Páginas

lunes, 15 de octubre de 2012

¿Quién ganó?


Por: Mariano Herrera

En toda sociedad hay una competencia entre la socialización y la educación. La educación está para que aprendamos lo que no está al alcance de la observación directa de las cosas ni de la experiencia empírica inmediata. Para se aclaren y acepten las reglas de la convivencia, la justicia legal y la justicia social, las leyes, la Constitución, los reglamentos, las reglas de los deportes, de los juegos, todo lo que la civilización ha ido elaborando y mejorando a lo largo de la existencia de los seres humanos sobre este planeta.

 La educación no está para la continuidad cultural. Es decir, no está para que una generación piense igual que la anterior. Tampoco para que se imponga la socialización, es decir la transmisión no intencional de valores y saberes, que transmiten las familias sin desearlo, mediante su comportamiento diario, sus “dichos” sus creencias. Por ejemplo, las mujeres transmiten machismo, no porque quieran ser menos, sino porque “es así”. La educación puede y debe en muchos casos, producir una ruptura cultural. Es decir lograr que las niñas no sean “machistas” como sus madres y abuelas, por ejemplo. O que los hijos de racistas dejen de serlo. O que las personas que no son considerada con los demás y abusa todo el tiempo no inculquen ese comportamiento. O que la gente que cree que el sol gira alrededor de la tierra se entere de que es al revés.

Cuando en un país hay déficit de convivencia y se heredan valores dañinos, como el machismo, el racismo, la discriminación hacia el que no se nos parece o piensa distinto, el déficit es educativo. Significa que la educación está teniendo poco efecto y lo que está enseñando valores y saberes es la socialización. Lo que se está transmitiendo varía según el medio social porque no hay igualdad en la calidad de la educación entre diferentes medios sociales. En ese país ganó la socialización.

Cuando la educación no es eficaz y es inferior a la socialización, el déficit que hay es de valores de convivencia, de aptitudes productivas y sociales, y se impone una visión del mundo reducida al medio cercano de cada persona, a sus percepciones subjetivas inmediatas.

La educación tiene que ganarle a la socialización. El beneficio social de los conocimientos y de los valores de convivencia social de hoy se debe a avances en las ciencias pero también en la convivencia humana, que sólo se transmiten intencionalmente, no por socialización. Si pensamos en la humanidad entera, hoy no estamos igual ni peor que en el siglo XVI ó XIX en esperanza y calidad de vida. Estamos mucho mejor. Hoy la salud está mucho más accesible y el racismo y la discriminación social han disminuido muchísimo en casi todo el mundo. Falta mucho por hacer, sí. Pero los avances se deben a que, en general en el mundo, la educación ha ido mejorando su eficacia. Por eso es que la educación en Venezuela tiene que mejorar. Tiene que ser cada vez más eficaz poniendo al alcance de todos lo que su medio social y su familia no ofrecen. Hay que ganarle a la socialización.

No hay comentarios:

Publicar un comentario