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viernes, 17 de enero de 2014

El valor de la profesión educadora


El valor de la profesión educadora

Por: Mariano Herrera

Ayer 15 de enero se celebró el día de maestro. Sirva la ocasión para hacer algunas propuestas relacionadas con el valor de la profesión educadora.

En estos momentos la carrera docente está desvalorizada en términos del sueldo que ganan maestros y profesores y del poco prestigio que tiene la profesión. A los bachilleres con las mejores calificaciones ni se les ocurre estudiar educación, prefieren estudiar ingeniería o comunicación social.

La actual escasez de profesores de ciencias en educación media, se debe a que la profesión es poco atractiva. Los mejores bachilleres no quieren ser docentes sino que tienden a seleccionar carreras con mejor sueldo inicial y más probabilidades de desarrollo profesional y progreso económico. Estudiar para ser profesor de ciencias se percibe como muy exigente para una perspectiva laboral sin incentivos positivos y muchos negativos.  Eso se debe invertir, los mejores bachilleres deben ser atraídos por la docencia. ¿Cómo lograrlo?

Para hacer atractiva la carrera hay que trabajar en varias direcciones: lo primero es el sueldo, hay que multiplicar por lo menos por tres el sueldo inicial de los docentes; en segundo lugar está el tema de la especialización. La carrera universitaria docente debe ser percibida como exigente, de alto nivel, debe especializar mucho más. Un profesional debe tener conocimientos que sólo los egresados de esa carrera sean capaces de dominar. De la misma forma en que no se puede sustituir a un médico, tampoco cualquiera puede ser suplente de maestros y profesores.

También es necesario mejorar las condiciones de trabajo. El ambiente escolar debe ser atractivo, con un clima de mucho profesionalismo, donde se discutan los temas pedagógicos y de la especialización. Por otro lado, las condiciones físicas de las escuelas deben ser buenas, las escuelas no pueden parecer ranchos, ni tener techos de zinc. Las condiciones de trabajo actuales desvalorizan la profesión.

De la misma manera, para hacer atractiva la profesión se necesita disponer de una visión de carrera. No se es docente para estar siempre obligatoriamente en un salón de clases. Existen otras áreas, como la evaluación, la planificación, la capacitación, la innovación, la dirección escolar, la supervisión, etc.

Todos estos temas pueden y deben ser parte de una agenda para el diálogo. El gobierno deberá convocar para un gran acuerdo nacional sobre la educación y se podría empezar por este tema crucial: El valor de la profesión educadora. Mientras tanto valgan mis sinceras felicitaciones a todos mis colegas docentes.

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