó el nivel satisfactorio en Lengua. El resultado es casi el mismo en las escuelas marginales con 84,28% y 69, respectivamente y las mismas áreas (Lengua y Matemáticas).
Gráfico N° 5
                         FUENTE: SINEA 2003, base de datos

En conclusión, para mejorar la calidad de la educación hay que disponer de información confiable acerca de indicadores directa o indirectamente relacionados con la calidad de la educación. Y con esa información, para mejorar hay que plantearse metas. Metas cuantitativas y objetivos cualitativos. Por ejemplo: METAS: ¿Cuántos años es escolaridad promedio queremos aumentar en los próximos 5 años? ¿Qué proporción de alumnos que se inscriben en 1er grado de primaria queremos ver egresando el año 11? OBJETIVOS: ¿Cómo vamos a atraer a los mejores bachilleres hacia la profesión docente? ¿Cómo seleccionar a los mejores docentes para que ejerzan como directores de escuela?

4.- ¿De qué depende la calidad de la educación?

La calidad de la educación tiene que ver esencialmente con cómo funciona la escuela y el aula, es decir, de los procesos didácticos o pedagógicos. Obviamente, existe una relación de causa efecto entre los procesos y los resultados. De modo que lo que se hace en la escuela y en el aula es determinante en los resultados, a saber, en el rendimiento estudiantil, en el aprendizaje de los alumnos. Numerosos estudios[7] indican que el factor más importante es el docente. La práctica docente, lo que cada docente hace para enseñar a sus alumnos es lo más importante para que los alumnos aprendan y el rendimiento mejore.
Esta aparente “verdad de Perogrullo” no es tan consensual entre los docentes. En todas las ocasiones en las que nos hemos encontrado, en diversos eventos formales con docentes y directores, al preguntárseles: ¿de qué depende el aprendizaje y el rendimiento de sus alumnos?, la mayoría responde que son factores extraescolares los que más influyen en el rendimiento. El gráfico N° 6 muestra los resultados de una investigación que CICE realizó en conjunto con la UCAB en 2000[8], en la cual se obtuvo que 79% de los docentes, atribuían el rendimiento de sus propios alumnos a actores externos a la escuela y sólo 9% a su propia acción pedagógica.
  
Gráfico N° 6

                      FUENTE: Encuesta Maestros CICE.UCAB, 1.999

¿Están completamente errados los docentes en su tan unánime apreciación? Pues la respuesta es sí y no. Sí están errados porque, en estudios sobre la eficacia escolar se demuestra que cuando la escuela funciona y está organizada de manera eficaz, logra mejores y muy satisfactorios resultados de aprendizaje observados en pruebas diversas de rendimiento en áreas básicas como Lengua y Matemática. En estos estudios se demuestra que la escuela sí puede y sí es determinante. No obstante, también es cierto que cuando la escuela no funciona adecuadamente, son los factores externos los que más influyen en los resultados, es decir en el rendimiento de sus alumnos.
Por ejemplo, en muchos colegios privados de gran prestigio, los que obtienen los mejores resultados son generalmente los alumnos cuyas mamás[9] les dedican mucho tiempo, en el horario extra escolar, a acompañarlos, haciendo tareas, revisando los cuadernos, estudiando las materias, etc. En esos mismos colegios, los alumnos cuyas madres por diversas razones, no pueden apoyar en sus estudios a sus hijos, estos, generalmente, obtienen peores calificaciones. Por supuesto que también influyen diferencias individuales, que explican buenos resultados en alumnos con escaso apoyo familiar, buenos resultados que se deben seguramente a mayor esfuerzo y actitud en esos niños y/o jóvenes. Pero se trata de excepciones.
Los hechos muestran que, en diversas pruebas latinoamericanas y aplicadas en Venezuela, incluyendo PISA a nivel internacional y el SINEA en nuestro país, los alumnos de los colegios privados obtienen mejores logros que los de las escuelas oficiales. PISA es el Programa Internacional para la Evaluación de los Estudiantes, que consiste en una prueba de competencias en Lengua Matemática y Ciencias que se aplica a alumnos de 15 años de edad, cada 3 años en más de 70 países[10]. SINEA es el Sistema Nacional de Evaluación de los Aprendizajes, del Ministerio de Educación, que consiste en pruebas de Lengua, Matemática y Valores, aplicadas 2 veces, la primera en 1.998 y la segunda en 2003, en 3°. 6° y 9° grados, a una muestra representativa de escuelas y alumnos de todas las escuelas venezolanas.
Esto, sin duda, se debe a que el promedio educativo y el nivel socio-económico de las madres de los alumnos de colegios privados, se convierte en un apoyo fundamental y hasta determinante para el aprendizaje de los alumnos y sus resultados escolares. Tanto el nivel educativo como el nivel socio-económico de las madres de colegios privados constituyen un apoyo inigualable. El nivel educativo permite que la madre le enseñe al niño, le explique individualmente contenidos que se dieron en clase pero que no fueron suficientemente trabajados como para una asimilación efectiva por parte del niño. Este es pues un apoyo individual directo de parte de la madre. Y el nivel socio-económico, permite que, en caso de que la madre trabaje y no disponga tanto tiempo para el apoyo individual directo, pueda contratar clases particulares u otro tipo de apoyo indirecto.

