En la escuela los niños deberían estar aprendiendo
Por: Mariano Herrera
La UNESCO acaba de aprobar un documento en el que se afirma
que no es suficiente que se garantice la cobertura, es decir que haya escuelas
y cupo para toda persona en edad escolar. UNESCO dice que es también vital
garantizar que ir a la escuela signifique aprender. Parece una afirmación de
Perogrullo pero no lo es. Resulta que evaluaciones de todo tipo han mostrado
que millones de alumnos que asisten a escuelas primarias, egresan sin dominar
los conocimientos ni las actitudes que deberían haber aprendido en la escuela,
que, por supuesto, para eso está.
Cobertura y calidad pues son ahora para UNESCO igual de
importantes y deben ser garantizados por cada uno de los Estados en los países
democráticos y que creen en la justicia social. ¿Pero, por qué estar inscrito
en una escuela NO significa aprender? Son muchas las razones, pero voy a
referirme a dos principales: Tiempo de aprendizaje y procesos pedagógicos.
Este año escolar ya lleva perdidos 22 días, según la
contabilidad oficial. Las elecciones presidenciales y de gobernadores en 2.012,
el luto oficial y las elecciones presidenciales de abril de 2.013 son las
justificaciones del cierre obligatorio de escuelas y liceos. Esto afectó por igual
a escuelas oficiales y a colegios privados. A estos días de clase oficialmente
perdidos se les suman muchos otros: Cada gobernado y cada alcalde celebra
diversas efemérides regionales y locales que también implican días
obligatoriamente sin clases.
Por otro lado, en las escuelas del gobierno se pierden
muchos más días de clases por el mal funcionamiento de servicios o porque se
cayó un techo o una pared debido a la ausencia total de mantenimiento y muchas
otras razones por el estilo. Y, para colmo, la violencia en las calles tiene
como consecuencia que muchas familias, como medida preventiva, dejen de enviar
a sus hijos a la escuela cuando ha habido un asesinato o una confrontación
armada terrorífica cerca de la escuela o de las viviendas. Es obvio que
mientras menos días de clase tengan los alumnos, menos oportunidades tiene de
aprender.
Pero también hay problemas cuando hay clases y los alumnos
asisten. Y es que lo que se hace en las aulas muchas veces no logra que los
alumnos aprendan casi nada porque abundan el dictado y la copia, y la mayoría
de los alumnos o se aburren o hacen actividades repetitivas sin mucho sentido.
En primer grado, por ejemplo, esto significa que muchos no aprenden a leer y
así pasan a segundo grado.
Esto lo saben las autoridades educativas y no han hecho
absolutamente nada al respecto en 15 años. Se pierden días de clases y se
selecciona a los docentes sin ninguna garantía de su idoneidad profesional. Los
mecanismos de selección son casi 100% clientelares y esto ha causado estragos.
Estragos en el rendimiento estudiantil y estragos en el prestigio de la
profesión docente. Este gobierno ha sido muy negligente con temas vitales para
la sociedad: Calidad, cobertura y funcionamiento de la educación.
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