Publicado en el diario Tal Cual el lunes 23 de junio de 2.014
Por Mariano Herrera
Entre los años escolares 2002-2003 y 2011-12, han abandonado los estudios de
Educación Media un total de 1.667.517 alumnos. Esa cifra equivale a 33% de
todos los nuevos inscritos en primer año en esos mismos 10 años. 1 de cada 3
inscritos en 1er año no culmina sus estudios. Y estamos hablando de los
inscritos. Si a ese número le añadimos los que no consiguen cupo por diversas
razones y, por lo tanto, no aparecen inscritos pero sí están en edad de
estudiar algún año del bachillerato, estamos hablando de una exclusión educativa mayor al 40%. En la Memoria y
Cuenta de 2.014 de Ministerio de Educación se observa que la población de
adolescentes y jóvenes, en edad de cursar algún grado de bachillerato y que no
está siendo atendida por el sistema educativo, para el año escolar 2011-12, es
de 333.239 (p. 217). Allí mismo se establece que esa cifra corresponde a un 12%
de quienes están en ese rango de edad. De esos, 112.946, desertaron
ese mismo año escolar. (p. 382).
Pero esto es más grave. Ese 40% de excluidos son los más pobres. Según
el Proyecto Juventud de la UCAB, la probabilidad de insertarse en el sistema educativo
es bastante menor (37 puntos) entre los jóvenes de 15 a 24 años del quintil más
pobre (en comparación al más rico. De modo que el sistema educativo de este
gobierno es un gran productor de desigualdad educativa, es decir es una fábrica
de injusticia social.
Muchos de los no inscritos no han conseguido cupo en el nivel que les
corresponde porque no se han construido suficientes liceos. A pesar de que el
Ministerio de Educación no publica la cifra, sabemos que casi toda la deserción
afecta a los planteles oficiales, que
atienden a un 68% de la matrícula del nivel. A esos planteles acude la
población más desfavorecida. De manera que no es especulación afirmar que en
Educación Media, no ha habido la tan cacareada inclusión de los más pobres.
Sobre todo porque esa es la excusa oficial que ha usado el propio Ministro
actual, Héctor Rodríguez, para justificar la nula atención que el régimen la ha
prestado, en estos largos 15 años, al otro tema crucial en educación: el de la
calidad.
Ni inclusión ni calidad. Sobre calidad hay pocos datos porque el
régimen nunca ha querido evaluar los aprendizajes que están lográndose en el
sistema educativo. Pero muchos indicios señalan que quizás ese sea el peor de
los problemas. Los alumnos que sí están asistiendo, no están aprendiendo. Y esa
es otra forma de exclusión. Las carencias acumuladas entre 1ero y 5° año de
Educación Media por escasez de profesores y falta de actualización pedagógica y
curricular perjudican a la mayoría de los alumnos de los liceos oficiales.
De modo que este es otro mito engañoso del régimen que se cae. Se ha
producido una enorme exclusión en 15 años y a pesar del crecimiento matricular,
la Educación Media ha sido totalmente desatendida, produciendo mayor
desigualdad social e injusticia educativa.