Dijimos que esos apoyos familiares son “inigualables”. Y el término no es casual porque es justamente ese apoyo, o su ausencia, el que genera desigualdades. La mayoría de las madres de los alumnos que asisten a escuelas oficiales no disponen ni del nivel educativo ni del nivel socio-económico suficiente como para apoyar a sus hijos en sus tareas y en sus estudios en horario extraescolar. Y, como ya se explicó, en las evaluaciones nacionales e internacionales, se observa una diferencia muy significativa entre los resultados de los alumnos de ambos tipos de planteles escolares, privados y oficiales. Y es muy importante afirmar que esa diferencia no se debe a la acción escolar. Se debe a la acción familiar. Los alumnos con apoyo familiar aprenden más y mejor que los de las escuelas que no cuentan con ese apoyo. De modo que, si bien puede haber mejor calidad en los procesos educativos que se observan en algunos colegios privados, no se puede afirmar que sean estos procesos los que explican el mejor nivel de rendimiento de sus alumnos. Lo que explica ese mejor nivel es la desigualdad en el apoyo familiar. Y la escuela, la educación y el sistema educativo en general no están para reproducir las desigualdades sociales. Están para igualar las oportunidades, independientemente del origen de las familias. La educación, la escuela está para que los alumnos, independientemente de su estrato social, tengan las mismas oportunidades. Que las diferencias no se deban al tipo de escuela a la que puedan asistir, sino a diferencias individuales de talentos y personalidades de los alumnos, al esfuerzo y a la constancia y no a la calidad del servicio educativo.
De modo que podemos afirmar que uno de los objetivos fundamentales del sistema educativo y de la misión de la escuela que es la igualdad de oportunidades. Y ese objetivo no se está cumpliendo en Venezuela por la desigualdad en la calidad de la educación que se imparte.
En síntesis, la calidad de la educación se observa pues en  términos  resultados y procesos. Los resultados son esencialmente relacionados con rendimiento e indicadores de prosecución y éxito escolar. Los de proceso están relacionados con la organización y el funcionamiento de la escuela. La fundamentación más útil y rigurosa que permite relacionar procesos educativos con resultados en rendimiento son las investigaciones sobre la eficacia escolar.

5.- Eficacia escolar

Hasta aquí se ha argumentado a favor de la opinión de los docentes que afirman que la familia y otros factores son determinantes en el rendimiento y la calidad de los aprendizajes de sus alumnos. No obstante, si bien es cierto que la situación más frecuente es aquella en la que la familia es la que más influye en el rendimiento de los alumnos, también es cierto que no siempre es el caso. Existen numerosas escuelas que marcan la diferencia. Son escuelas que muestran mejores rendimiento en sus alumnos que el promedio de escuelas similares a ellas. Y que se puede demostrar que el rendimiento escolar satisfactorio que ellas muestran, puede atribuirse a la escuela y sus docentes. Son las llamadas escuelas eficaces.
En 1.966 se publicó en los Estados Unidos el famoso Informe Coleman[11] cuyas conclusiones ya  apuntaban que la escuela jugaba un papel muy limitado en el rendimiento del alumno. El hallazgo más importante de este trabajo fue que “las diferencias entre familias explican más el éxito o fracaso de los niños que las diferencias entre escuelas”.
Esto generó muchas reacciones y, entre ellas, las de un grupo de investigadores que conocían escuelas que sí tenían gran impacto en el rendimiento de los alumnos. Estos estudios encontraron que había escuelas que, a pesar de encontrarse en ambientes desfavorecidos, conseguían enseñar a los niños a leer y a escribir, mientras que otras no lo hacían. Por lo tanto, estudiar en una escuela u otra sí era importante para el futuro de los alumnos, lo que contradecía el Informe Coleman. Entre esos investigadores se iniciaron unas investigaciones para establecer los factores escolares asociados al rendimiento de los alumnos. Y esas investigaciones formaron parte de un conjunto que se conoció también como el “Movimiento de escuelas eficaces”.[12]

Es interesante notar que son siempre los mismos los factores comunes a las escuelas eficaces, encontrados por la mayoría de las investigaciones realizadas en diversos países y durante más de 40 años. Se han elaborado varios listados y en ellos, pueden cambiar detalles como el orden jerárquico de los factores o factores más desagregados en unos listados que en otros.

En síntesis, los estudios sobre escuelas eficaces tienen desde hace más de 40 años la misma finalidad: Estudiar las escuelas que, atendiendo a la misma población que aquellas con las que se les compara, alcanzan mejores logros y establecer los factores asociados a esos logros. Esos factores constituyen lo que se ha llamado el “valor educativo agregado” es decir, aquello que la escuela aporta educativamente a los alumnos. Este valor ha sido estudiado y es medible mediante estudios que evalúan la eficacia escolar de una escuela o colegio. Las escuelas no son eficaces por el solo hecho de que sus índices de rendimiento sean superiores al promedio de escuelas de un país. Las mediciones hacen tomando en cuenta el índice de rendimiento esperado que es el promedio de rendimiento de alumnos de escuelas que atienden alumnos de nivel socio-económico igual. También se utiliza para evaluar el progreso de una misma escuela en estudios longitudinales, es decir de un año a otro durante al menos 5 años. La siguiente ilustración muestra de manera gráfica la noción de valor educativo agregado:


La figura muestra dos columnas. En la de la izquierda se representa el aprendizaje logrado por un alumno de nivel educativo familiar elevado. Ese aprendizaje le permitió alcanzar 11 años de escolarización o más. Pero lo que explica ese aprendizaje exitoso es el origen familiar, el valor agregado escolar es la franja superior verde que representa aproximadamente un 20% de lo que explica su éxito escolar. En la columna de la derecha se ilustra el aprendizaje logrado por un alumno cuya familia es de un nivel educativo muy bajo. No obstante, ese aprendizaje permitió que el alumno también alcanzara 11 años o más de escolaridad. En este caso lo que explica su éxito es lo que aportó la escuela a su educación. ES pues un valor educativo agregado. El mérito es de la escuela en la que estudió y no de la familia, como en el de la columna izquierda. Argumentamos que ese es el sentido de la escuela: Que los alumnos tengan éxito escolar gracias a su trabajo pedagógico y a su buen funcionamiento.

Eficacia = calidad con equidad

Algunas precisiones sobre la eficacia escolar. Tener buenos resultados no es sólo un asunto de promedios. Los sistemas educativos evaluados mediante las pruebas PISA con mejores resultados también muestran alcances en la equidad. Equidad porque se observa poca varianza entre escuelas e inter-escuelas. Es decir que la diferencia es muy poca entre las escuelas con mejores registros y aquellas que exhiben peores registros en PISA. PISA también permite observar diferencias entre alumnos de la misma escuela. Y en este caso también, en los países con mejores resultados en PISA, es poca la diferencia (Varianza) entre alumnos de la misma escuela. Por el contrario, PISA muestra que en el caso de los países o sistemas educativos con los resultados más bajos, la varianza entre escuelas y dentro de las escuelas es siempre muy elevada. De modo que la eficacia escolar y la de un sistema educativo no es sólo un asunto de promedios elevados sino de equidad.

