Por: Mariano Herrera
Publicado en el diario Tal Cual el lunes 14 de abril de 2014
En estos días, tuve una acalorada discusión con un chavista
radical. Y eso que empezamos con un acuerdo inicial: No nos gustan las
guarimbas. Para resumir: El amigo chavista le echa la culpa de todos los
problemas, que reconoce que sufre Venezuela hoy, a la oposición, incluso a la mal llamada 4ta república. El contrabando de extracción es culpa de las empresas
privadas que sólo buscan beneficiarse comprando a 6,30 y vendiendo en Colombia,
para traerse los $ a la tasa de cambio innombrable. La escasez es culpa del
acaparamiento de empresarios despiadados contra el pueblo que sólo buscan especular. La
devaluación es culpa única y exclusivamente de “esa maldita página web”
refiriéndose a la lechuga verde o a
cualquiera actualizada. La violencia, la droga
y los secuestros, culpa de los paramilitares uribistas. La corrupción es
culpa del quien soborna, que es siempre la burguesía parasitaria.
Para llegar a algo, terminé aceptando que todo eso podía ser
verdad y que si lo era, yo apoyaría que los culpables fueran identificados,
detenidos, juzgados y encarcelados. Pero como eso no ha sucedido, hay que
pensar que, en caso de que todo sea como él sinceramente lo cree, en Venezuela,
o no hay gobierno, o el gobierno es inepto. Y fue entonces cuando soltó presa.
Dijo “es un gobierno “blandengue””.
Mi amigo chavista tiene alguna razón en su planteamiento. Claro
que no es cierto que el contrabando de extracción sea culpa de empresarios
golpistas. Obviamente se trata de un negocio con muchos socios: Gobierno,
empresarios probablemente enchufados y guardia nacional, todos cómplices y organizados
para dejar pasar gandolas de manera ilegal. Y claro que tampoco es cierto que
esa sea la causa de la escasez, ni que
las cantidades que dice el gobierno que se le “escapan” por ahí sean tan
elevadas. Tampoco depende el precio del dólar de una página web. Pero lo que sí
es cierto es la falta de gobierno que no es capaz de controlar lo mínimo que es
la aplicación de la ley en todos esos casos. Es la anomia generalizada.
De modo que, si eso es cierto, el gobierno es o cómplice o
blandengue. Mi amigo aceptó esta deducción. Y como la lógica se puede aplicar a
todo lo demás, es decir, si todos los males son culpa de la oposición, eso
implica reconocer que la oposición se burla y le gana todas las batallas al
gobierno blandengue, a pesar de tener todo el poder político y militar.
Lo que no aceptó el amigo que esa anomia generalizada, se
combina con un ejercicio del poder político y económico muy autoritario de mano
dura y abuso de “caribeador”, casi que bullying político.
En todo caso, es interesante el contraste entre la visión de
la anomia de un chavista, que considera al gobierno “blandengue” por no poder
contra una oposición creadora de todo tipo de caos, y la otra visión de
gobierno autoritario que ha sometido a todos los poderes y quiere someter a
toda la población para que obedezca sin chistar. El régimen quiere que la
población le obedezca “rápida y exactamente y sin murmurar”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario