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lunes, 11 de junio de 2012

Los gremios y el valor de la educación



Publicado en el diario Tal Cual el lunes 11 de junio de 2012

Por: Mariano Herrera

Las políticas públicas para mejorar la calidad de la educación son conocidas. Lo primero es contar con los mejores docentes. Una de las condiciones para lograrlo es que bachilleres con buen promedio opten por la carrera docente como profesión, que la formación universitaria que reciban sea de calidad y los especialice como profesionales insustituibles, que la selección para optar a un cargo de titular sea exigente y transparente, y que las condiciones y el clima de trabajo en escuelas y liceos sean también exigentes, pero a la vez agradables. Para que ocurra lo primero, es decir, que los mejores bachilleres opten por estudiar educación, es necesario que la carrera sea atractiva. Y ¿Qué es lo que hace atractiva una carrera? Lo más obvio es el sueldo. Si luego de 5 años de estudios universitarios, lo que se gana es equivalente o poco más del sueldo mínimo, es evidente que, si se puede escoger, esta no será la primera opción. De modo que ese es un primer elemento. Mejorar considerablemente el primer sueldo. Pero si pensamos en la más solicitada de las carreras universitarias hoy, Comunicación Social, no  se puede asegurar que todos los periodistas ganan muy bien. Esto significa que hay otros factores que hacen atractiva una carrera.  Al parecer, las carreras atractivas para los jóvenes bachilleres ofrecen diversidad en el ejercicio y un horizonte amplio de desarrollo profesional, especializado y muchas veces exigente.
Pero existen condiciones de ejercicio profesional que pueden ser disuasivos. La docencia se ejerce en ambientes físicos  a veces muy deteriorados, con dificultades de acceso, una infraestructura en mal estado y muy mala dotación. Otro factor negativo es el ambiente de trabajo, con vicios institucionales, instalados de tal manera que el cumplimiento del deber es casi una afrenta a los colegas.  En esto, los gremios docentes juegan un papel fundamental.
No obstante, los gremios son a menudo percibidos como obstáculo a las mejoras propuestas. Pero los gremios son indispensables y es necesario, no sólo tomarlos en cuenta, sino aprovechar su potencial para poner a valer la profesión. Para ello será necesario erradicar el liderazgo sindical 100% corporatista y partidista, destinado casi exclusivamente a posicionar poderes políticos personalistas. Los líderes gremiales deben ser los mejores profesionales que, eventualmente, ejercen como políticos, aportando en el diseño de Políticas Educativas y estando menos enfocados en el clientelismo que tanto desprestigio ha producido en los gremios y en la propia profesión. En síntesis: Los gremios docentes son indispensables para elevar el prestigio profesional de los docentes, pero tienen que producir un cambio de enfoque: menos corporatismo puro y duro, mayor aporte profesional, más innovación en la visión de carrera y mucho rigor en el comportamiento ético.  Una buena política educativa tendrá que fortalecer a los gremios, logrando que sean parte importante de las iniciativas para mejorar el desempeño docente y para que impere la ética, la palabra empeñada  y que sean garantes del deber cumplido en todos los profesores de Venezuela. Sólo así se elevará el valor de su profesión.

4 comentarios:

  1. El prestigio profesional no sé de dónde sale, pero de alguna manera la gente tiene que respetar *profundamente* a los maestros y eso hará la profesión atractiva. En este momento, decir "soy maestro de escuela" da casi vergüenza; tiene que ser un tremendo orgullo decir eso. ¿Cómo se logra eso?

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  2. Lo anterior lo escribió Emilio Herrera

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  3. Los maestros debemos hacer prestigiosa la carrera, aún en tiempos dolosos como los actuales. Más ética, y mejor práctica profesional. Y por supuesto mejorar las condiciones socio económicas del ejercicio docente.
    Julio Alexander Parra

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  4. la docencia como profesión se valora desde los dos puntos de vista: por un lado, nadie quiere estudiar 5 años para sueldos bajos y malas condiciones de trabajo.Por otro lado, la sociedad no valora lo que no se hace con calidad y experticia. Mejorando las condiciones de trabajo y la calidad del desempeño, se valora la profesión.

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