6.- Factores de eficacia escolar:

¿Cuáles son los factores asociados con la eficacia escolar? Como se dijo más arriba, la mayoría de los estudios coinciden en casi todos así como en su magnitud. Para ilustrar las listas de factores tomaremos la más reciente en español, la IIEE producida en 9 países, a saber Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, España,  Panamá, Perú y Portugal. A continuación el cuadro con las variables y los factores asociados:

1.     Misión de la escuela
     Existencia, conocimiento y grado de consenso en los objetivos de la escuela por parte de la comunidad
     Escuela preocupada por la formación integral de los alumnos
     Escuela con una misión social
     Escuela centrada en el aprendizaje de los alumnos
     Escuela con un importante debate pedagógico entre sus docentes
2.     Compromiso de los docentes y trabajo en equipo
     Grado de implicación y compromiso de los docentes con la escuela
     Cantidad de reuniones
     Actitud hacia el trabajo en equipo
3.     Clima escolar
     Relaciones entre los diferentes miembros de la comunidad escolar
     Satisfacción con la escuela y los otros colectivos
4.     Dirección escolar
     Dirección comprometida con la escuela
     Dirección con capacidad técnica
     Estilo directivo participativo y pedagógico
     Experiencia directiva
     Satisfacción de la comunidad escolar con la dirección
     Dirección colegiada
5.     Altas expectativas
     Hacia los docentes
     Hacia la dirección
     Hacia todos los alumnos de la escuela
6.     Desarrollo profesional de los docentes
7.     Participación e implicación de las familias y la comunidad
     En las actividades de la escuela
     En la toma de decisiones de la escuela
Fuente: Murillo, J., Coord. (2007): Investigación Iberoamericana sobre Eficacia Escolar. SECAB, UNESCO, Bogotá.

7.- Eficacia escolar y gerencia educativa: El rol y la formación de los directores.-

 El cuadro anterior se refiera a 7 variables y los factores de cada una de ellas,  que caracterizan a la gestión de las escuelas eficaces. De manera que puede convertirse en una guía de orientación para aclarar las, misión, las responsabilidades y las funciones de los directores de escuelas. Si bien una de las variables se refiere específicamente a los factores de eficacia relacionados con la dirección escolar, es claro que todas las demás también están relacionadas con funciones y responsabilidades directivas.
De los estudios sobre eficacia escolar se pueden extraer elementos que permiten orientar el trabajo concreto de los directores de planteles escolares. Podríamos plantear que los directores tienen que promover en sus escuelas la acción de cada una de las variables y los factores asociados a las escuelas eficaces.
Por lo tanto, una medida de políticas públicas en educación debería ser iniciar y desarrollar un sistema de selección y formación de directores de planteles escolares de todos los niveles. Se trata de que los directores seleccionados aprendan cómo pueden sus escuelas llevar a cabo procesos satisfactorios de cambio que incrementen el desarrollo de todos los alumnos mediante la optimización de los procesos de enseñanza y aprendizaje y de las estructuras organizativas del centro, y aplicar ese conocimiento a una mejora real de la escuela. De ese modo se orienta acerca de "a dónde ir” (eficacia) y “cómo ir" (mejora).
Esto, además, da una pista concreta para diseñar políticas públicas que apunten hacia una mejora de la calidad de la educación, medida por indicadores aceptados nacional e internacionalmente, con un punto de arranque y de impacto relativamente rápido. Y ese punto de arranque podría ser un programa de formación de directores, basado en lo que se sabe sobre cómo lo hacen los directores de escuelas eficaces, y destinado a todos los directores de escuelas oficiales de Venezuela.

Algunas preguntas pueden surgir: ¿Hay que formar a todos los directores?¿Qué otras condiciones se requieren para mejorar la calidad de la educación?

Con respecto a la primera interrogante la respuesta es afirmativa. Por al menos dos razones. La primera es que, la experiencia indica que la mayoría de los directores de escuelas oficiales en Venezuela son nombrados y asumen el cargo sin ninguna preparación previa. La segunda es que, en el caso de que algunos de ellos hayan estudiado algún postgrado, estos por lo general no están adaptados a las realidades que enfrentan y no aportan suficiente especialización a los directores que los cursan.
En cuanto a la segunda pregunta, por supuesto que la formación de directores no es la única política educativa que se requiere para mejorar la calidad de la educación. Estudios mundiales sobre cómo lo hacen los sistemas educativos con mejores resultados en PISA por ejemplo, apuntan en primer lugar al docente. Pero también menciona como elemento clave mejorar las competencias profesionales de los directores[13].
Las condiciones para mejorar la calidad de la educación son muchas: Entre ellas destaca, en primer lugar, por supuesto, el nivel profesional de los docentes. Mientras mejor su nivel y su especialización, mejores serán los resultados esperados. Pero por supuesto que las condiciones socio-económicas de las familias, la infraestructura y la dotación de las escuelas, el diseño curricular, la organización del sistema educativo[14], la descentralización, figuran entre los factores que es necesario considerar en un diseño de políticas educativas destinado a mejorar la calidad de la educación.

