Publicado en el diario tal Cual el lunes 16 de octubre de 2013
Por: Mariano Herrera
Lo que más han hecho hasta ahora es controlar políticamente
al personal docente. Esto mediante una contratación provisional que hace que la
mayoría sean interinos y, por lo tanto, con una situación laboral precaria.
Pero este control político tiene otra consecuencia. Y es que se ha descuidado
la idoneidad de los contratados, al no realizarse ningún tipo de selección
transparente, que garantice que los seleccionados tengan las mejores
credenciales. Por el contrario, los criterios de selección son el amiguismo y
la lealtad personal o partidista. Con lo cual, se rebaja el prestigio de la
profesión, porque todos se dan cuenta de que para alcanzar un cargo no es
necesario ser buen profesional sino tener buenos contactos en el poder, sea
este nacional, regional o local.
Como la calidad de la educación depende esencialmente del
desempeño de los docentes, ello explica que los niveles de aprendizaje hayan
mermado considerablemente. Tampoco hay suficientes planteles escolares, ni
suficientes profesores de bachillerato. Ni hablar de las mentiras con las
cifras de analfabetismo y de la piratería que son las universidades en manos
del PSUV y de la misión Sucre. De modo que ha sido una gestión educativa
desastrosa.
Entonces, ¿qué es lo que quieren? Podemos decir que hay un
claro deseo, y algunos logros, de control político. Pero también hay una
concepción “revolucionaria” de la educación. Los marxistas de los años 60 y 70
del siglo pasado, acusaban a la escuela de ser culpable de la injusticia social
porque, según ellos, su rol en el capitalismo, es reproducir la desigualdad y
la inamovilidad de las clases sociales. Y, además, acusaban a la escuela de ser
un “aparato ideológico” del Estado capitalista y burgués. Y, así como creen que
acabar con la economía es acabar con el capitalismo, creen que acabar con la
escuela es acabar con las desigualdades.
En cuanto a la segunda crítica marxista a la escuela
capitalista, es decir, su carácter de aparato ideológico, eso sí les gusta.
Quieren que la educación sea un aparato ideológico al servicio de la
revolución. Lo han hecho en el INCES, algo quizás también en la formación
militar. Y es lo que están tratando de hacer con el curriculum. No siempre directamente, sino a través de los
textos escolares, que regalan a los alumnos,
y a través de las “líneas” que bajan a los directores de los planteles
escolares. De modo que eso parece ser la intención, cada vez más explícita.
Control político y hegemonía ideológica, con mayor eficacia, por ahora, en lo
primero que en lo segundo.
Están equivocados. La escuela es el mejor instrumento contra
las desigualdades y, cuando funciona bien, puede ser una fábrica de justicia
social. Pero eso sí, atendiendo la calidad de la educación, eliminando el
control político y valorando la adquisición del saber y no la transmisión de
una ideológica dogmática y trasnochada. Por eso es imperdonable el deterioro que
han causado. Han acabado con la igualdad de oportunidades, perjudicando así a
quienes más la necesitan, que son los más pobres.
Mi apreciado amigo Mariano. Estoy de acuerdo con tus acertados planteamientos.
ResponderEliminarConsidero que en la búsqueda del poder absoluto, el gobierno arremete contra la educación procurando que cada vez tengamos un nivel académico inferior y, por ende, tengamos una población acrítica, sin posibilidades de progreso, ni capacidades para defender sus derechos, mucho menos de participar proactivamente en la sociedad, o lograr un buen trabajo, ni tener una buena vida... Pienso que de alguna manera, ya han avanzado en algunos aspectos, lo vemos en la actitud "conformista y sumisa" de muchos ante las distintas situaciones que nos afectan. Pareciera no importar la corrupción sin precedentes, ni la falta de producción nacional debido a la ineptitud y a las invasiones (con el consecuente abandono del campo); tampoco el tiempo que se tiene que perder en una cola para comprar los productos que el gobierno monopoliza, o la escasez, el alto costo de la vida; nos aislamos ante el gravísimo problema de inseguridad, como una medida tímida para protegernos…, eso sólo para nombrar algunas.
En la medida que el gobierno debilita el papel de la escuela, aprovecha de manipular con estrategias malsanas (pero bien estudiadas en cuanto al efecto y logros que quieren), y, con un discurso a la inversa, engañan a las mentes débiles y/o ignorantes para lograr su cometido, así se fortalece en su ansia de perpetuarse en el poder... Creo que es hora de tomar acciones para que esa situación cambie…!!