Publicado en la página web de Globovisión
Por: Mariano Herrera
El artículo 2 de la Constitución dice así: “Venezuela
se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia…”. Creo que, a pesar de lo desapercibido
que pasó, en él se encierran muchos de los conceptos por los que hoy se rige
este gobierno. Por una parte, no era necesario precisar que Venezuela es un
Estado social. Todos los estados son sociales a menos que, cómo en biología, se
trate de un estado sólido, líquido o gaseoso y quizás en física hay varios
estados de la materia. Pero un Estado siempre es social. De modo que ese
término está incompleto. No se atrevieron a poner “socialista”. Pero eso es lo
que significa para quienes hoy gobiernan. Por mucho que se hagan los locos.
Pero, desgraciadamente para ellos y afortunadamente para el resto de la
sociedad, la palabra “socialista” no está en la Constitución vigente. Digo
afortunadamente porque es gracias a su ausencia que no se había avanzado hacia
un socialismo a la cubana o a la soviética que es como los actuales dueños del
poder lo entienden y lo desean. Sin embargo, cada vez más, están legislando y
adelantando políticas públicas socialistoides o con tufo de comunismo
soviético.
El segundo
atributo, aún más peligroso a mi entender, es que somos un Estado de Derecho y
de Justicia. Decir que somos un estado de Derecho es establecer que la justicia
depende de las leyes, es decir que toda decisión justa debe apegarse a la
Constitución y las leyes, No existe otra manera de hacer justicia. Pero al hacer
la diferencia entre “Derecho” y “Justicia” la Constitución permite que exista
una justicia que no se rige por el Derecho. Y entonces ¿quién decide lo que es
justo si no son las leyes? Pues el que gobierna, el que tiene el poder. Y aún
más, como quienes gobiernan están absolutamente convencidos de la superioridad
moral de su ideología, todo lo que la beneficie, es decir todo lo que se
considere revolucionario, entra dentro del Estado de Justicia y deja de lado al
Estado de Derecho.
De modo que, en
esa frase, escondida en un artículo de la Constitución está todo lo que se
pretendía hacer, se ha hecho y se va a seguir haciendo: Imponer una ideología,
acabando con el pluralismo y con la alternancia
en el poder, características indispensables de la democracia. También seguirán realizando actos fuera de la Constitución y de las leyes, es
decir, acabando con el Estado de Derecho. Todo en nombre de un "Estado de Justicia", fundamento de la pretendida superioridad moral de quienes están en el poder.
Por eso se imponen sentencias a los jueces, se hacen trampas legalizadas en el
CNE y se pasa por encima de la organización geopolítica de la Constitución,
poniendo a las comunas por encima de gobernaciones y alcaldías. Todo eso porque
somos un Estado socialista (y no social) y tampoco de Derecho sino de Justicia.
La que está a discreción del poder.
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