Si bien hay que “atacar” todas las condiciones, no se puede hacer todo a la vez y sí es conveniente empezar por lo que tenga mayor factibilidad inmediata por costos y capacidad instalada. Por ejemplo, para tener a docentes con un nivel de desempeño profesional elevado,  la sugerencia más idónea es hacer que la profesión docente sea muy atractiva para los bachilleres con los mejores promedios en sus estudios. Pero lograr eso requiere de tiempo e inversión continua durante al menos 5 años y quizás una década. Capacitar a los actuales puede ser cuesta arriba, son 494.534 docentes, de los cuales 387.594, poco más de 78%, son mujeres. Dato importante porque la profesión parece ser aún menos atractiva para los del sexo masculino y quizás habría que atraerlos a ellos en mayor cantidad
.
8.- ¿Cómo organizar la formación de directores?

En Venezuela existen 21.736 planteles oficiales, según la Memoria y Cuenta del Ministerio de Educación de 2.010. La cantidad por estado en cada uno de los 24 estados varía entre 201 en Delta Amacuro y 2.078 planteles en el estado Zulia. De modo que si se calcula un promedio de 2 directivos por escuela estaríamos hablando de entre 400 y 4.000 directores que se requiere formar por estado. Esta formación parece manejable, con una meta de formación total en 2 años con cursos especializados de 6 meses de duración.
La planificación de esa formación pasaría por diseñar el curso y los materiales de apoyo y seleccionar a los equipos de formación entre universidades y directores o supervisores jubilados en cada estado, quienes a su vez, serían formados para esos fines específicos.

9.      Conclusiones

Para poder mejorar la calidad de la educación hay que empezar por tener claro cuáles son sus indicadores. Los hay de resultados y de procesos. Entre los indicadores de resultados los hay de nivel macro, como los años de escolaridad y las tasas de prosecución. Y de nivel micro como el rendimiento escolar en las áreas básicas en cada grado de todas las escuelas del país. Con eso indicadores se pueden además fijar metas de mejora de la calidad, en términos cuantitativos.
Una vez fijadas esas metas se pasará a diseñar las políticas que intervendrán para mejorar las condiciones y los procesos que a su vez mejorarán los resultados observables en los indicadores seleccionados.
En este trabajo se enfocó la calidad desde el ángulo de la eficacia escolar haciendo énfasis en el rol de la gerencia educativa para promover que las escuelas mejoren sus procesos educativos y su eficacia. En ello el protagonismo lo tienen los directores. Hemos planteado que, una manera de tener rápido impacto en la calidad del trabajo escolar consiste en una mejor formación de los directores seleccionados y por seleccionar.

Queda claro que una política para mejorar la calidad de la educación existen muchas otras condicionantes, empezando con la importancia determinante del desempeño de los docentes. Que por lo tanto, si bien la formación de directores puede significar un buen inicio, habrá que complementar e integrar, en paralelo y en secuencia, otras medidas relacionadas con los demás condicionantes y limitaciones. Entre ellas destacan la selección y formación de los docentes, el rol de los gremios, las condiciones socio-económicas de las familias, la infraestructura y la dotación de las escuelas, el diseño curricular, la descentralización, la escasez de profesores en materias científicas, la necesidad de retomar el SINEA, entre otros.
Nada tendrá impacto definitivo si no se logra continuidad para que las políticas se mantengan durante más de una década. Ello requiere un gran acuerdo nacional por la educación.








NOTAS:




[1] Director de CICE (Centro de Investigaciones Culturales y Educativas). www.cice.org.ve

[2] Toro del Río, I.,  Bravo Miranda, J. (2011): Calidad de la Educación en Chile: Un desafío permanente. SITEAL-IIPE, Buenos Aires,

[3] OREALC/UNESCO: El Derecho a una Educación de calidad para todos en: REICE - Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación 2007, Vol. 5, No. 3.

[4] Para 2.008, no se había modificado la Ley y todavía existía la Educación Básica de 1° a 9° grados y después la Educación Media, de 2 ó 3 años de duración.

[5] González, L. (2000): Deserción escolar y exclusión juvenil en Venezuela. Mimeo. Trabajo de ascenso. Escuela de sociología, Universidad Católica Andrés Bello, Caracas

[6] Circulares oficiales emanadas del Ministerio de Educación, obligan a los docentes a aprobar a todos los alumnos y promoverlos al grado superior, aún sin dominar las competencias curriculares requeridas en los programas oficiales. Esto puede desvirtuar la cualidad predictora de la repitencia.

[7] Barber, M., Mourshed, M. (2008): Cómo hicieron los sistemas educativos con mejor desempeño del mundo para alcanzar sus objetivos. PREAL, Documento N° 41. CINDE, Santiago de Chile.

[8] AAVV (2001): Identidad profesional y desempeño docente en Venezuela y América Latina, CICE-UCAB-Avina .

[9] Hablaremos aquí de mamás porque en general son las madres las que se encargan del apoyo extraescolar de sus hijos. No obstante este rol lo pueden ejercer también padres y, en algunos casos otros miembros de la familia.

[10] Por Venezuela sólo ha participado el Estado Miranda en la evaluación de 2009, con pruebas aplicadas durante el año 2010.

[11] Coleman, James S. EQUALITY OF EDUCATIONAL OPPORTUNITY (COLEMAN) STUDY (EEOS), 1966 [Computer file]. 2nd ICPSR version.Washington, DC: U.S. Department of Health, Education, and Welfare, Office of Education/National Center for Education Statistics [producer], 1999. Ann
Arbor, MI: Inter-university Consortium for Political and Social Research [distributor], 2000..

[12] Sobre este tema pueden consultarse: Herrera M. & López M. (1996): Las eficacia escolar. CINTERPLAN, Caracas.  Y Murillo,  et al. (2007): Investigación Iberoamericana sobre Eficacia Escolar (IIEE). SECAB, Bogotá.

[13] Mourshed M, Chijeke, Ch., Barber M (2010): How the world’s most improved school systems keep getting better. MacKinsey & Co, Toronto. Existe versión resumida en español: ¿Cómo se convierte un sistema educativo de bajo desempeño en uno bueno?

[14] Los problemas de la organización del sistema van desde grandes temas administrativos como la descentralización, hasta problemas de fondo como la carencia de profesores en la mayoría de los liceos, en materias científicas y en inglés.






Bibliografía citada

AAVV (2001): Identidad profesional y desempeño docente en Venezuela y América Latina, CICE-UCAB-Avina , Caracas.
 Bibliografía citada

AAVV (2001): Identidad profesional y desempeño docente en Venezuela y América Latina, CICE-UCAB-Avina , Caracas.

Barber, M., Mourshed, M. (2008): Cómo hicieron los sistemas educativos con mejor desempeño del mundo para alcanzar sus objetivos. PREAL, Documento N° 41. CINDE, Santiago de Chile.

Coleman, James S.: EQUALITY OF EDUCATIONAL OPPORTUNITY (COLEMAN) STUDY (EEOS), 1966 [Computer file]. 2nd ICPSR version. Washington, DC: U.S. Department of Health, Education, and Welfare, Office of Education/National Center for Education Statistics [producer], 1999. Ann Arbor, MI: Inter-university Consortium for Political and Social Research [distributor], 2000.

González, L. (2000): Deserción escolar y exclusión juvenil en Venezuela. Mimeo. Trabajo de ascenso. Escuela de sociología, Universidad Católica Andrés Bello, Caracas

Herrera M. & López M. (1996): La eficacia escolar. CINTERPLAN, Caracas. 

Mourshed M, Chijeke, Ch., Barber M (2010): How the world’s most improved school systems keep getting better. MacKinsey & Co, Toronto

Murillo,  et al. (2007): Investigación Iberoamericana sobre Eficacia Escolar (IIEE). SECAB, Bogotá.

.OREALC/UNESCO : El Derecho a una Educación de calidad para todos en: REICE - Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación 2007, Vol. 5, No. 3.

Toro del Río, I.,  Bravo Miranda, J. (2011): Calidad de la Educación en Chile: Un desafío permanente. SITEAL-IIPE, Buenos Aires.

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